Colombia ante Nicaragua. Ganó el derecho como mecanismo pacífico para la solución de controversias
El 13 de julio inició para Colombia con gran expectativa. En las primeras horas de la mañana el tema de conversación en los medios de comunicación nacionales era solo uno: el fallo final de la Corte Internacional de Justicia sobre el pleito de más de 20 años con Nicaragua.
Este país de Centro América, a través de diferentes demandas, reclamó tener derecho sobre las islas de San Andrés y Providencia, ubicadas frente a la costa atlántica de Nicaragua, al igual que varios cayos y sobre un área de casi 50.000 kilómetros cuadrados de aguas de pesca. Su última pretensión era extender la plataforma continental más allá de las 200 millas náuticas, por encima del espacio marítimo de Colombia.
Por ello, cuando sobre las 8:30 de la mañana la magistrada Joan Donogue, presidente del Tribunal Internacional de Justicia, anunció que “la Corte concluye que no puede extenderse la plataforma continental que se sobreponga sobre otro Estado”, los colombianos entraron en júbilo, pues el país no solo había logrado defender y demostrar el derecho soberano sobre su plataforma continental, sino terminar definitivamente cualquier pretensión adicional de Nicaragua.
Para la comunidad educativa de la Universidad Javeriana este triunfo fue doble, ya que dos de las cuatro personas que conformaron el equipo de defensa del país son javerianos: Eduardo Valencia Ospina y Carolina Olarte Bácares.
Carolina Olarte, es hoy en día la embajadora de Colombia ante el Reino de los Países Bajos, miembro de la Corte Permanente de arbitraje de La Haya; se formó como abogada internacionalista en la Universidad Javeriana y fue decana de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Javeriana entre enero de 2020 y febrero de 2023.
“Lo primero que pasó por mi mente fue una idea de tranquilidad y obviamente la que siguió rápidamente fue la felicidad por el país, por todo el equipo que trabajó intensamente para alcanzar ese resultado. Fue una gran satisfacción y gratitud por todas las decisiones que tomamos como equipo y por las decisiones personales que nos trajeron hasta este momento”, comenta la embajadora.
“El derecho y los mecanismos judiciales demuestran que están para solucionar las controversias y siguen siendo una alternativa muy significativa para la paz y para la seguridad internacional”, Carolina Olarte Bácares.
“Este era un caso muy complejo, pues estaba en juego mucho más que la delimitación del lecho y del subsuelo marino, eran muchos aspectos del país en juego y cualquiera que fuera la decisión iba a impactar de manera muy decidida la forma de vida de muchas personas, como los pescadores en San Andrés, así como la custodia de intereses ambientales importantísimos en el Caribe occidental”, comenta Carolina.
Las acciones que permitieron a Colombia alcanzar este resultado positivo para el país y reconocido tanto a nivel nacional como internacional fue fruto de la entrega y la disposición total de las capacidades del equipo de agentes y coagentes, quienes entregaron su tiempo y concentración completos para la definición de la estrategia y ver todos los aspectos y expectativas que rodeaban este proceso. “Hoy puedo afirmar con absoluta certeza que nos caracterizó un altísimo sentido del servicio desprovisto de intereses particulares, eso mezclando los contextos del equipo de agentes y coagentes. Por un lado, la enorme generosidad con el conocimiento y con la experiencia de una persona con tantos años de servicio como Eduardo Valencia y de quien hoy en día uno podría afirmar que lo ha visto todo en el mundo jurídico internacional. Esto conjugado con el vínculo que nos une a Elizabeth Taylor y a mí con el Estado, porque las dos somos actualmente servidoras públicas, trabajamos en la definición y en la representación de los intereses del Estado en el exterior”, explica la embajadora.
Dos mujeres en la defensa estratégica de Colombia
En este caso también resalta haber tenido por primera vez a dos mujeres en el equipo de coagentes de la defensa de Colombia. Junto a Carolina Olarte Bácares estuvo Elizabeth Taylor, bióloga marina, actual ministra de Asuntos Multilaterales y quien nació en la isla de Providencia. Resalta porque aun en pleno siglo XXI sigue siendo baja la participación de la mujer en escenarios directivos de las diferentes profesiones, y el derecho no es la excepción.
“Lo cierto es que con el nombramiento mío y de Elizabeth estábamos frente a un techo de cristal. Por ello, tener a mujeres en el renglón directivo más alto de la estrategia como coagentes, significa, a mi juicio, mucho para el rol de las mujeres en la defensa de los intereses del Estado en el escenario legal internacional”, explica Carolina quien comenta que las abogadas que antes estaban vinculadas al caso eran funcionarias de carrera diplomática que ejercían funciones de apoyo y de asesoría. “Desempeñaban de manera preferente roles asociados al género a través de posiciones asistenciales, esa era la realidad”.
Nuestra embajadora se enfocó en avanzar en la estrategia tomando en consideración todos los asuntos pendientes, además del impacto que la decisión de la Corte iba a tener para las comunidades. Por su parte, Elizabeth fue un complemento para el equipo por su conocimiento sobre temas biológicos y sociales del archipiélago. “Las dos privilegiamos el trabajo en equipo, privilegiamos una gran apertura a las diferentes ideas y a las aproximaciones a los problemas jurídicos; el interés de tener una visión de 360 grados que involucrara no solamente la defensa legal del estado, sino especialmente el relacionamiento con las comunidades”, puntos que fueron esenciales en la construcción de los argumentos de Colombia presentados a la Corte.
La profesión como un servicio para los demás
De acuerdo con la embajadora, la lección más importante de este caso entre Colombia y Nicaragua es “la demostración de que el derecho y los mecanismos judiciales para solucionar controversias siguen siendo hoy en día, en el siglo XXI, una alternativa muy significativa para la paz y para la seguridad internacional. El imperio de la ley sigue vigente y con este caso se refuerza esa naturaleza del derecho como uno de los innumerables medios que tiene la sociedad a disposición para lograr la justicia, la justicia social y la justicia ambiental”.
A lo anterior se une la responsabilidad de poner al servicio de los más necesitados y de los intereses del país, varios años de estudio y de trabajo, donde Carolina Olarte se ha dedicado a demostrar la importancia del derecho como un medio para regular las relaciones humanas y las sociales. “Como profesional, la principal lección que me llevo es lo enriquecedor y lo fructífero que es trabajar en equipo por fines y por ideales comunes. Además, la importancia de ejercer la profesión como un servicio para los demás, para la sociedad y no simplemente como un proyecto o un triunfo personal. Esto último es lo que garantiza el sentido de libertad y de tranquilidad de la misión cumplida”.