Efemérides javerianas del 2010
Ha sido tradición de entidades e instituciones conmemorar el aniversario de su fundación, especialmente cuando el número de años transcurridos se ajusta a lustros y décadas. al hacerlo, sin duda se quiere traer al presente la memoria de hombres y mujeres que en el pasado fueron artífices de su desarrollo y crecimiento, que consagraron lo mejor de sí mismos a la realización de unos sueños que poco a poco se fueron plasmando en hechos y obras que trascendieron sus propias existencias. Esta memoria alcanza su verdadero sentido cuando supera el simple recordar y se convierte, por una parte, en expresión sincera de gratitud a los predecesores, y por otra, en invitación que obliga a un compromiso renovado por llevar adelante aquella labor que se hizo legado y que confiada a otras generaciones debe proyectarse con responsabilidad hacia el porvenir. Tal es el marco de la celebración de los 80 años del restablecimiento de la Universidad Javeriana que nos hemos propuesto para este año 2010. Para nuestra institución el 1º de octubre de 1930 recuerda la decisión de los Jesuitas en Colombia relacionada con “la fundación de los estudios universitarios” en el Colegio de san Bartolomé, según acta de la reunión realizada en esa fecha bajo la presidencia del P. Jesús María Fernández, S.J., Provincial. Lo acordado entonces, “abrir nuevamente los estudios universitarios que por mucho tiempo dirigió en esta ciudad la Compañía de Jesús”, señala el punto de partida de una serie de sucesos que dan cuenta de lo que hoy es la Pontificia Universidad Javeriana. Sin duda alguna podríamos hablar de 80 años de amor y servicio a Colombia desde los estrados de un centro de Educación superior que ha desarrollado su labor en concordancia con los principios del Evangelio y la tradición educativa de los jesuitas forjada en siglos de experiencia a lo largo y ancho del mundo.
Con esa decisión quiso la Compañía de Jesús restablecer la institución universitaria que en la capital del Nuevo Reino de Granada había abierto sus puertas en 1623, en el Colegio fundado 19 años atrás, institución que fue conocida como Universidad y academia de san Francisco Javier y que otorgó grados en este nivel educativo, los primeros en nuestra patria; y que luego de siglo y medio de labores, en 1767, se vio obligada a interrumpirlas cuando la Corona española expulsó de sus dominios a los Padres Jesuitas. de esta forma se puede decir que durante 163 años la Javeriana estuvo cerrada, sin acción, no así sus egresados que harían presencia en los últimos años de la vida colonial y los primeros de la república independiente. Lo mismo se podría anotar de la valiosa colección que formaron sus libros, fondo primigenio de la Real Biblioteca Pública de Santafé, y también de sus métodos, que sirvieron de referencia para propuestas y reformas en los planes de estudio. Queda claro entonces que en nuestra conmemoración tendremos presente aquella primera etapa de la historia javeriana que por supuesto se integra al desarrollo de una nacionalidad que en este año, Bicentenario del Grito de independencia, cobra especial significado.
A esta importante efeméride se une la que corresponde a la seccional de la Universidad en Cali donde la Javeriana inició labores hace 40 años y hoy, transcurrido el tiempo, presenta un importante centro de estudios que sobresale en el panorama académico y cultural del suroccidente colombiano. Será a lo largo de este año 2010 que iremos repasando aspectos destacados del acontecer histórico de la Javeriana, siempre en perspectiva de futuro. será durante los próximos meses que volveremos sobre los nombres de tantas personas que se han distinguido por su amor a la Javeriana, por su consagración a la vida institucional y su compromiso indeclinable. Una de ellas fue precisamente Augusto Montenegro González, Profesor Emérito de la Universidad, fallecido hace apenas unas semanas. su afecto sincero hacia la institución, probado con creces durante 44 años de labores, se tradujo en obras como la edición de Universitas Humanísitica que circuló en 1980 con motivo del cincuentenario del restablecimiento de la Javeriana, y que es fuente esencial de referencia para la investigación histórica sobre la Universidad.
La conmemoración de este aniversario, debemos reiterarlo, tiene sentido en la medida que afecte nuestra cotidianidad y el horizonte de futuro de la Universidad. No hemos construido esta casa para detener nuestra marcha y permanecer inmóviles en ella, para sentirnos satisfechos y gloriarnos de lo ya logrado. ¡No! Nuestra opción está en el camino, no en el refugio, tampoco en la comodidad, el conformismo o el triunfalismo, sino en el esfuerzo, la conquista y los desafíos que apuntan a la plenitud de la vida del ser humano, la de todos los hombres y todas las mujeres, sin distingo alguno, y por lo tanto, a la mayor gloria de Dios