agosto 2010 | Edición N°: año 49 No. 1260
Por: Redacción Hoy en la Javeriana | Pontificia Universidad Javeriana



Ha iniciado su gestión el nuevo Presidente de la República, Juan Manuel Santos, quien debe dirigir los destinos del país en el próximo cuatrienio, y como siempre ocurre en las transiciones de gobierno, a las propuestas de cambio y promesas, a la renovación de la esperanza y por supuesto, a las expectativas, se unen en esta hora visiones y diagnósticos de la realidad nacional que deben condicionar la agenda de Colombia. En este contexto, resulta propicio recordar la posición de nuestra Universidad. debemos tener presente ante todo que por disposición estatutaria, estamos comprometidos con la transformación de la sociedad, que nos hemos empeñado en hacerla “más civilizada, más culta y más justa”; y que sólo lo podemos hacer desde la especificidad propia de una institución universitaria, es decir, una labor que se realiza, por una parte, alrededor de la ciencia y la cultura, y por otra, en relación con la formación integral de las personas. ahora bien, en 1992, luego de un riguroso análisis sobre el país, basado especialmente en el Foro Colombia, una visión prospectiva, tomamos la decisión de “vigorizar nuestra presencia en el país, contribuyendo especialmente a la solución de siete problemáticas” en particular. Tal fue la fórmula del texto que hace parte de la Misión institucional aprobada en dicho año por el consejo directivo Universitario. ahora bien, ¿cuáles fueron esos asuntos colombianos que quedaron bajo nuestra mirada? En primer lugar señalemos las dos últimas problemáticas que figuran en la lista y que tienen estrecha relación entre sí. Una es “la deficiencia y la lentitud en el desarrollo científico y tecnológico”; la otra, “la irracionalidad en el manejo del medio ambiente y de los recursos naturales”. Se trata de dos asuntos de permanente interés para la Universidad, pues no sólo tienen que ver directamente con la investigación, una de las funciones sustanciales de toda institución universitaria, sino también con una concepción del progreso de la Humanidad a partir del cuidado del hábitat. al respecto el Presidente Santos en su discurso de posesión recordó, con una cita de un sabio naturalista, que “el mundo no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos”.

Otro de los asuntos considerados por la Javeriana está relacionado con los valores de la nacionalidad y la identidad cultural. Sobre los primeros hablamos del “poco aprecio” que tienen, y acerca de lo segundo, de la “falta de conciencia”. Por supuesto, esta situación se entrelaza con “la intolerancia y el desconocimiento de la pluralidad y la diversidad”, problemática que también se encuentra entre las siete señaladas por nuestra Universidad. En el fondo de estas formulaciones está el amor a la Patria o la pasión por Colombia, de la que hablara Luis Carlos Galán en sus años de estudiante en la Javeriana; y por supuesto, el reconocimiento de culturas, regiones, condiciones muy distintas para la realización de la vida de cada uno de los ciudadanos, sea campesino o habitante de ciudad, con necesidades y aspiraciones que no admiten homogeneización diferente a la que se funda en la dignidad humana que a todos nos iguala.

Precisamente, uno de los factores que crea diferencias sustanciales reside en “la discriminación social y la concentración del poder económico y político”. no pueden faltar entonces en la agenda de gobierno, la lucha contra la pobreza, que llega en muchos casos a niveles aberrantes, y el fomento de la democracia. El Presidente Santos ha querido aunar estos propósitos con la expresión “prosperidad democrática” que resume un gran objetivo: hacer que “los bienes naturales que nos fueron otorgados con tanta abundancia y que hemos multiplicado con ingenio y sabiduría, no sean el privilegio de unos pocos sino que estén al alcance de muchas manos”. Por supuesto, este empeño, fundado en el ideal de Justicia, exige la creación de empleo, de posibilidades de trabajo, -el Jefe de Estado ha indicado que esta es la prioridad y obsesión de su gobierno-, así como también una economía sana y próspera.

Dos problemáticas en particular constituyen obstáculo serio a estas iniciativas del nuevo mandatario que coinciden con anhelos del país. Por una parte “la inadecuación e ineficiencia de sus instituciones”, y por otra, “la crisis ética y la instrumentalización del ser humano”. En uno de los apartes del discurso, el Presidente Santos se refirió a la “transparencia y buen gobierno”. Dijo entonces que “vamos a perseguir a los corruptos que se roban los recursos de los colombianos. combatiremos con igual decisión la corrupción oficial o privada, y la relación de vasos comunicantes entre ambas”. En una reunión previa al acto de posesión, el nuevo Presidente de los colombianos había promovido un acuerdo entre los nuevos miembros del alto gobierno sobre principios de ética pública y comportamiento que deben observar en el ejercicio de sus cargos. Las siete problemáticas enunciadas por la Javeriana hace casi dos décadas, que mantienen vigencia, y los planteamientos del nuevo Presidente de la República, que sirven para ilustrar y actualizar esta visión de Colombia, deben ser nuestra referencia para continuar en la labor universitaria que nos hemos propuesto en relación con la solución de los problemas nacionales.