La recuperación de un espacio público que estaba destinado para votar desechos domésticos se convirtió en una huerta comunitaria con cosecha de lechuga, zanahoria, acelga, cilantro y cebolla. Cerca de 15 familias del barrio Rosal Mirador, en la localidad de Usme, se beneficiaron de ella. Al lado de esta huerta se recuperó también el salón communal del barrio que duró casi ocho años abandonado y acumulando todo tipo de residuos. La idea de volver a poner en funcionamiento el salón se convirtió en un voluntariado de la comunidad del Rosal Mirador. Los fines de semana vendían empanadas y arepas a los mismos vecinos para comprar materiales de aseo y lograr así tener un barrio bonito. Detrás de estas dos acciones[…]