Enero-febrero 2010 | Edición N°: año 49 No. 1254
Por: Carolina Granados y Carolina Valderrama | Pontificia Universidad Javeriana



Desde el 2007, en trabajo conjunto de la Facultad de Comunicación y Lenguaje, y la Secretaría de Asuntos Internacionales, la Universidad Javeriana viene desarrollando el Proyecto China. En el marco de este proceso, se han consolidado importantes relaciones de cooperación con universidades y empresas de ese país. Además, se han conseguido grandes avances en términos de movilidad estudiantil y de profesores, y de oportunidades
 en educación continua.

Hoy, EL proyecto sigue creciendo y se acaba de dar un nuevo paso en la relación con el Beijing Center de Estudios Chinos (TBC). Con la visita de su nuevo director de origen brasilero, el Padre Roberto Ribeiro S.J., se consolidaron las relaciones de cooperación y, como resultado inmediato, el TBC ofrece el 50 por ciento de una beca a dos de nuestros estudiantes y la Javeriana brinda otro 25 por ciento del programa de estudios. asimismo, quedaron abiertas muchas posibilidades para que en el futuro se fortalezca la relación entre las dos instituciones. durante su permanencia en Bogotá, el Padre Ribeiro S.J. resaltó de la Javeriana “la seriedad con la cual cumple su misión de educar y de compartir conocimiento, la competencia académica, la actitud frente a la humanidad, la transparencia y el cuidado con la creación”. También se tuvo la oportunidad de escuchar sobre su experiencia de vida.

¿Cómo percibe el diálogo entre Oriente y Occidente? Como inevitable. No nos podemos ignorar más. Lo veo como una oportunidad de crecimiento para toda la tierra, porque tenemos valores suplementarios. Yo no comprendo el diálogo como la supresión de las diferencias, sino como el enriquecimiento de ellas y una comprensión y aceptación mutuas. Lo que creo, espero y promuevo es una conversación a través de la cual las personas se comprenden mejor a sí mismas, a las otras y aceptan convivir y aprovechar de esta generosidad de dios que es la diversidad.

¿Qué aportes ha recibido de la continua interacción con diferentes culturas? En cada posibilidad que tuve de encontrar otra cultura y de encontrar otras personas de otras culturas diferentes, me comprendí cada vez más a mí mismo y a mi propia cultura. El viaje a China es el mayor intercambio cultural de mi vida. Me ofreció la posibilidad de ver el mundo con ojos nuevos, de descubrir otras culturas, pero también de descubrir que el mundo donde nosotros vivimos es la misma creación, que somos todos seres humanos. Es una oportunidad para descubrir valores comunes, para comprender las diferencias y estar más abierto a ellas y a la comunicación.

Desde su experiencia de vida, ¿qué mensaje le puede dar a las nuevas generaciones? Que sueñen una creatividad basada en la fraternidad. Yo creo que el mayor regalo que hemos recibido del dios Jesucristo es comprender que hay un mundo en cada persona y que somos todos iguales donde quiera que estemos y haciendo lo que hagamos, que somos hermanos y hermanas.

¿Cómo describiría la labor de los Jesuitas en Asia? Compartiendo y promoviendo la esperanza, porque a veces las estructuras culturales, históricas y políticas son más pesadas que el valor del individuo. Yo creo que nosotros como jesuitas en Asia estamos dialogando con unos valores maravillosos de culturas milenarias, para encarnar los valores en los cuales creemos: en el valor de cada ser humano, en la promoción de la vida y en las relaciones humanas basadas en el amor y en el perdón.

Estoy muy convencido, por mi historia personal y por lo que veo suceder a nuestros estudiantes en el Beijing Center, que es fundamental desarrollar hoy en la educación una mirada global, fundada en valores de la fraternidad y de la generosidad. Y nuestra misión específica en el Centro es dar una oportunidad única a estudiantes de pregrado que quieran abrirse al mundo y que, estando tan lejos, puedan ver que la tierra no es tan grande y que la gente no es tan distinta como parece.

Durante su administración, ¿cómo quiere proyectar al Beijing Center? Lo primero es desarrollar el trabajo increíble y único que ha empezado mi predecesor, el Padre Ron Anton S.J. Como director que por primera vez no es de los Estados Unidos, quiero internacionalizar al Beijing Center, ofrecer nuestras actividades a otros estudiantes. Y un segundo aspecto es que quiero ampliar todavía más la visión del compromiso social: ya tenemos más de 30 estudiantes como voluntarios en diversas instituciones en Beijing y yo quisiera que todos tuvieran la ocasión de vivir una experiencia de servicio al otro durante su estadía en Beijing.

¿Qué relación tiene el Beijing Center con el público latinoamericano? Esto es algo que quiero desarrollar, así que estoy trabajando con AUSJAL para tornar accesible el programa a estudiantes de la Javeriana. Mi sueño para el futuro es que podamos desarrollar también estudios chinos en Latinoamérica, porque creo que esa es una tarea esencial para promover el diálogo entre las culturas.