“Para mí el mundo divino ha sido la Compañía de Jesús y, dentro de ella, la Universidad Javeriana. Aprecio profundamente su misión y aquí me siento como pez en el agua”
"Yo, como maestro, incito a los estudiantes a que pongan sobre la mesa sus deseos, sus críticas, sus anhelos, sus rabias y sus contradicciones, y que desde allí nos preguntemos: cuál es aquel comportamiento que verdaderamente nos plenifica, el auténticamente humano”.
“La fé es una dimensión súper importante en la vida y si uno no la trabaja un poquito, se pierde la riqueza de disfrutar de lo que es creer en Dios, de lo que es sentir caminar uno en esa presencia de Dios en la vida”.
“El trabajo en teología es supremamente maravilloso, para mí es el don más grande que he recibido de Dios, junto con mi ordenación sacerdotal… es poner en el centro de la academia, el saber sobre Dios”.
"La acción tiene un valor teológico en sí porque con ella se construye el mundo, la historia, el arte y ese es el plan de Dios. Esa acción tiene un valor interno de bondad, de entidad, de método, de moralidad. Para Ignacio de Loyola a Dios no hay que buscarlo tanto en su cielo, hay que buscarlo -dice él- en los elementos dando ser, en las plantas vegetando, en los animales censando, en el hombre dando entender. Esa es la casa de Dios."
“Al Arzobispo le pareció que debían sacarme del seminario por temor a que estuviera enseñando cosas que no le gustaban, entonces me sacaron y me recibieron en la Compañía de Jesús.”