Ninguno tiene el triunfo asegurado: Incertidumbre y polarización hacia los comicios presidenciales
Una secuencia de incertidumbres y una clara perspectiva de polarización hacia los comicios presidenciales de mayo, dejaron las elecciones legislativas del pasado 11 de marzo. Iván Duque, candidato de la coalición uribista, sabe muy bien que los seis millones de votos que obtuvo en su consulta inter partidaria no le serán endosados automáticamente, pues muchos fueron votantes contra Petro y en mayo oscilarán entre votar de nuevo por él o por el otro candidato de derecha, Germán Vargas Lleras. Si bien la lista abierta para el Senado del Centro Democrático, encabezada por Álvaro Uribe, fue una las más votadas, estuvo muy lejos de los presupuestos, no solo en votos sino en curules. Así que ahora en dura competencia por los votos de la derecha, Duque necesita disputarle a Vargas Lleras adhesiones y sufragios de liberales, conservadores, y de la U. Duque aunque el más opcionado para pasar a la segunda vuelta, no tiene nada asegurado. Y Vargas Lleras tampoco las tiene todas con él. Cambio Radical – su partido, aunque inscribió su candidatura presidencial por firmas-, fue el que ganó más curules, pero por debajo de la meta anunciada. Con una bancada unida y sólidas maquinarias clientelares tanto regionales como locales, tiene el reto de disputar el electorado de la derecha y el centro-derecha diferenciándose de Duque, con quien coincide en confrontar la amenaza “castro-chavista” y la promesa de mantener el orden político tradicional vigente para atraer liberales, conservadores y de la U. Aunque con mayores opciones de pasar a la segunda vuelta, tampoco tiene nada asegurado. Gustavo Petro, también sabe que los 2 millones 848 mil votos que obtuvo en la consulta, no le garantizan por sí solos la opción de pasar a la segunda vuelta, aunque sumara el medio millón que obtuvo Carlos Caicedo. De una parte, muchos fueron votos contra Duque y, de otra, el respaldo a sus listas resultó muy inferior al logrado en la consulta. Petro tendrá la tarea de buscar votos a dos bandas: por la de la izquierda y el abstencionismo, y por la del centro, en la que será decisivo el rol de su fórmula vicepresidencial, Ángela María Robledo. Aunque con alguna opción para la segunda vuelta, no tiene nada asegurado. Sergio Fajardo, quien recibió un importante aire por el resultado obtenido por su lista al Senado, encabezada por Mockus, (10 senadores), se enfrenta a sus propias limitaciones para encontrar aliados en el centro y a lo frágil que aparece su propuesta centrada en la lucha contra la corrupción, bandera que hoy no sólo será la suya sino también de Petro. Se juega a una sola banda: el voto del centro y el liberalismo. Fajardo, con muchas menos opciones, no tiene nada asegurado. Humberto De la Calle, aunque el Partido Liberal obtuvo una buena votación en las parlamentarias, en contra de los presagios de bancarrota, también pone de presente que una candidatura escogida en una precaria consulta, sustentada en un partido en medio de una crisis profunda y afectado por escándalos de corrupción, conformado predominantemente por facciones clientelares regionales, y que soporta en su propia persona el degaste electoral de haber encabezado la negociación del proceso de paz con las FARC, enfrenta enormes dificultades para aumentar su escaso capital electoral. De la Calle es la más frágil de todas las candidaturas, con casi ninguna opción de pasar a según da vuelta. La perspectiva: todo indica que vamos a una creciente polarización entre los candidatos Duque-Vargas Lleras, disputándose los votos de la derecha y una opción de centro izquierda; Petro, buscando afanosamente encontrar votos en la tradicional izquierda, el centro progresismo, el liberalismo, los verdes y debilitar al centro de Fajardo. El botín a reclamar: algo más de nueve millones de personas que votaron en las parlamentarias y que no votaron en las consultas inter partidarias, de los cuales, casi cuatro millones corresponden a votos de las maquinarias clientelares de los conservadores, liberales y el Partido de la U (¿Santos?). Por algo conservadores y de la U, partidos de las entrañas del viejo y moribundo bipartidismo, no sólo no tienen candidato, tampoco tienen coalición. ¿Estamos ante la perspectiva incierta pero no improbable del fin de los gobiernos hegemónicos del bipartidismo tradicional, liberal-conservador? Si fuera así, estaríamos ante el inicio político del Siglo XXI. Es la verdadera opción que está en juego