El P. José del Rey Fajardo, S.J. Doctor Honoris Causa en Historia Colonial Neogranadina
Con la entrega de la distinción académica más importante de la Universidad Javeriana, se hizo un merecido reconocimiento a la trayectoria intelectual y humanista del padre José del Rey Fajardo, S.J., quien estuvo acompañado por las directivas de la Universidad, la Facultad de Ciencias Sociales y sus más cercanos amigos de Venezuela.
El pasado 2 de mayo, el Rector de la Universidad. P. Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S.J., hizo entrega al P. José del Rey Fajardo, S.J., del diploma que lo acredita como Doctor Honoris Causa en Historia Colonial Neogranadi- na, según decisión que tomó el Consejo Directivo Universitario en sesión realizada el 21 de marzo pasado, y que fue consignada en el Acuerdo No 656.
En el diploma se hace el siguiente reconocimiento del Padre Del Rey: “hombre de excelsas virtudes, que ha consagrado su vida al estudio, recibió en nuestra universidad el título, de licenciado en filosofía y letras, y el de doctor en historia, siendo luego profesor en esta institución; que tanto en Venezuela, su patria adoptiva, como en Colombia, ha desarrollado una brillan- te labor académica en la cual sobresale notoriamente su investigación sobre la historia de los jesuitas y de la javeriana en la época colonial; así como también ha realizado numerosas publicaciones sobre la materia, en las cuales se reflejan, no solo su altísimo perfil académico, ampliamente reconocido a nivel internacional, sino también su profundo amor a esta casa de estudios”
De la extensa hoja de vida del Padre Del Rey, jesuita español, nacido en Zaragoza, que vino a este continente en la década de los 50, autor prolífico, se debe destacar también que obtuvo su Doctorado en Letras en la Universidad de Los Andes (Mérida, Venezuela); que fue Decano de la Facultad de Humanidades y Educación, y Vicerrector Académico de la Extensión Táchira de la Universidad Católica Andrés Bello (Venezuela); que ocupó luego, entre 1982 y 2000, el cargo de Rector de la Universidad Católica del Táchira, en cinco periodos consecutivos; y que es miembro de numerosas academias.
Discurso del Padre Rector
El acto solemne, que contó con una nutrida concurrencia, se inició con la intervención del Rector de la Universidad, quién indicó que “conceder esta altísima Distinción Universitaria, el Doctorado Honoris Causa, constituye de por sí, un hecho destacado en el acontecer institucional. Sin embargo, cobra mayor relevancia hacerlo en este día debido al recipiendario, al hombre a quien hemos querido honrar con este galardón, porqué en él se han conjugado, como pocas veces ocurre en varones ilustres, virtud y letras, esos dos pilares fundamentales que sustentan toda la tradición educa- tiva de la Compañía de Jesús”. También presentó al Padre Del Rey como “digno sucesor de esos grandes Humanistas que marcaron la época en la que vivió Ignacio de Loyola y nació la Compañía de Jesús”. A renglón seguido, citó al P. Manuel Briceño Jáuregui, S.J., “el gran maestro que fue profesor suyo y también nuestro, de tantas generaciones de je- suitas, su amigo entrañable, para todos de muy grata recordación”, quien nos enseñó que “Humanista era un atributo reservado, por lo general, al hombre culto, feliz de poder utilizar la inteligencia y la razón; al hombre que confía en las potencialidades del espíritu y se muestra inquieto por ser perfectamente humano.
Palabras del Padre Del Rey
Luego de recibir su diploma, el Padre Del Rey, en emotivas palabras, expresó su agradecimiento, refiriéndose al sentido del honor en los siguientes términos: “siempre he creído que los laureles de la angustia espiritual que revitalizó la ascética de la pobreza que, como una pleamar de la historia, había impregnado la piedad occidental desde el siglo XII”. Y concluyó así: “Éste fue el contexto original del Honoris Causa. Así se explica que si el honor se mereciese se convertiría en un acto de restitución, o como diría Schopenhauer «si es lo suyo, no hay necesidad de dárselo». Por el contrario, quien recibe el honor asume sobre si la tarea interminable de restituir a la ciencia los espacios olvidados o desconocidos sin más opción que la palabra empeñada con magnanimidad, desinterés y conciencia del deber”.
En su discurso, el Padre Del Rey analizó lo que fue el itinerario histórico de la Javeriana en la época colonial -en 29 libros ha recogido el fruto de sus investigaciones; y recordó cómo “al abandonar la Nueva Granada camino del exilio los seguidores de Loyola dejaban atrás el señorío de la Universidad Javeriana, la gran casa de las ciencias y los saberes, donde durante casi siglo y medio trataron de diseñar y construir los planos de la nueva polis neogranadina –culta, justa y virtuosa- y la carta de navegar en las dimensiones éticas del ser humano”.
ambién hizo notar que “en su solemne arquitectura seguirían resonando las voces de los catedráticos que habían enseñado los valores genuinos de la libertad predicados en todo el mundo por los grandes maestros jesuitas. En estas luchas entre el espíritu y la racionalidad los javerianos neogranadinos fueron tomando conciencia de los tres factores principales que trazaban las líneas de la nueva historia: la ciencia, la moral filosófica y el Estado de derecho. Y como maestros comenzaron a distinguir las ideas de las creencias, la fe de las expresiones culturales y la historia de la eternidad”. La intervención del galardonado terminó con estas palabras: “Hoy, muchos de los hijos de la Universidad Javeriana han viajado por todo el mundo y han vuelto enriquecidos con lo que han visto. En verdad es necesario trajinar los grandes ríos y el mar para que el mundo se transforme pero también hay que reconocer que los grandes ideales tienen su puesto natural en las estrellas”; en seguida formuló a “la comunidad de esta querida Alma Mater” una invitación: “aceptar y hacer propio el desafío y reto que el escritor cubano Manuel Moreno Fraginals lanza a los historiadores: «Quien no sienta la alegría infinita de estar aquí en este mundo revuelto y cambiante, peligroso y bello, doloroso y sangriento como un parto, pero como él creador de nueva vida, estará incapacitado para escribir historia.