
El espíritu y la misión jesuitas
Desde su fundación, la Compañía de Jesús no solo fue una comunidad que llevó el mensaje católico a los puntos más lejanos del planeta, fue un actor fundamental para el desarrollo de la educación y la investigación en ciencias básicas, exactas y humanas. Fieles a sus principios fundamentales, los jesuitas hicieron presencia en destinos alejados de las grandes ciudades de la época, viajando a lugares recónditos guiados por su modo de proceder y motivados por su espíritu de curiosidad y su vocación espiritual.
En el Nuevo Reino de Granada, su legado es visible en los mapas y los relatos construidos durante sus viajes a los lugares donde establecieron sus misiones. Esa inquietud intelectual y espiritual los llevó también a fortalecer el estudio de la medicina y la farmacia, particularmente en Santafé y en la Orinoquia.
Recientemente, la Editorial Pontificia Universidad Javeriana publicó el libro Boticas y boticarios jesuitas en Santafé y las misiones de la Orinoquia, en el que el padre José del Rey Fajardo, S.J., y el profesor Alberto Gómez Gutiérrez ofrecen una visión completa de los aportes de la Compañía de Jesús a estas disciplinas durante el periodo comprendido entre los años 1616 y 1767.
En el prólogo, el profesor Gómez Gutiérrez escribe:
Se podría considerar que la historia de los medicamentos se inicia con la historia de la humanidad, cuando un eventual recurso vegetal, animal o mineral sirvió al hombre prehistórico para calmar sus primeras dolencias. Posteriormente, al transcurrir el tiempo y forjarse cada una de las culturas primitivas, se habrá dado el transcurso entre el azar y la tradición en el dominio de la terapéutica, pasando de la casualidad a la causalidad, de la ignorancia al conocimiento y, posteriormente, a la sabiduría, cimentando las bases de la terapéutica empírica y de la terapéutica científica (…). Poco a poco, a través de los tiempos y las culturas, se fue consolidan- do un conocimiento que se registró en obras médicas y farmacopeas tan emblemáticas como el corpus de Hipócrates y sus discípulos, los tratados de Galeno, y las materias médicas, o herbolarios, de Dioscórides y autores subsiguientes. Estos últimos derivaron en recetarios producidos típicamente por las órdenes religiosas que asumieron el cuidado del cuerpo y alma de los enfermos.
Los recetarios religiosos surgieron, así, de una tradición europea, en la que las órdenes medievales de dominicos y franciscanos fueron las primeras en abrir la puerta a la botánica ilustrada y popular en sus territorios, tanto como a la alquimia proveniente de la tradición árabe. (…) la comunidad jesuita, ejemplo de la antropología temprana avant la lettre, se habían dado ya otros casos de indagación del mundo y las culturas americanas y afroamericanas en esta misma comunidad religiosa (…) Boticas y boticarios jesuitas en Santafé y las misiones de la Orinoquia, Nuevo Reino de Granada 1616-1767, hace un recuento completo del trabajo de la Compañía en el estudio de la ciencia médica y la farmacéutica en esta región de América.
La Compañía de Jesús fue un actor clave para el desarrollo de la educación y la investigación en ciencias básicas.
Incluye la versión integral del Quaderno de Inventario de la Botica y avalúo de los bienes, y efectos de la Botica de este Colegio Máximo, elaborado en 1767, un documento de enorme valor para la historia de la medicina del continente en el que se registran miles referencias explícitas a medicamentos y otros específicos de particular interés para la farmacología. Con esta obra se cierra un ciclo de estudio de las áreas científicas desarrolladas por los jesuitas ilustrados a través de la Universidad Javeriana colonial.