Agenda - Pacto Educativo Global

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Los Foros se realizarán los jueves, de 5:00 a 7:00 p.m., hora Colombia. Tendrán un conferencista principal (30 minutos) y dos o tres comentaristas (15 minutos cada uno). El tiempo restante será trabajo dirigido de los participantes.

Pontificia Universidad Javeriana
Introductorio. El Pacto Educativo Global y las Universidades
Introductorio. El Pacto Educativo Global y las Universidades

La iniciativa de promover un Pacto Educativo Global propuesta por el Papa Francisco, pretende fomentar, desde un modelo educativo humanista, relaciones fraternas basadas en la solidaridad y la custodia de la dignidad humana. En esta perspectiva el Pacto que se quiere proponer exige de todos los actores educativos, la generación de itinerarios de escucha que incluyan a las nuevas generaciones para así contrarrestar modelos sociales que han relegado en la sociedad a diversos agentes protagonistas de la educación. El PEG se enmarca en la formación de una educación que ponga a disposición las mejores herramientas para hacer que la educación tenga los más elevados y cualificados criterios de calidad.

Es así como las universidades están llamadas a liderar estrategias que, desde la docencia, la investigación y la extensión, fomenten y auspicien otras formas de entender la economía, la política, las nuevas ciudadanías, las relaciones entre las religiones y otras relaciones sociales que conduzcan al fomento de un mundo en el que, al estar conectado todo con todos, se promueva un desarrollo humano de forma integral, solidaria, sostenible y sustentable.

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Pontificia Universidad Javeriana
El reto de formar personas singulares y en armonía con el entorno
El reto de formar personas singulares y en armonía con el entorno

“Educar es un acto de amor y de esperanza”, con estas palabras el Papa Francisco le ha propuesto al mundo de la educación renovar su vocación educativa como una vía de transformación de la cultura de la exclusión. Para iniciar esta renovación cultural, el Papa ha venido construyendo una propuesta que parte de una filosofía personalista en la que el punto de partida y de llegada, de la educación, es el ser humano en su singularidad. Así las cosas, el PEG se convierte en una estrategia en la que, en la aldea global, todo es fundamental para formar a las nuevas generaciones en un modelo incluyente, solidario y sustentable; en contraposición a la cultura individualista: “Hoy se necesita una etapa renovada de compromiso educativo, que involucre a todos los componentes de la sociedad” subraya Francisco.

El PEG se presenta como una invitación del Papa a fomentar, desde la educación, un modelo de transformación cultural en el que la centralidad de la persona es una clave trasversal en su comprensión. “La persona humana, con sus derechos inalienables, está naturalmente abierta a los vínculos. En su propia raíz reside el llamado a trascenderse a sí misma en el encuentro con los otros” (Fratelli Tutti, 111). Este llamado del Papa a poner a la persona en relación con los otros, y a establecer vínculos con su entorno, responde a una de las áreas propias del PEG que es la ecología integral, objeto de estudio y profundización del PEG.

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Pontificia Universidad Javeriana
El reto de escuchar y acompañar a los niños, niñas, jóvenes y adolescentes en la construcción de sociedades justas y en paz
El reto de escuchar y acompañar a los niños, niñas, jóvenes y adolescentes en la construcción de sociedades justas y en paz

Que el proceso educativo tiene su centro en la persona humana, y particularmente en aquella que se encuentra en pleno proceso de desarrollo, es una de las creencias básicas de todo el pensamiento pedagógico contemporáneo. Dicha perspectiva es perfectamente compatible con el llamado del Evangelio a dar preferencia a los que son más vulnerables y a construir, desde su perspectiva, una sociedad más justa, igualitaria y fraterna. De este modo, uno de los principales retos que plantea el PEG propuesto por el Papa Francisco es el de “escuchar y acompañar” a los niños, niñas, jóvenes y adolescentes en estar tarea de construir sociedades justas y en paz.

Un educador, antes que enseñar a toda costa, debe escuchar y acompañar a aquellos a quienes dirige su enseñanza, pues este es el punto de partida de todo esfuerzo pedagógico. Ahora bien, se trata de observarlos y escucharlos en lo que son: de identificar sus posibilidades, sus necesidades y sus rasgos característicos (sus formas de razonar, sentir, pensar, etc.); y de buscar en los niños, niñas y jóvenes no a los adultos del futuro, sino a seres sentientes y pensantes que tienen intereses y modos de ver propios.

Además, el Papa Francisco nos invita a estar atentos a sus necesidades y llamados, siendo conscientes que es nuestra tarea la de heredar un mundo mejor a las nuevas generaciones. Dice al respecto:

¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo? […] si esta pregunta se plantea con valentía, nos lleva inexorablemente a otros cuestionamientos muy directos: ¿Para qué pasamos por este mundo? ¿para qué vinimos a esta vida? ¿para qué trabajamos y luchamos? ¿para qué nos necesita esta tierra? Por eso, ya no basta decir que debemos preocuparnos por las futuras generaciones. Se requiere advertir que lo que está en juego es nuestra propia dignidad. Somos nosotros los primeros interesados en dejar un planeta habitable para la humanidad que nos sucederá. Es un drama para nosotros mismos, porque esto pone en crisis el sentido del propio paso por esta tierra (Laudato si´, 160).

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Pontificia Universidad Javeriana
Inclusión y participación de la mujer en la educación católica
Inclusión y participación de la mujer en la educación católica

En su encíclica Fratelli Tutti, el Papa Francisco reconoce que la historia, y la propia Iglesia, tienen una deuda histórica con las mujeres que solo recientemente se ha empezado a pagar, pues no solo no se han reconocido suficientemente sus derechos, sino que se les ha excluido de los lugares de protagonismo histórico. Dice allí:

La organización de las sociedades en todo el mundo todavía está lejos de reflejar con claridad que las mujeres tienen exactamente la misma dignidad e idénticos derechos que los varones. Se afirma algo con las palabras, pero las decisiones y la realidad gritan otro mensaje. Es un hecho que doblemente pobres son las mujeres que sufren situaciones de exclusión, maltrato y violencia, porque frecuentemente se encuentran con menores posibilidades de defender sus derechos (Fratelli Tutti, 23).

Dicha situación debe enfrentarse a través de una triple dinámica que debe permear las diversas instituciones educativas:

  • una de lucha contra todas las formas de exclusión,
  • otra que propicia formas de inclusión, y
  • una tercera que establece condiciones y garantías de participación orientadas a favorecer la igualdad y dignidad para hombres y mujeres en las diversas instancias de la educación católica.

Lo anterior implica, entre otras cosas, el reconocimiento y valoración del papel protagónico que las mujeres pueden y deben cumplir tanto dentro de la sociedad contemporánea como dentro de la propia Iglesia, evitando, además, que este papel fundamental de las mujeres en la educación católica se vea ensombrecido por cierta tendencia, que ha existido a lo largo de los siglos, a que el trabajo educativo de las mujeres quede, como tantas otras cosas, subordinado a la primacía de los varones.

Es preciso, entonces, luchar contra toda manifestación de machismo en las instituciones católicas, pero sobre todo buscar cómo enriquecer nuestros procesos educativos con una visión femenina.

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Pontificia Universidad Javeriana
¿la familia sigue siendo la primera educadora? ¿Cómo articular la familia a las instituciones educativas?
¿la familia sigue siendo la primera educadora? ¿Cómo articular la familia a las instituciones educativas?

Este foro buscará reflexionar sobre la familia y su rol de educadora en medio de un mundo en el que la realidad familiar se ha transformado gracias a la adquisición y reconocimiento de los derechos de las mujeres y de los niños y adolescentes, junto con la aceptación y valoración de distintos tipos de familia, que ha permitido comprender y hacer frente a la diversidad de contextos en los que el individualismo y la soledad parecieran forzar la idea de que el ser humano es capaz de hacerse a sí mismo sin necesitar de nadie. Sin embargo, y no en pocos casos, las familias también se han convertido en sinónimo de exclusión, imposición y hasta de violencia provocando una profunda herida que solo siendo reconocida podrá ser reconciliada. Al respecto, el Papa Francisco dice:

Durante mucho tiempo creímos que, con solo insistir en cuestiones doctrinales, bioéticas y morales, sin motivar la apertura a la gracia, ya sosteníamos suficientemente a las familias, consolidábamos el vínculo de los esposos y llenábamos de sentido sus vidas compartidas. Tenemos dificultad para presentar al matrimonio más como un camino dinámico de desarrollo y realización que como un peso a soportar toda la vida (Amoris Laetitia, 29).

Desde esta percepción externa y la realidad interna de las familias, ¿cómo dentro del núcleo familiar puede restaurarse la solidaridad, el perdón, la reconciliación y los principios que pongan en el centro a la persona humana? Y ¿qué transformaciones son necesarias para volver a observar en ella un pilar fundamental en la formación de sujetos capaces de reconocerse a si mismos en comunión con Dios, con los demás seres humanos y con la naturaleza? Para ello, quizá ilumine hablar de una misión educativa de la familia porque “es el primer lugar donde se aprende a colocarse frente al otro, a escuchar, a compartir, a soportar, a respetar, a ayudar, a convivir. La tarea educativa tiene que despertar el sentimiento del mundo y de la sociedad como hogar, es una educación para saber «habitar»” (Amoris Laetitia, 214).

Esta extensión del mundo como hogar desde la realidad familiar puede esperanzarnos en la creación y consolidación de proyectos de vida capaces de sortear las adversidades con audacia y mantenerse en el llamado de que cada familia participa de la gran familia que es la humanidad que, a su vez, participa de la acción salvífica de Dios en la historia.

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Pontificia Universidad Javeriana
¿Cómo formar para la acogida del migrante, del desplazado y el marginado?
¿Cómo formar para la acogida del migrante, del desplazado y el marginado?

La acogida del otro, principio humano que reconoce en los demás seres humanos un vínculo inalienable que exhorta a salir al encuentro de sus necesidades, se ve en peligro por la normalización de la migración forzada y el desplazamiento a causa de la guerra, el despojo de tierras y la violencia que provoca la desaparición cultural de pueblos enteros. “Esto nos debe indignar, hasta hacernos bajar de nuestra serenidad para alterarnos por el sufrimiento humano. Eso es dignidad” (Fratelli Tutti, 30).

Para asegurar que la migración sea una decisión libre, es necesario garantizar que todos los seres humanos puedan participar de una distribución equitativa del bien común que viene acompañada de un reconocimiento y no estigmatización de su cultura, lengua, religión o lugar de origen.

Para ello, es fundamental combatir imaginarios totalizantes que buscan despojar de su humanidad a quienes están obligados a migrar convirtiéndolos en los más vulnerables de violencias y revictimizaciones, además de una crisis existencial impuesta por el desarraigo y la falta de hospitalidad. La cultura de la acogida debe entonces centrarse primeramente en quien migra, pero también en quien se queda y ve a su familia lejos de casa, como en quien recibe al que llega, solo así logrará enrostrar el drama humano detrás del dolor y el despojo a la luz de una realidad susceptible de ser transformada bajo los principios de subsidiariedad, solidaridad y participación común.

No podemos perder la oportunidad de ver que “la hospitalidad es un modo concreto de no privarse de este desafío y de este don que es el encuentro con la humanidad” (Fratelli Tutti, 38), capaz de reavivar la “aventura nunca acabada que integra todas las periferias hacia un pleno sentido de pertenencia mutua” (Fratelli Tutti, 40).

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La crítica del paradigma neoliberal y propuesta de alternativas
La crítica del paradigma neoliberal y propuesta de alternativas

La globalización del paradigma neoliberal es una de las causas de la crisis social y medioambiental en que se halla la Humanidad. “La política, -señala el Papa Francisco-, no debe someterse a la economía y ésta no debe someterse a los dictámenes y al paradigma eficientista de la tecnocracia” ( Laudato Sí, 189).

“La humanidad ha ingresado en una nueva era en la que el poderío tecnológico nos pone en una encrucijada” (Laudato Sí, 102). De una parte, somos creadores y beneficiarios de la tecnociencia que, bien orientada, genera “cosas realmente valiosas para mejorar la calidad de vida del ser humano” (Laudato Sí, 103). Sin embargo, quienes ostentan ese conocimiento, sumado al poder económico para utilizarlo, han adquirido una descomunal capacidad de dominar el mundo, con degradación ambiental, inequidad, exclusión y desconocimiento de la dignidad humana.

El papa Francisco ha promovido la creación de un pacto educativo global (PEG), que, desde una perspectiva colaborativa, intergeneracional, intercultural e inter y transdisciplinaria, propicie un cambio cultural global (un nuevo modelo cultural) de un humanismo solidario, que permita superar el antropocentrismo, el individualismo, el paradigma tecnocrático y la cultura del consumo y el descarte, de modo que se consiga un desarrollo verdaderamente sostenible, ético, solidario y cuidadoso de la casa común.

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Pontificia Universidad Javeriana
El reto de la subsidiariedad y la solidaridad en el cuidado de la casa común
El reto de la subsidiariedad y la solidaridad en el cuidado de la casa común

En general, hay coincidencia en que el otro, el diferente, sigue siendo un extraño que debe ser removido u ocultado; por su «venir de fuera» se presenta siempre como una amenaza. La reflexión sobre los temas del otro, de la diferencia, de la relación intersubjetiva e intercultural, conduce hacia la reciprocidad. La atención al otro y la experiencia de la fraternidad crean el contexto y la base de la comunidad, en la que las personas viven las relaciones de amistad, de comunión, de ayuda recíproca, es decir, de solidaridad. (Zani, 2022)

En concreto, la Carta Encíclica Laudato Si’ enmarca el reto de la subsidiariedad y la solidaridad en la búsqueda del bien común como principio que cumple un rol central y unificador en la ética social.

Así, señala el papa Francisco en su Encíclica, el bien común presupone el respeto a la persona humana con derechos básicos e inalienables ordenados a su desarrollo integral. También reclama el bienestar social y el desarrollo de los diversos grupos intermedios, aplicando el principio de la subsidiariedad. Igualmente, requiere la paz social, es decir, la estabilidad y seguridad de un cierto orden, que no se produce sin una justicia distributiva y cuya violación siempre genera violencia. Por ello, toda la sociedad –y en ella, de manera especial el Estado– tiene la obligación de defender y promover el bien común.

En las condiciones actuales de la sociedad mundial, donde hay tantas inequidades y cada vez son más las personas descartables, privadas de derechos humanos básicos, el principio del bien común se convierte inmediatamente, como lógica e ineludible consecuencia, en un llamado a la solidaridad y en una opción preferencial por los más pobres. (Laudato Sí, 156 a 158)

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Seminario Internacional sobre el magisterio educativo y cultural del papa Francisco: conceptos y praxis del Pacto Educativo Global


15 (PM), 16 y 17 (AM) de agosto de 2024
Pontificia Universidad Javeriana (Bogotá)

 

Trabajo
con Jóvenes

Desde septiembre de 2024 hasta febrero de 2025, los profesores participantes trabajarán con sus estudiantes en un ejercicio de incorporación o cualificación de los trabajos o grupos estudiantiles desde la inspiración y orientación de la perspectiva del Pacto Educativo Global. En ello, la Pontificia Universidad Javeriana ofrecerá a cada profesor hasta tres sesiones remotas, de una hora, de mentoría y acompañamiento.

En marzo de 2025, se solicitará a los profesores participantes la preparación y presentación del trabajo con sus estudiantes. Para ello, se entregará un formato de presentación de sus experiencias, para la evaluación por pares expertos de su calidad y desarrollo de los principios del Pacto Educativo Global. De ser evaluados positivamente se invitará a su presentación en un evento presencial en la Pontificia Universidad Javeriana.