abril 2009 | Edición N°: año 48, No. 1246
Por: Pedro Pablo Mejía | Pontificia Universidad Javeriana

Emilio Quintero se graduó el pasado 25 de abril como administrador de empresas y hoy es empresario.


Emilio Quintero se graduó el pasado   25 de abril como administrador   de empresas y hoy es empresario.

Sus profesores en la Universidad Javeriana siempre le inculcaron que pensara en ser gerente y no asistente, por eso montó su propia empresa y aunque apenas está empezando ya genera empleo y tiene proyectos soñadores.

A EMILIO Quintero nunca se le olvida cuando sus profesores le decían a él y sus compañeros en Administración de Empresas: “Ustedes no van a salir a ser asistentes administrativos, ustedes van a salir a montar empresa, a ser gerentes, ese tipo de personas son las que estamos formando”. Hoy este javeriano, que se graduó el pasado sábado 25 de abril, tiene su negocio propio, se llama USA Amortiguadores Bogotá, y aunque sólo tiene un año en el mercado, ya tiene reconocimiento en el sector automotriz de la capital del país.

“Siempre me atrajo mucho invertir, tener un negocio fijo, que rente y que dé para sostener a la familia”, es lo con contesta este joven javeriano, cuando se le pregunta por qué decidió estudiar Administración de Empresas. En ello ayudó además su entorno familia, porque desde pequeño vio como su padre ejercía esta misma carrera. Ingresó en el 2003 a la Universidad Javeriana y desde ese momento empezó a aplicar todo lo que leía en su idea de negocio. “En el mundo real materializar las ideas es muy difícil, hay que tener una planeación muy correcta, de eso depende el éxito”, dice convencido el joven empresario, como recitando una de las clases de Gestión de Proyectos o Investigación de Mercados.

La idea de montar su propio negocio surgió hace un año, su padre tiene un negocio de autopartes y lo impulsó luego de reunirse con unos socios que les plantearon la propuesta. “Me comprometí, hice los estudios de rentabilidad, las relaciones con los proveedores y decidí meterme”. Emilio Quintero vio que se trataba de vender un solo producto: amortiguadores, que no se vencen, no se dañan, y al ver que podía controlar el inventario, se puso al frente del negocio a partir de octubre de 2008. Tocó puertas en la Universidad Javeriana y empezaron a abrírsele oportunidades que han ido consolidando su empresa. La verdad ha sido un apoyo inmenso, cuando hice mi semestre social comenté lo de la empresa en la Facultad y me dieron facilidades para poder realizarlo, en Comunicación me han ayudado con difusión y también tengo la opción de convertirme en proveedor de la Universidad Javeriana en cuanto a los vehículos”, enumera con satisfacción Emilio Quintero. Agrega que la Asociación de Egresados Javerianos le permitió hacer un convenio económico y de publicidad. “Ellos se encargan de distribuir la información de tu empresa a todas las bases de datos de egresados de la Javeriana y tenemos los canales más adecuados para acceder a contratos grandes”.

Su empresa ya tiene sede propia en la carrera 27a No.64ª-12 con una capacidad para tener 8 carros simultáneamente prestando servicio mecánico principalmente de amortiguación, aunque también hace revisiones mecánicas. Esto le permite además generar cuatro empleos en Bogotá y dos en otras regiones del país. Pero para este administrador de empresa no todo ha sido color de rosa, él es consciente que iniciar siempre trae dificultades. “El primer año no te da nada, no te ofrece ganancia, no te ofrece utilidades, siempre es meter, meter y meter, no solamente dinero sino también capacidad intelectual, para que después te dé buenos frutos. Ya por lo
menos tenemos un buen nombre. Por el voz a voz, que es el mejor mercado, todo mundo sabe que estamos importando y que por ser mayoristas ofrecemos un buen precio”. El pico y placa también ha sido otra dificultad, pero de un problema surge una idea y Emilio Quintero se le ocurrió ofrecerle a los clientes dejar su carro el día del pico y placa hasta el día siguiente sin costo adicional por parqueadero. Su visión es soñadora, según él las grandes empresas han empezado por pequeñas iniciativas. “Mi sueño con la empresa es posicionarme en Colombia como la persona que trae los amortiguadores de mejor calidad para todos los carros y al mejor precio”. Asegura que nada es fácil en un mundo tan competitivo, pero que el secreto está en soñar, identificar una fortaleza y explotarla al máximo. “Si tú quieres, gracias a tu actividad económica puedan subsistir mas familias, mi consejo es que la gente no deje de soñar”.