junio 2017 | Edición N°: año 56, nro. 1328
Por: Hoy en La Javeriana | Pontificia Universidad Javeriana



 

Eran las 6:30 de la mañana del sábado 10 de junio y ya María Francisca Roldán se encontraba en su oficina preparando los últimos detalles del segundo encuentro artístico familiar. Faltaba tan solo una hora y 30 minutos para que 118 egresados de la Javeriana llegaran con sus hijos a disfrutar de una mañana exclusiva para la familia. Con ella se encontraban once profesores, Maestros en artes, quienes seguían con detalle las indicaciones para desarrollar el taller de artes plásticas, escénicas y música, en el que son expertos, y cuya formación lleva más de 25 años en el Programa Infantil y Juvenil -PIJ- de la Facultad de Artes de la Javeriana. María Francisca, como directora del PIJ, confiaba plenamente en su equipo de trabajo, pero tenían por delante el reto de recibir a 153 niños entre los 3 y 17 años que, junto con sus padres, eran en total 271 personas listas para vivir un tiempo de calidad en familia alrededor del arte. A las 8:00 de la mañana poco a poco a la fría plazoleta del edificio Gerardo Arango, S.J., fueron llegando los invitados especiales. En los rostros de los adultos se podía ver la expresión de asombro al encontrarse ante la majestuosidad de la estructura dedicada a la formación de artistas. Varios estaban reconociendo su Universidad, mientras los niños jugaban en las escaleras y otros corrían a la mesa de inscripción para recibir su escarapela de identificación y los materiales del taller de plásticas. Los encargados de recibirlos fueron 22 estudiantes de las facultades de Ingeniería y de Ciencias Económicas y Administrativas, quienes en su rol de monitores también habían recibido las indicaciones de María Francisca. Cada uno tenía una misión específica para garantizar que todo lo que se organizó meses atrás diera el resultado esperado: fortalecer el vínculo con los egresados. Tras bambalinas, un sólido equipo de trabajo de las coordinaciones de egresados de las facultades de Arquitectura y Diseño, Ciencias Económicas y Administrativas, Comunicación y Lenguaje e Ingeniería, junto con el programa Regresa, de la Dirección de Relaciones con Egresados de la Javeriana, coordinaban el minuto a minuto del encuentro artístico familiar. “Los encuentros con egresados por lo general son actividades académicas y sociales, relacionadas con su profesión. Invitarlos con sus hijos a un taller de artes y música es sacarlos un poco del contexto de cada disciplina y romper con el esquema, incluso, de lo que nuestros egresados hacen a diario. Es ver más allá de la formación académica y pensar en esos espacios que tienen un valor inmenso como es un momento para compartir con la familia. Este encuentro se concibió como una actividad de padres e hijos y no de la manera típica donde los papás dejan al niño y se van”, explica Claudia Riveros, coordinadora de egresados de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas. Entre las 8:30 de la mañana y la 1:00 de la tarde egresados e hijos disfrutaron hacer música con su cuerpo en la clase de stomp, de inventar nuevos movimientos y expresarse de manera orgánica de acuerdo con las indicaciones del profesor en la clase de movimiento, y de crear una obra artística a partir del cuerpo humano de padres e hijos en una sola silueta, donde los colores y la técnica de pintar reflejaron mucho más que las habilidades manuales en la clase de artes plásticas. Cada taller de 45 minutos estuvo enmarcada por las risas y por la dedicación a vivir experiencias fuera de lo cotidiano. Tomás La Rota Murcia, de 8 años e hijo de Gloria Murcia, egresada en 1994 de Administración de Empresas, contó que “con la actividad de la pintura aprendí que no solo lo que llamamos cuerpo es lo que la parte científica dice que es, sino que nos podemos imaginar todo: las emociones, los sentidos. Siempre hay que tener una imaginación pura para poder inventar nuevas cosas”. Gloria lo mira con cariño y mientras termina de acomodarle la chaqueta comenta que “este tipo de eventos ayuda a que uno no tenga que dejar el tiempo con la familia para volver a la universidad, sino que al contrario uno puede traerlos a aquí”. Fueron solo cuatro horas, pero “Nicolás y yo compartimos una mañana maravillosa, mágica, íntima e inolvidable. ¡Logré soñar con mis hijos en la Javeriana!, comenta Yenni Pineda Fierro, comunicadora social graduada en 1997. Y es que lograr este sentimiento de alegría, satisfacción y orgullo en los egresados de la Universidad es lo que busca la Dirección de Relaciones con Egresados de la Javeriana. “En la Universidad pensamos en el egresado no solo como la persona que se graduó de un programa, sino como en la persona que tiene un entorno actual. Y no pretendemos que sacrifique un fin de semana de pasar con su familia por acompañarnos en un encuentro de la Universidad”, explica Luz Beatriz Baquero, Directora de la Oficina de Relaciones con Egresados. Hoy en día la Javeriana es pionera en seguir promoviendo la formación integral y la construcción de comunidad incluso fuera de Colombia, pues este tipo de eventos también se están realizando en los capítulos javerianos en el exterior. “En la página web javerianos en Canadá están invitando a la Lechona Javeriana 2017, un encuentro donde además de compartir un almuerzo, hacen zumba, talleres infantiles y concursos familiares”, añade Luz Beatriz Baquero. A la 1:00 de la tarde nuevamente la plazoleta del edificio Gerardo Arango, S.J. volvió a ser el punto de encuentro, pero esta vez ya no era el frío de la mañana el protagonista. Se imponían los abrazos entre niños que habiéndose conocido pocas horas antes ya se llamaban amigos. Y el saludo de manos entre los egresados que siendo de carreras distintas tuvieron en común el espacio dedicado para compartir con sus hijos. “El valor agregado que tiene este tipo de encuentros, más allá de fortalecer los vínculos con egresados, es darles un tiempo de valor a las familias aquí, en la Javeriana. Porque la actividad que hicimos es de integración total: bailando, moviéndose, pintando. Esta clase de encuentros y tiempo en familia no se logra en ningún otro sitio”, concluye Claudia Riveros.