Una mirada crítica al sistema de cuidado en Colombia
A lo largo de la vida, en distintos momentos, los seres humanos requerimos de cuidado para enfrentar la enfermedad o la discapacidad, y la respuesta a las necesidades pone en juego la oferta y los recursos de los distintos ámbitos público y privado de producción de bienestar en la sociedad: el Estado, el mercado, la comunidad y las familias.
Lo cierto es que predomina el cuidado que proveen los hogares, porque buena parte de las demandas son sencillas y pueden ser resueltas en el espacio doméstico, pero también en sustitución o complemento de lo que el Estado no ofrece y tampoco puede ser comprado en el mercado.
Realmente hogar y familia son eufemismos de mujer, porque son principalmente las mujeres quienes realizan el cuidado, y pese a la importancia de su aporte al mantenimiento y mejoramiento de la salud, no reciben reconocimiento y compensación por el trabajo que realizan. Con apego a una noción arraigada en la división sexual del mundo que les asigna el espacio privado y una división sexual del trabajo que da mayor valor a la producción de bienes y servicios que realizan los hombres en el espacio público que al mantenimiento de la vida y la fuerza de trabajo, la producción doméstica de salud es fuente de desigualdad.
Un incremento en las demandas de cuidado y de atención de largo plazo pueden aumentar la carga para las mujeres y ahondar las desigualdades.
En Colombia, cifras recientes de uso del tiempo y carga global de trabajo revelan que en efecto el tiempo que dedican las mujeres a las actividades domésticas y de cuidado no remuneradas, es casi el doble del tiempo invertido por los hombres, y a su vez el tiempo de trabajo remunerado es menor.
Lo preocupante de este reparto desigual es que se constata un incremento en las demandas de cuidado y de atención de largo plazo como consecuencia de fenómenos como el envejecimiento poblacional y la mayor prevalencia de enfermedades crónicas potencialmente discapacitantes, las cuales pueden aumentar la carga para las mujeres y ahondar las desigualdades, habida cuenta de las transformaciones recientes del sistema de salud con la creación del sistema de aseguramiento en salud en 1993, y la institucionalización de un modelo de mercado de competencia regulada y subsidios a la demanda, en el que se reduce el papel del Estado en la provisión y financiamiento de servicios en favor de la prestación privada y se focalizan los recursos públicos en los pobres.
En respuesta a ese vacío, este trabajo de investigación está orientado a analizar la relación entre la equidad de género en el cuidado de la salud en los hogares y la orientación y fundamentos de la política de aseguramiento en salud en Colombia, buscando aportar a la formulación de políticas y un desarrollo justo de la salud.
La tesis es que, como consecuencia de la orientación principal de la política sanitaria a partir de la reforma con la que se crea el sistema de aseguramiento en el país y que reduce el papel del Estado en la provisión de bienes y servicios sociales, la demanda creciente de cuidado de salud que se deriva del envejecimiento de la población y del aumento de enfermedades crónicas que requieren atención de largo plazo, ha implicado un aumento de la carga de trabajo de cuidar la salud en los hogares, y que tal situación funcional al modelo económico y al crecimiento del capital, ha resultado en un deterioro de la situación de las mujeres.