
Novena javeriana 2020 Fratelli Tutti
Cada año la comunidad educativa javeriana, en las vísperas de la Navidad, se consuela renovando el deseo, como lo diría san Ignacio de Loyola, de experimentar a Jesús “así nuevamente encarnado” [EE.EE. 109]. Es así como en diciembre, antes de la dispersión del merecido descanso, esperamos con ansia esa celebración con buñuelos y natilla, el concierto de Navidad y los fuegos artificiales. Sin duda, este año ha sido tan distinto como inesperado por las circunstancias de la pandemia.
En respuesta, con la característica innovación javeriana, por iniciativa de los dos vicerrectores del Medio Universitario, de la sede central en Bogotá y la seccional en Cali, emprendimos el proyecto de crear una novena virtual, diseñada en conjunto y con la generosa colaboración de todos los decanos, directivos, estudiantes, docentes y los equipos de comunicación de las dos sedes de la Javeriana.
Ciertamente, en una universidad pontificia el tema no podía ser otro que la invitación del papa Francisco en su reciente encíclica Fratelli Tutti: “hacer renacer entre todos un deseo mundial de hermandad” (n. 8). Un documento que surge en un contexto global biocéntrico —tematizado en profundidad en la encíclica Laudato Si’— así como virtual e intercultural. El papa quiere insistir, con esta última encíclica, en la necesidad de una globalización de la solidaridad, fundada en el respeto de las distintas identidades de los pueblos y la amistad mundial. Imagina la mundialización más como un “poliedro” que como una esfera (n. 190), como una manera de evitar un cierto relativismo global.
Asimismo, la novena de este año también se encuadra en la reciente invitación que la Javeriana recibió de parte de la Congregación para la Educación Católica de la Santa Sede. En ella, se nos ha invitado a participar en un pacto global por la educación, con otras tres universidades de distintos continentes, con el fin de responder a los grandes problemas de la humanidad que se han visto agudizados por la actual pandemia de covid-19 (inequidad, pobreza, exclusión, destrucción del medio ambiente, etc.).
En concreto, la propuesta de la Santa Sede se compone de cuatro ejes transversales: derechos humanos (dignidad humana), educación para la paz, ecología integral y desarrollo sostenible. A la Javeriana, como lo ha anunciado el P. Jorge Humberto Peláez, rector de la sede central, se le ha encomendado la misión de trabajar el eje de ecología integral. Y como lo hemos señalado arriba, los desafíos de la casa común están íntimamente relacionados con el llamado a la fraternidad universal.
En el actual contexto mundial, la novena nos invita entonces a: 1. Reavivar la alegría de experimentar al Dios encarnado que nos propone la Navidad. 2. Convocar la fraternidad, solidaridad, esperanza y cuidado del medio ambiente propuestos por el papa Francisco en la encíclica, y 3. Animar la lectura de Fratelli Tutti.
En cualquier circunstancia, y más aún en la gravedad de los problemas de la humanidad, san Ignacio nos sugiere contemplar el pesebre: “haciéndome yo un pobrecito… como si presente me hallase, con todo acatamiento y reverencia posible… para sacar algún provecho” [EE.EE. 116]; con un corazón limpio que está dispuesto a llevar esas inspiraciones del Espíritu Santo a lo concreto, porque “el amor se debe poner más en las obras que en las palabras” [EE.EE. 230].
En este sentido, la novena nos recuerda que Jesús nació entre nosotros para hacerse nuestro hermano y enseñarnos que la hermandad es posible. La Navidad es la certeza de que Dios ha querido estar con nosotros y sufrir con nosotros. Con ella, nos anuncia en su encarnación que todos compartimos la misma condición humana. De manera que Dios, durante todo el tiempo de esta difícil pandemia, nos ha acompañado con su amor incondicional y ha procurado que nunca decline nuestro entusiasmo.
En el marco de la novena javeriana, contemplaremos cómo el primer anuncio de esa buena noticia a los pastores nos dice que por fin hay alguien que se interesa por los pobres. Del respeto de la dignidad humana —sin importar la raza, riqueza o proveniencia— hará eco el coro de los ángeles, el cual llamará a la alegría navideña a todas las personas de buena voluntad. Reflexionaremos sobre cómo el verdadero amor no tiene barreras, porque se debe amar igual al que está cerca como al que está lejos. Este fue el sentido de los Reyes Magos: la apertura de Dios a todos los pueblos y culturas. Navidad es la convicción de acoger a un Dios que se define “antinadie”. Navidad es salir al encuentro del vecino, es una llamada a responder especialmente a quien está más débil y necesita de nosotros. Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, quiere renacer en cada corazón invitándonos a la justicia, la reconciliación, la paz y el cuidado de la casa común.
Ahora que estamos en el tiempo del Adviento, que pretende preparar litúrgicamente los corazones para un renacer de Jesús en cada uno, bien vale la pena disponerse con la oración que el papa Francisco dirige al Creador:
“Señor y Padre de la humanidad, que creaste a todos los seres humanos
con la misma dignidad, infunde en nuestros corazones un espíritu fraternal. Inspíranos un sueño de reencuentro, de diálogo, de justicia y de paz. Impúlsanos a crear sociedades más sanas y un mundo más digno, sin hambre, sin pobreza, sin violencia, sin guerras. Que nuestro corazón se abra a todos los pueblos y naciones de la tierra, para reconocer el bien y la belleza que sembraste en cada uno, para estrechar lazos de unidad, de proyectos comunes, de esperanzas compartidas. Amén”.
La novena virtual transcurrirá durante nueve días, entre el 16 y el 24 de diciembre, y se emitirá por medio del canal de YouTube de la Universidad durante el tiempo litúrgico del Adviento a las 5:00 p.m. y el 24 de diciembre a las 12:00 m.. Con enorme gratitud por todos aquellos que desde las dos vicerrectorías de Bogotá y Cali han hecho posible esta novena, deseamos que la Navidad javeriana y la celebración de la encarnación del Hijo de Dios sea para toda la familia javeriana un motivo de esperanza, de justicia y de paz.
La Navidad es la certeza de que Dios ha querido estar con nosotros y sufrir con nosotros.
¡Feliz navidad!