En años más recientes Jaime fue amenazado por gente del gobierno de Santuario quienes querían tomar posesión oficial de la Casa de la Cultura, donde él figura como representante legal. Muchos de sus amigos y compañeros de proyectos se fueron hacia otros países a causa de amenazas similares. Él resistió en el pueblo. 

Mi papá era conservador, mi mamá era liberal. En la época de La Violencia yo era un niño y solo recuerdo que veía entrar las mulas cargadas de muertos, algunos les mochaban la cabeza y entonces las echaban en lo que llamaban unos líchigos que son de cabuya. A veces eran tantos los muertos que los ponían en esa calle de acá arriba, la calle de gato negro y les prendían veladorcitas.

En la Vereda de la finca de mi papá hubo masacres. Yo no sé por qué mi familia salió ilesa de todo eso. Vivíamos en una finquita, estaba la casa y abajo de la casa había una cañada y en toda la cañada mi papá hizo un rancho, entonces nos llevaba a nosotros a dormir al rancho y en la casa se quedaban trabajadores armados cuidando la casa, dormían en el zarzo; hicieron un hueco por el piso para salir por el piso en caso de que llegaran a tocar las puertas o alguna cosa. En ese ambiente me levanté yo. Eso lo madura a uno para mirar los conflictos y acá estoy.

Mi abuela me sacó en esa época para Pereira, dijo “yo no voy a dejar que a mi nieto lo maten en Santuario”.

Entonces desde Pereira oía las noticias y leía el periódico para saber qué estaba pasando en Santuario.

Entre los años 1953, bajo la presidencia de Laureano Gómez, se fortalece en el país una figura de personajes conocidos como Los pájaros, dispuestos a acabar con todo aquel que fuera de filiación liberal.

Y ellos duraron un poco más después de La Violencia porque servían a los productores de café para protegerlos de quienes asaltaban las cargas listas para la exportación. La zona cafetera es donde más se demoró en llegar la paz.

​Esas agrupaciones se terminaron pero los líderes formaron sus propios grupos años después. No más entre 1970 y 1980 se mantuvieron los enfrentamientos fuertes entre líderes y familias. La gente se iba a dormir a las 6:00pm por miedo, porque en cualquier momento había balacera. Hubo mucha masacre entre los mismos santuareños.

Ya entre 1995 y 1996 llega al territorio el Ejército Popular de Liberación. Entran por Guática y siguen por Mistrató y Pueblo Rico hasta llegar a Santuario.

La guerrilla entra a extorsionar, a secuestrar, a asesinar, entonces algunos cafeteros y un político deciden ir a hablar con las Autodefensas del Norte del Valle y ellos acuerdan mandar un grupo para esta zona. En los años siguientes también entró el M19 y las FARC.

Entonces, a petición del pueblo se establece El frente Héroes y Mártires de Guatica del Bloque Central Bolívar, a cargo de Carlos Mario Jiménez, alias ‘Macaco’.

No le encuentro absolutamente ningún sentido a la presencia de la guerrilla en el territorio porque ideológicamente no había nada, estaban atacando campesinos, comerciantes, mujeres, niñas, niños. Ellos querían plata y gente. Ese era todo el cuento de ellos. Y cuando traen las Autodefensas llegan con la misma lógica, los que ellos consideraban enemigos de ellos entonces los sacan y los atacan.

Este pueblo después de La Violencia ha sido conservador, este pueblo a punta de muertos se volvió derechista.

Y entre todo Jaime forjó una curiosidad que lo llevó a cuestionar todo y a ir recogiendo durante su vida pruebas de la historia.

Lo que me llevó a ser historiador fue el hecho de leer. Terminando primero de primaria me dieron un libro sobre la historia de Napoleón y yo me lo leí muchas veces y me interesó mucho la historia de Inglaterra, Francia, EEUU. Cuando salí de quinto tenía mi bisabuela viva y yo supe que ella llegó acá mucho antes de la Fundación de Santuario. Entonces como en Pereira me habían enseñado la historia de Pereira, al regresar me pregunté por la historia de Santuario y no había. Por eso estando en sexto empecé a frecuentar mucho a mi abuela, empecé a recoger historias y a apuntarlas.

La historia se debería construir desde lo local porque la historia desde los centros de poder es una historia diferente. Aquí las historias siempre se han escrito desde los centros de poder con una intencionalidad política e ideológica, elevando a unos a las categorías de héroes, muy cuestionados. Pero yo creo que se ha olvidado la historia local entonces se ignoran los aportes de las localidades en la construcción de la historia regional y nacional y eso está matando identidad en Colombia. Yo no soy latinoamericano, yo soy indoamericano, por eso me preocupé por caminarme el país mirando cómo estaba constituida Colombia, a ver si la historia de Colombia que me habían enseñado era más o menos y no, es totalmente otro cuento.