En 1980 la demanda de ciudadanos que viajaban desde Cartago y Santuario hacia Francia fue tan alta que hubo un chárter especialmente para hacer la ruta Cartago-París. Por esos mismos años desde Pereira también había un vuelo especializado para la ruta Pereira-Nueva York. Las altas demandas ponían nuevas rutas.

Mis tíos fueron de los primeros que emigraron hacia el exterior. Mi hermana y yo nos levantamos en la casa familiar y mi familia se fue para EEUU.

Desde que estaba en el Colegio intenté irme muchas veces para EEUU, para donde ellos (los tíos), pero no me daban la visa.

La Unión Europea anuncia el uso de visa para colombianos desde el año 2000 con el fin de no favorecer el narcotráfico. En el 2002 la medida entra en vigencia.

En esos años fueron impresionantes los vuelos, la cantidad de gente cómo se iba todos los días, recuerdo que compañías venezolanas empezaron a trabajar aquí en Colombia porque no había transporte para toda la gente que se quería ir.

Mi hija tenía 6 años cuando me fui. Yo viajé en diciembre del 2001. Iba de una forma de vivir en la que todo lo tenía muy fácil, siempre me dieron todo, entonces mi familia lo que necesitaba era cortar ese cordón umbilical. Esa fue la principal razón por la que yo me fui. Desde el principio me fui a vivir a Europa. Y obviamente no es que por el simple hecho de llegar a Europa ya iba a madurar, no, llegué y seguí viviendo como acá, entonces empecé a trabajar y ahí sí sentí el trabajo duro porque lo que hacía acá era trabajar con deporte y con la comunidad, en cambio allá empecé a trabajar con las manos.

Primero en una panadería, luego en limpieza, en otra época sin trabajo porque uno una semana tiene trabajo y a la otra no, y ahí me salió lo del campo, que era llegar a un pueblo más pequeño que Santuario donde reúnen en la plaza a toda la gente que va a buscar trabajo, entonces se organizan y dependiendo de cuántos trabajadores necesita cada finca empiezan a llevarse a la gente. A mí me tocó en una finca donde sólo necesitaban dos personas porque ahí se reunía toda la familia a coger la cosecha, pero pues por obligación con el pueblo tenían que llevarse mínimo dos trabajadores, entonces me escogieron a mí; no pudieron haber escogido el peor trabajador. Los primeros tres días fueron horribles, mientras aprendía, no me rendía.

En el 2002 ya habían 81.709 colombianos inmigrantes en España. En 9 años la cifra se había multiplicado en gran medida, pues en 1992 apenas habían 5.664 colombianos.

Pasaron dos años así de trabajito en trabajito y ahí sí me dediqué a trabajar con una familia colombiana como chofer y asistente personal. Trabajé 8 años y conocí gran parte de Europa porque el señor tenía negocios en diferentes países y la mujer no tenía papeles, entonces para evitar problemas en los aeropuertos prefería viajar por tierra. Terminó el trabajo porque el señor se quebró.

Sin embargo, para el 2005 ya mi hija tiene 10 años y empiezo a tener una relación muy bueno con la niña, de hablarnos a diario. Yo no quería repetir el error de mi papá, porque él mantenía viajando y con él no tuve una relación. Además porque la mayoría de los muchachos viven con las abuelas porque los papás están del otro lado mandando plata, entonces no tienen figura de autoridad y eso los lleva a tener problema sociales.

La migración de colombianos seguía siendo tan intensa que en el 2008 ya habían alrededor de 330.419 colombianos solo en España. Ese mismo año empezó la Gran recesión en el mundo, una crisis económica con origen en EEUU que afectó principalmente a muchos países desarrollados.

En Madrid empecé a estudiar programación neurolinguistica y me enfoqué por la autoayuda para mejorar la calidad de vida de las personas; me atrae mucho porque técnicamente hay trucos para que la gente de verdad llegue a donde quiere llegar. Todo eso también me abrió la mente para montar otras ideas. Monté dos negocios pero me quebré.

Lo que yo necesitaba aprender de Europa sucedió los últimos dos años, los otros 12 años trabajaba y ya no dependía de mi familia, me hice cargo de mi mismo y de mi hija pero el aprendizaje empezó cuando terminé con la pareja que tenía en España. Llevaba 10 años con ella. Ahí me vi con las maletas en mi carro, sin gasolina y sin un céntimo en el bolsillo. Empecé casi 6 meses de sofá en sofá. Esos últimos dos años fueron en los que comí mucha mierda.

Luego me resultó un trabajo en otra ciudad. Ese año y medio sí trabajé lo que nunca he trabajado en mi vida. Manejé un camión pequeño de envíos, cada día 900km, iba a Madrid todos los días y regresaba; tuve el mejor sueldo pero trabajaba muy duro.

Pasó el tiempo hasta que un día dije “no, yo no me estoy sintiendo bien. Yo lo que quiero hacer es trabajar con la gente, con la comunidad, hacer cosas donde me sienta útil”.

Sobre el 2013, según el Instituto Nacional de estadística de España el país ya se estaba recuperando de la crisis económica pero aún dejaba un alto índice de desempleo entre otras secuelas significativas.

Desperté y esa flagelación que estaba teniendo por las cosas que había hecho mal pararon y decidí venirme para Colombia.

La Comisión Europea afirma que eliminará la visa Schengen para los colombianos, impuesta desde el 2002 pero que ya no será necesaria desde finales de 2015.

Ese diciembre de 2015 habíamos quedado en hacer un encuentro familiar y estando de nuevo en Colombia todo se empezó a dar: resultó trabajo en la Oficina de Cultura y Deporte enseñando mis dos hobbies: primero teatro y luego fútbol, me reencontré con un amor del pasado y en un mes tuve todo claro y no me tenía que devolver.

Entre 2016 y junio de 2018 la Secretaría de Desarrollo Social de Risaralda registró la atención a 1.393 risaraldenses que retornaron del exterior, de los cuales solo 158 regresaron de España.

Viajar ayuda a abrir la mente, conocer, ver, saber que no eres el centro del universo. Uno tiene todo lo que necesita para ser feliz en su tierra, no se puede renunciar a la familia buscando dinero en otro país, primero que todo porque eso es una fantasía de que todo el que se va para otro país va a conseguir dinero. Ahora, lo único que extraño de Europa son las carreteras y los Kebab, una hamburguesa árabe.