El liderazgo ignaciano: una invitación a la excelencia humana
“Conocerse y ser más no sirve de mucho si no se pone al servicio de otros, porque afortunadamente en este mundo siempre estaremos con otros”, son las palabras de María Alejandra Juliao, estudiante de la carrera de Comunicación Social y egresada del Programa de Liderazgo Ignaciano Universitario Latimoamericano (PLIUL), al hablar sobre sus aprendizajes en liderazgo.
El PLIUL es una formación fundamentada en la pedagogía y espiritualidad ignaciana que plantea una manera particular de concebir la formación, pues integra a la persona (el participante), con todas sus dimensiones, considerando que es una persona que se construye con los demás y para los demás, desde la libertad y la responsabilidad; integra al colectivo, a los “otros”.
Fue así como durante este 2023 el Programa manejó tres componentes: Identidad ignaciana e identidad personal, Herramientas de liderazgo y Análisis socio político ambiental.
Sobre el primer componente María Alejandra destaca que “el autodescubrimiento fue el primer puerto al que llegamos, y, aunque ninguno ha terminado de conocerse, si algo hemos aprendido es que, para dar afuera, primero tenemos que estar bien adentro, ordenar nuestros afectos, cuidarnos, saber cuáles son nuestros deseos y nuestros temores y pensar cuál de esas dos cosas, los miedos o los sueños, está dirigiendo el barco de nuestras vidas”.
Con respecto a las herramientas de liderazgo estas se enfocan en el servicio a los demás, saliendo al encuentro de las necesidades de los otros. María Alejandra lo explica así: “es un liderazgo cuyo apellido marca toda la diferencia (…) nuestro liderazgo ignaciano es uno en el que la consciencia, la compasión, el compromiso, la competencia (en términos de ser competentes) y el ser contemplativos en la acción mandan la parada. Un liderazgo que busca la comunicación asertiva y la reconciliación, porque sabe que el objetivo final de escuchar no es responder, sino entender”.
Los estudiantes javerianos están llamados a liderar los procesos de construcción de una nueva sociedad.
Finalmente, María Alejandra trae a colación sus aprendizajes adquiridos en análisis socio político ambiental de nuestro contexto local y latinoamericano: “… la capacidad de conmoverse por quienes deben escoger sus posesiones más importantes y migrar, es la indignación que lleva a la digna acción para intentar cambiar lo que nos parece doloroso e injusto, es saber que tenemos distintas maneras de honrar a la casa común, todas igual de respetables y de las cuales podemos aprender, sentir y gustar si vamos con el corazón abierto”.
Este testimonio da cuenta de la manera como el proceso favorece la apropiación de un modo de proceder que propone unos acentos particulares y propios de la espiritualidad ignaciana, la cual inspira esta propuesta formativa. Además, invita a seguir apostando por una formación integral de los estudiantes javerianos, quienes están llamados a liderar los procesos de construcción de una nueva sociedad, desde lo que son, “poniendo más el amor en las obras que en las palabras” (Ejercicios Espirituales numeral 230).