De nuevo Bogotá, como la inmensa mayoría de las ciudades del mundo, grandes y pequeñas, se llena de estrellas luminosas que especialmente en las noches recuerdan a los transeúntes que llegó la navidad, esa temporada del año en que el trabajo se aligera, incluso se interrumpe, y un espíritu festivo parece dirigir el curso de las relaciones humanas. en cierta forma estas semanas de diciembre y la primera de enero poseen un aire primaveral, el mismo que hace posible el retorno de las hojas y las flores perdidas durante el invierno. Sí, la navidad con su lenguaje de luces y villancicos nos habla de renacimiento, de vida nueva, de esperanza y porvenir. Para los creyentes la razón de esta temporada[…]