Responder al llamado: Buenas prácticas de liderazgo universitario jesuita en justicia ambiental

Frente al creciente deterioro ecológico, las universidades jesuitas están siendo convocadas a una acción climática audaz y coordinada.

La plenaria con la que cerró la Asamblea 2025 de la Asociación Internacional de Universidades Jesuitas (IAJU), desarrollada en la Pontificia Universidad Javeriana, en Bogotá - Colombia, del 30 de junio al 3 de abril, fue sobre “Justicia ambiental: Responder al clamor de la Tierra y al clamor de los pobres” invitó a líderes de todo el mundo para evaluar la respuesta de las universidades jesuitas a Laudato Si’ del papa Francisco y fortalecer el papel de esta red como motor de transformación ecológica y social.

Comprender la crisis y la respuesta de la educación superior jesuita

Según el Centro de Resiliencia de Estocolmo, seis de los nueve límites planetarios ya han sido sobrepasados, lo que pone en grave riesgo la estabilidad del planeta. Esta crisis, profundamente entrelazada con la pobreza, la desigualdad y el desplazamiento, exige un cambio sistémico. Las instituciones de educación superior tienen una posición única para liderar esta transformación.

Para entender y mejorar la respuesta de las instituciones jesuitas, se presentaron dos encuestas clave:

La encuesta “PAU4” de toda la Compañía, presentada por el P. Roberto Jaramillo, S.J. (Secretariado de Justicia Social y Ecología de la Compañía de Jesús), recopiló las voces de más de 1.400 colaboradores jesuitas en seis regiones del mundo. Identificó intervenciones sustanciales, más allá de lo cosmético, como la educación y las iniciativas de base, y destacó oportunidades para fortalecer y ampliar el impacto.

· El Inventario Eco-Social de la IAJU, presentado por el Dr. Michael Schuck (Universidad Loyola de Chicago, EE. UU.), mapeó 355 prácticas de cuidado de la Tierra en cuatro dimensiones de la vida universitaria: operaciones institucionales, asuntos académicos, compromiso co-curricular y alianzas cívicas. Este inventario no solo mide lo realizado, sino que también sirve como recurso para compartir buenas prácticas e inspirar nuevas acciones.

Las siguientes buenas prácticas, extraídas de las presentaciones plenarias, ofrecen una hoja de ruta para los líderes universitarios jesuitas que buscan asumir este llamado a la justicia ecológica:

 

1. Hacer del liderazgo ambiental una prioridad estratégica

“Si queremos formar ciudadanía ecológica, la rectoría debe asumirlo como máxima prioridad.” —Dra. Nancy Tuchman, Universidad Loyola de Chicago (EE. UU.)

Acciones:

· Incluir metas ambientales en los planes estratégicos y las declaraciones de misión.

· Respaldar el liderazgo con presupuesto y responsabilidad ejecutiva.

· Alinear la infraestructura y las decisiones financieras con objetivos de sostenibilidad.

 

2. Integrar la ecología en todo el currículo

“Todo estudiante debe graduarse entendiendo el clamor de la Tierra y el clamor de los pobres.” —P. François Kaboré, Universidad Jesuita de Ciencias de Kosyam (Burkina Faso)

Buenas prácticas:

· Ofrecer cursos obligatorios de justicia ambiental con enfoque interdisciplinar.

· Promover experiencias de aprendizaje como SAHAAYA en la Universidad San Aloysius (India).

· Incentivar la investigación que conecte ciencia ambiental, ética y política pública.

 

3. Usar el campus como laboratorio viviente

Acciones:

· Implementar operaciones sostenibles: sistemas de cero residuos, energías renovables, uso eficiente del agua.

· Involucrar a estudiantes y personal en el diseño, monitoreo y mejora de prácticas ecológicas.

· Visibilizar públicamente los avances para fortalecer el orgullo institucional y la rendición de cuentas.

 

4. Ampliar el compromiso cívico y la colaboración global

“No basta con cuidar: debemos colaborar para proteger nuestra casa común.” —P. Roberto Jaramillo, S.J., Secretariado de Justicia Social y Ecología (Italia)

Estrategias:

· Participar en redes locales y globales de justicia climática, ONG, gobiernos y campañas como la del COP30.

· Fortalecer la defensa liderada por estudiantes y la acción intergeneracional.

 

5. Empoderar a docentes, estudiantes y personal

“La ecología integral es parte de nuestra formación integral: académica, espiritual y comunitaria.” —Dra. María Adelaida Farah Quijano, Pontificia Universidad Javeriana (Colombia)

Implementación:

· Ofrecer formación en justicia ambiental a docentes y directivos.

· Incluir la formación ecológica en programas de liderazgo jesuita y laico.

· Crear equipos interdepartamentales que lideren iniciativas de sostenibilidad.

 

6. Medir avances y compartir lo que funciona

“Sin importar el tamaño institucional, podemos—y debemos—hacer más.” —Dr. Michael Schuck, Universidad Loyola de Chicago (EE. UU.)

Herramientas:

· Utilizar el Inventario Eco-Social de la IAJU y la Encuesta PAU4 para evaluar el desempeño y orientar las acciones.

· Fomentar el aprendizaje entre pares mediante intercambios regionales y foros virtuales.

· Identificar brechas y áreas prioritarias, especialmente en currículo e investigación.

 

7. Promover el diálogo, la reflexión y la espiritualidad ecológica

“El diálogo es herramienta de reconciliación. Así comienza la transformación.” —Dr. Christopher Bacon, Universidad de Santa Clara (EE. UU.)

Prácticas:

· Promover diálogos en campus inspirados en la reflexión ignaciana sobre justicia y ecología.

· Ofrecer retiros Laudato Si’ y formación espiritual que vincule el cuidado de la creación con el de los más vulnerables.

· Fomentar la participación de perspectivas diversas e interculturales en la toma de decisiones ambientales.

 

Llamado final a la acción

Las universidades jesuitas tienen la misión, la red y la oportunidad de liderar una respuesta global a la crisis climática. Comprometiéndose con la ciudadanía ecológica, la integración académica y el liderazgo comunitario, pueden convertirse en agentes audaces de justicia y reconciliación.

Con la cercanía del COP30, se invita a los líderes jesuitas a recorrer el camino de Laudato Si’ con convicción, valentía y creatividad—respondiendo no solo con palabras, sino con acciones transformadoras.