junio 2010 | Edición N°: año 49 No. 1258
Por: Pedro Mejía Salazar | Pontificia Universidad Javeriana



Juan Pablo Patiño, egresado en 2009 de la Facultad de Artes de la Universidad Javeriana, acaba de ganar el Premio Democracy Video Challenge, que entrega el Departamento de Estado de Estados Unidos.

Juan Pablo Patiño se graduó en el 2009 como artista visual, con énfasis en audiovisual, y en sólo un año ejerciendo su profesión, ya suma una cadena de éxitos, que acaba de completarse con el Premio Democracy Video Challenge, que el 20 de junio pasado, le otorgó el Departamento de estados, de los estados Unidos. Este concurso de video que propone abrir un diálogo sobre la democracia a través de medios audiovisuales, llega a su segunda versión, y por primera vez un latinoamericano llega a la final y además gana, con un video de dos minutos, que es el fragmento inicial de su documental “osos abandonados”. Esta distinción le permitirá al joven egresado viajar a Los ángeles, Nueva York y Washington en septiembre para reunirse con líderes del Gobierno de estados Unidos, medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil, para poner en contexto internacional el drama de los niños vinculados al conflicto colombiano, que es el tema que denuncia en su documental.

¿Por qué decidió estudiar Artes en la Universidad Javeriana? escogí artes visuales, porque sentía que se acercaba mucho a lo que yo sentía que era lo mío durante el colegio, que era dibujar, hacer cómics y ciertas cosas relacionadas con la parte gráfica. en la parte audiovisual había experimentado muy poco. en la Javeriana tomé primero unos cursos libres de cultura, de fotografía y ahí tomé la decisión de estudiar Artes.

¿Cómo nació su interés por trabajar el tema de los derechos humanos? Fue a raíz de una experiencia con la Facultad de Ciencias Jurídicas y con la de Ciencias Políticas. Los profesores Juan Felipe García y Roberto Vidal me invitaron a trabajar en un documental llamado “Los fantasmas del Palacio”, donde se tocó el tema del Palacio de Justicia, y eso me hizo tomar conciencia de que 25 años después los familiares de las víctimas siguen sin conocer toda la verdad de lo que sucedió. eso hizo que me metiera a investigar el documental en el periodismo y a buscar para mi tesis un tema que relacionara la situación del país con las artes, para aportarle con mi trabajo algo a Colombia en temas de impunidad y derechos humanos. Por eso escogí trabajar la vinculación de los niños al conflicto armado y así nació el proyecto Osos Abandonados.

¿En qué consiste “Osos abandonados”? Mi primer contacto con el tema fue a través de la mamá de un amigo cercano, que ha trabajado en Yopal con niños que estuvieron con la guerrilla o con las autodefensas. “Osos abandonados” es un documental que basa su historia en tres niños que fueron vinculados a las Farc y al grupo Cacique Nutibara de las Autodefensas, y el protagonista es Jaime, un niño que es secuestrado para hacer parte de las Farc. Yo adopté la sugerencia de la Unicef y de las ONG que trabajan el tema de derechos humanos de no mostrar visualmente a los niños y por eso recurrí a la animación. De esta forma usaba voces de testimonios reales y respetaba la identidad de los niños, por medio de un relato de ficción basado en hechos reales.

En el concurso del Departamento de Estado usted presentó un fragmento de dos minutos, ¿cuánto dura el documental completo y qué contiene? el documental dura 28 minutos en los que se muestra la historia de Jaime, y se va articulando con entrevistas a otros personajes expertos que han conocido casos similares en sierra Leona, en Kosovo y en Sri Lanka; con Monseñor Alirio López, que trabajó con Goles en paz y con niños pandilleros; con la senadora Gilma Jiménez, que promueve el referendo contra los violadores de niños; y con juristas javerianos que dominan este tema.

¿Cómo se enteró de este concurso del Departamento de Estado? Por un gran amigo mío, y además un gran maestro y también jefe, que es Hollman Morris, con él trabajo desde julio de 2009 editando el programa Contravía, que se acaba de cerrar, y editando otros programas que ellos hacen para varias organizaciones.

¿Trabajó solo o con un equipo? Yo hice el proyecto solo, la investigación solo, el guión solo, porque a los compañeros les parecía muy duro trabajar el tema desde la perspectiva de las artes. Ya después muchos amigos me colaboraron como Nicolás Cárdenas salamanca, que me ayudó con varias ilustraciones; como Iván Darío Rojas, estudiante de música de la Universidad del Bosque, que presentó como trabajo de grado su aporte musical al documental; como José Alejandro López, que me asesoró el proyecto; Rodrigo torrijos, quien hizo la dirección de fotografía; y Felipe torres, que hizo las mezclas y el máster de audio. Fue un proceso de mucha colaboración de Arquitectura, de Ingeniería Industrial, de Diseño Industrial.

¿El documental se ha proyectado? sí, fue nominado a los premios India Catalina, como mejor documental de nuevos creadores, y se presentó dos veces en Cartagena; estuvo en Río de Janeiro, en el festival de cine de Brasil, del 17 al 23 de junio; y estará en un festival de documentales en la República Checa. Acá en Bogotá lo hemos proyectado en sitios de arte, en colegios y en la Javeriana, en clases y conversatorios.

¿Qué sigue ahora? trabajar por los Derechos Humanos, aprovechando el éxito del premio. La intención es poner esta situación en un contexto global, teniendo en cuenta que la vinculación de niños en conflictos armados no sólo se da en Colombia.

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