1 de Octubre del 2015 | Edición N°: Año 54 N°1312
Por: Carlos Andrés Medina Porras | Periodista Externo Oficina de Información y Prensa.



Carlos Rivera Rondón, del Departamento de Biología de la Pontificia Universidad Javeriana, participa en una investigación internacional que halló evidencia de que hace 1,8 millones de años hubo agua dulce en el norte de Tanzania, lo que permite inferir que allí habitaron comunidades de primates bípedos.

Investigadores de España, Sudáfrica, Reino Unido, Alemania y Colombia lograron hallar evidencia de que hace 1,8 millones de años en la localidad DK, en la Garganta de Olduvai, norte de Tanzania, hubo agua dulce, lo que permitió que los homínidos tuvieran en esta región las condiciones básicas para su vida y desarrollo social.

A esta conclusión se llegó luego de que Carlos Rivera, coinvestigador y profesor de la  Universidad  Javeriana  de  Bogotá,  analizara  unas  algas  microscópicas  llamadas diatomeas,  que  muestran  que  sí  había  el íquido vital en DK, “y por lo tanto es posible que hubieran vivido poblaciones de homínidos en esta zona, ya que este hallazgo permite  ser  relacionado  con  muestras  de fósiles y huesos de humanos que se han encontrado en la localidad”, afirmó el docente especialista en este tipo de algas.

Indica que “lo fundamental era demostrar que existían pequeñas  fuentes  de  agua  y  humedales  permanentes,  lo  que servía para el establecimiento de poblaciones de homínidos”.

La investigación multidisciplinaria llevada a cabo por el Olduvai  Landscape  Paleoanthropology  Project  (Olapp,  por  sus siglas en inglés), permitió realizar un estudio de la vegetación y del paisaje en los niveles más antiguos (Lecho I) de la localidad de DK, que ya había sido excavada en el pasado por Mary  Leakey.  La  reconstrucción  del  paisaje  y  la  vegetación se basó en un estudio integral de fitolitos, diatomeas (restos silíceos de plantas y algas, respectivamente) y otros indicadores geológicos.

Había vida

Los resultados indican que aproximadamente hace 1,8 millones de años, esta zona tenía abundancia de pastos, una diversidad de plantas potencialmente comestibles y disponibilidad de agua relativamente dulce.

Así,  en  ese  tiempo,  el  sitio  DK  podría haber  proporcionado  alimentos  vegetales para los homínidos, como frutos de los árboles y arbustos y rizomas ricos en almidón y tubérculos de juncos y cañas. En general, los resultados en la localidad DK presentan un paisaje vegetal diferente, en comparación con resultados encontrados anteriormente  en  otros  niveles  estratigráficos  de otras regiones de Olduvai.

La reconstrucción de la vegetación en DK es liderada por Rosa María Albert, del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología, de la Universidad de Barcelona.

La Garganta de Olduvai, en el norte de Tanzania, es uno de los  yacimientos  paleoantropológicos  más  relevantes,  ya  que presenta un importante registro de fósiles vertebrados, incluyendo  restos  de  homínidos  e  industria  lítica,  procedente  de depósitos del plioceno y el pleistoceno.

En  el  período  en  el  que  homínidos  como  el  Paranthropus boisei y el Homo habilis habitaron la zona (hace aproximadamente 1,8 Ma), existió un lago altamente salino-alcalino, que progresivamente se cubrió de cenizas y otros materiales pro- venientes de su cuenca. El estudio del registro sedimentario, que abarca más de dos millones de años de historia, permitió reconstruir las transgresiones y regresiones del paleolago, permitiendo interpretar ciclos climáticos húmedos y secos.

 

Qué son las diatomeas

El profesor Carlos Rivera explica que las diatomeas son algas microscópicas, que miden principalmente entre 10 y 100 micras, es decir, de 0,01 a 0,1 milímetros. Tienen una pared de sílice que las hace resistentes y les da la apariencia de pequeños estuches de vidrio. A pesar de que son muy pequeñas, pueden ser  fácilmente  estudiadas  usando  un  microscopio  y  aportan mucha información de cómo son los ambientes acuáticos en los que viven.

Las  diatomeas  crecen  en  una  variedad  de  ambientes  que incluyen lagos, humedales y ríos. Al morir, sus resistentes paredes de sílice caen hasta el fondo de los ambientes acuáticos por lo que se acumulan progresivamente en diferentes estratos. Las diatomeas pueden acumularse en los sedimentos de los lagos en periodos que van desde decenas hasta millones de años. Para estudiarlas, se toman muestras de estos estratos y al analizar simultáneamente la edad de los sedimentos, es posible reconstruir como eran esos ambientes en periodos concretos del pasado.

La  Garganta  de  Olduvai, en  el  norte  de  Tanzania, es  uno  de  los  yacimientos    paleoantropológicos más   relevantes,   ya   que presenta   un   importante registro  de  fósiles  vertebrados, incluyendo restos de homínidos e industrialítica,  procedente  de  depósitos  del  plioceno  y  el pleistoceno.