Los estudiantes, corresponsables de la comunidad universitaria
En las universidades, entendidas como instituciones educativas, los estudiantes, son su razón de ser. La manera como la Universidad los entiende, como prescribe sus responsabilidades, como orienta sus procesos de formación y lo que espera de ellos como ciudadanos y profesionales, son rasgos de su quehacer institucional que mejor la identifican como responsable de una educación superior. Lo que el archivo Histórico de la Universidad revela, sobre el tema, es que existen en este sentido dos grandes períodos de aproximadamente 40 años cada uno. La condición de los estudiantes permanece íntimamente ligada al desarrollo de la Universidad como comunidad académica. Inicialmente, en los estatutos de 1930, cuando contaba solamente con la Facultad de ciencias económicas y Jurídicas, se identificó como una institución educativa para la cual: “El fin de esta facultad, como el de todos los establecimientos docentes de la Compañía de Jesús, es dar a los alumnos, a la vez que una formación sólida en las disciplinas propias de la facultad, una educación superior religiosa y moral que los haga dignos y cultos caballeros y fervorosos cristianos”.
El fin de la Universidad se entendía como “dar” a sus alumnos una sólida formación académica y una educación superior religiosa y moral, que los “haga“ dignos y cultos caballeros y fervorosos cristianos. De esta manera, quedaba implícita la disposición básicamente receptiva de los estudiantes en relación con sus procesos de formación integral. Para 1971, en el comienzo del segundo período, la manera como la Universidad se entendía así misma, se torna
más compleja y orgánica, al identificarse como comunidad y en los estatutos de este mismo año, se vuelve a redefinir como: “Una comunidad de personas distintas en la experiencia y en las funciones, iguales por la dignidad humana…”
La composición de esta comunidad universitaria y la vida que genera, se especificaba, en los estatutos de 1978, en el siguiente numeral: “Integran la Universidad las directivas, los profesores, los estudiantes y los empleados. Todos ellos participan, según sus propias funciones, en la vida universitaria”. Más adelante, en los estatutos del 2002, se incorporan a la comunidad universitaria, los estudiantes egresados y se aclara la forma de integración de todos sus miembros, así: “Integran la Comunidad Educativa Javeriana los Profesores, los Estudiantes, el Personal Administrativo y los Egresados. Todos ellos participan diversamente en la vida universitaria según las distintas funciones, experiencia y formas de vinculación a la Universidad. Esta participación implica la propia responsabilidad y conlleva el reconocimiento mutuo…“ entonces, el diálogo aparece como la característica esencial de la comunidad universitaria y especialmente cualifica la relación profesor – alumno, con su referencia al “pluralismo ideológico y ecumenismo religioso”. Como confirman las citas anotadas, el cambio en las maneras de concebirse la Universidad, en estos 80 años, está muy relacionado con la condición de los estudiantes en cada período.
En estos 80 años el número de estudiantes ha crecido de 103 en 1931, a 22.200 en 2010. a medida que el número de estudiantes aumenta, su formación profesional, sus modalidades y niveles de estudio se diversifican. El siguiente listado da una idea de cómo fueron apareciendo las oportunidades de formación, con la creación de facultades, en la Universidad:
1931 – 1940: ciencias económicas y Jurídicas; Letras; Derecho canónico; Filosofía y teología.
1941 – 1950: Filosofía y Letras; Femeninas; medicina y Derecho canónigo.
1951 – 1960: Ingeniería civil; arquitectura; odontología; Nutrición y Dietética e Ingeniería electrónica.
1961 – 1970: enfermería; Psicología; economía; Jurídicas y Socioeconómicas; educación; ciencias y comunicación Social.
1971 – 1980: estudios Interdisciplinarios; Derecho canónico e Ingeniería.
1991 – 2000: ciencias Políticas y Relaciones Internacionales; artes y estudios ambientales y Rurales.
La incorporación de la mujer, a las aulas, es también uno de los procesos más importantes ocurridos en la Universidad durante estos años. Aunque en sus inicios comenzó como una institución de educación superior masculina, en 1938, en el primer curso universitario de periodismo, participaron más mujeres que hombres.
En 1941, se inauguraron las Facultades Femeninas, con estudiantes en: Derecho, Filosofía y Letras, economía Social, enfermería y cursos de especialización Doméstica. en 1942, se incluyeron arte y Decoración, otras especializaciones y clases de adorno; en 1943, Pintura, escultura y comercio Superior. Las estudiantes femeninas aumentaron su número paulatinamente durante el primer período. cuando se cerraron las facultades femeninas, en 1970, las estudiantes quedaron plenamente incorporadas a la vida universitaria y ya no existió diferencia entre hombres y mujeres en sus requisitos de ingreso a la Universidad. Para esa época, las mujeres constituían el 46% del total de los estudiantes y hoy son cerca del 58%, con presencia en todas las facultades. En estos aspectos demográficos también se destaca la significativa apertura de la Universidad en términos de la variedad de estratos socio-económicos, regiones del país y nacionalidades de que provienen sus estudiantes. Son considerables sus avances en estos sentidos.
*Con información tomada del libro 80 años Pontificia Universidad Javeriana. Restablecimiento 1930-2010.