Durante el año 2022 el Instituto de Envejecimiento, de la Pontificia Universidad Javeriana, y el Centro de Memoria y Cognición Intellectus, del Hospital Universitario San Ignacio, llevaron a cabo la investigación “Colombia: impacto de las crisis actuales en los derechos de las personas mayores”, atendiendo a la convocatoria realizada por la ONG HelpAge Internacional, que extendió a diferentes países como Argentina, Etiopía, Filipinas, Líbano, Malawi, Mozambique, Sri Lanka, Tanzania, Yemen y Colombia. Su objetivo principal fue determinar el impacto de la crisis alimentaria, financiera y de combustible -3F- (por sus siglas en inglés: Food, Finance and Fuel), en el cumplimiento de los derechos de las mujeres y hombres mayores; al igual que analizar el comportamiento asumido por estos y su entorno, para amortiguar sus efectos. 

Los resultados de esta investigación se agruparon en cuatro categorías, de las cuales se destacan los siguientes hallazgos: 

Seguridad económica y trabajo

• 1,8 millones de personas de 60 años o más (28,4%) se encuentra en situación de pobreza monetaria, según cifras del DANE de 2021.

• Sólo el 25,5% cuenta con pensión, lo que extiende la vida laboral de este grupo etario, sobre todo en trabajos informales y con pagos exiguos. Una situación que se agrava en las zonas rurales del país.

• Los oficios domésticos y las labores de cuidado son las actividades que desempeñan principalmente, en especial las mujeres, y por lo general no tienen una remuneración o reconocimiento.

Apoyos, vivienda y familia de residencia

• La mitad de la población mayor en Colombia cuenta con una pareja, con la que generalmente convive. Una cuarta parte es soltera o separada y un 22,28% viuda.

• En el 62,0% de los hogares donde habitan asumen la jefatura.

• Según cifras del DANE, como en Colombia están aumentando los hogares conformados por una pareja y los unipersonales, se reducirán significativamente los soportes cotidianos de las personas mayores.

• En 2021 el 23,1% de los adultos mayores recibió aportes monetarios familiares o gubernamentales, como la asistencia social y las transferencias condicionadas.

• En 2021, el 60% de las personas mayores en zonas urbanas residía en una vivienda propia y la mayoría contaba con servicios públicos. Sin embargo, el pago de estos suponía, en muchos casos, privaciones constantes en aspectos como nutrición y salud.

Salud

• Casi la totalidad de las personas mayores en Colombia se encuentran afiliadas al sistema de salud, la mitad de éstas pertenecen al régimen subsidiado.

• Las limitaciones económicas y de movilidad dificultan la accesibilidad a los servicios de salud y a la entrega de medicamentos.

• El 40% de las personas mayores sufre de una o más patologías crónicas (entre esas: hipertensión arterial, EPOC, diabetes) y un 18,7% presenta algún grado de discapacidad.

• La pandemia por COVID-19 generó distintos efectos, los más graves: la mortalidad y la letalidad; aislamiento; retrasos en las consultas y en el control de otras patologías; e incremento del sufrimiento emocional, como soledad, estrés, preocupación y depresión. En contraste, contaron con una mayor visibilidad social, la recepción de ayudas económicas y en especie, y la priorización en el Plan Nacional de Vacunación.

Participación, entornos físicos, sociales y culturales

Estos son los factores que limitan la participación y apropiación de los entornos:

• Inseguridad y hostilidad del ambiente físico

• Aumento en los costos del transporte

• Percepción de discriminación

• Haber vivido situaciones de violencias o haber crecido en contextos violentos, más de un millón de personas entre 61 y 100 años son víctimas del conflicto armado interno.

• La baja escolaridad formal (ausente 12,93%; básica primaria 47,98%).

• El 63,7% no usa internet, lo que restringe el acceso a bienes y servicios.

Estos, y los demás resultados del estudio, permitieron concluir que Colombia ha avanzado en la consideración de los derechos de los adultos mayores. Sin embargo, esto ocurre en un contexto con problemáticas diversas y con una significativa desigualdad. El impacto de la crisis asociada con la pandemia por COVID-19 y de la crisis financiera, alimentaria y de combustible, es distinta para los diversos grupos poblacionales, con consecuencias más graves para aquellos en condiciones de vulnerabilidad, como es el caso de un gran porcentaje de los adultos mayores, quienes han “naturalizado” ciertas condiciones de precariedad y de exclusión como parte de su vida cotidiana, exacerbando los efectos negativos.

Consulte aquí el estudio entero y las recomendaciones realizadas ante los hallazgos.