
Historias de los estudiantes en modalidad virtual
Desde otros países de Latinoamérica, ciudades de Colombia y diferentes sectores de Bogotá se forman los estudiantes de posgrado de la Javeriana en modalidad virtual. Estas son algunas de sus historias.

Ana Luisa Cabeza y Francisco Javier Vera son esposos y viven en Santiago de Chile. Ella es secretaria del vicario judicial de Talca. Él, terapeuta en medicina tradicional china y naturista especializado en emoción humana, pero trabaja como procurador del Tribunal Eclesiástico de Talca. Desde su país ambos se están preparando como especialistas en Derecho Matrimonial Canónico, en la Pontificia Universidad Javeriana, para ayudar a los fieles de la iglesia católica a tener un proceso de nulidad matrimonial más ágil y breve.
Mientras tanto, en Bogotá, la socióloga Yennifer Rodríguez organiza su tiempo entre una ONG que trata todo lo relacionado con los derechos de las niñas y los niños, ser madre de una estudiante de enfermería y sus nuevos estudios de Maestría en Estudios Culturales Latinoamericanos, en modalidad virtual, en la Javeriana. Posgrado que adelanta gracias a que su hija se enteró de la nueva Maestría y se la recomendó, pues Yennifer deseaba continuar sus estudios, pero no sabía en qué enfocarse. “Mi hija le atinó. Ella sabe más sobre lo que quiero”.
Por otro lado, en Villavicencio, a 123 kilómetros de Bogotá, un licenciado en Humanidades y Lengua Castellana, tenía miedo de enfrentarse a una maestría virtual, pero luego de quitarse los prejuicios, José Vicente Ospina, se inscribió en la Maestría en Estudios Culturales Latinoamericanos, en la Universidad Javeriana. Ahora, el licenciado e investigador, que trabaja en la Universidad Santo Tomás sede Villavicencio, es estudiante en Bogotá sin necesidad de dejar su ciudad.
“No soy de la edad media, pero sí de la media edad. Ya estoy en un momento de la vida en que no me interesan ni los títulos, ni las notas. Lo que quiero es crecer para ser mejor persona y ayudar a los demás en el encuentro del Señor”, dijo a Hoy en la Javeriana el padre Juan Carlos Ramírez, estudiante de la Especialización en Derecho Matrimonial Canónico en modalidad virtual. Él trabaja en la Conferencia Episcopal de Colombia y siente que su deber, como parte de la iglesia, es “presentar la opción por el matrimonio más allá de un simple contrato, una práctica religiosa o una costumbre social”, además de mostrar la nulidad matrimonial como una última instancia.
Es así como dos de los nuevos programas de posgrado en modalidad virtual: la Maestría en Estudios Culturales Latinoamericanos y la Especialización en Derecho Matrimonial Canónico, les está ofreciendo a diferentes profesionales de Colombia y América Latina la oportunidad de acceder a una educación que se ajusta a las necesidades cambiantes de las sociedades en un entorno que se caracteriza por profundas transformaciones y necesidades del mercado y que, en palabras de Eduardo Restrepo, director de la Maestría, “puede ser mejor que la educación presencial, pues la interacción con el profesor, el equipo docente y entre pares se fortalece todo el tiempo para que la educación sea colectiva y colaborativa durante todo el proceso”. Además de ello, Germán Franco, director del Centro Ático, unidad encargada de la virtualización de los programas, la define como la vanguardia académica al afirmar que “esto no es educación a distancia o leer un documento y ya”.
“Valoro mucho la calidad humana de mis compañeros y docentes, además de la formación académica admirable”. P. Ramírez.
A la vanguardia
Cada uno de estos programas en modalidad virtual se diseñó pensando en que la experiencia de los estudiantes sea única con estilos propios del campo disciplinario. Para lograrlo, los creativos de Ático produjeron piezas particulares. Un ejemplo es la radionovela que permite entender las migraciones, el video en formato cómic para explicar en qué consisten los estudios culturales o la musicalización del Cantar de los Cantares, algo que nunca se había hecho.
Aunque todo esto implica una investigación profunda, arqueología musical, diseño, ilustración, un estilo definido y edición, por mencionar algunos de los procesos, la Universidad no escatima en esfuerzos. “No es por capricho o por exceso de creatividad, es para que los estudiantes se sientan interpelados uno a uno, sientan el compromiso y el esfuerzo que hay detrás de cada una de las asignaturas que cursa”, mencionó Franco.
“Valoro mucho la calidad humana de mis compañeros y docentes, además de la formación académica admirable que le permiten a uno interactuar con los contenidos y realizar actividades sin pensar en las calificaciones, y no porque no sean importantes, ni rigurosos o exigentes. La exigencia es altísima. Pero han tenido la calidez y las competencias intelectuales que hacen muy agradable el estudio”, afirma el padre Ramírez.

Con esa calidez humana y calidad académica concuerda José Vicente, quien siente el acompañamiento de sus maestros y le ofrecen asesoría constante. “En ocasiones uno comete el error de no aprovechar más los seguimientos de los profesores, pues la mayoría de veces tenemos dos profesores en el espacio académico”. Y agrega: “Hay mucha exigencia y es importante conocer las herramientas propias de la virtualidad: manejar programas de edición y salir de los lugares comunes de la academia como los ensayos”. Pero, sobre todo, sus nuevos estudios le han permitido reflexionar sobre sus experiencias académicas y personales, y el ejercicio de introspección es algo que agradece en su formación.
Mientras tanto, a Yennifer, que coordina un proyecto con adolescentes de Colombia y otros países, varios de los temas que ha visto en la Maestría le han ayudado a “aterrizar todo” a un lenguaje más sencillo para las niñas y adolescentes con las que trabaja. Así fue cuando en la Maestría hablaron de feminismos y ella encontró la manera de explicárselo a las niñas que viven en territorios que han sido afectados por la violencia.
Por su parte, Ana y Francisco destacan lo importante que ha sido para su formación la disposición de sus compañeros y que la Especialización sea cien por ciento virtual. Esto les ha permitido realizar sus estudios para poder “servir mejor a la iglesia como lo pide el Papa”, dice Francisco.
A través de la plataforma Campus Virtual, los estudiantes cuenta con acceso a cada uno de los servicios académicos, del Medio Universitario y atención a consultas frecuentes, tal como funciona en el campus físico de la Universidad, llevando a los estudiantes javerianos a la vanguardia de la educación en modalidad virtual universitaria.