El sendero de mi vida, ¿vivencia o proyecto? Una apuesta por la reconexión con el sentido de vida de los javerianos
Una apuesta por la reconexión con el sentido de vida de los javerianos
Hace 4 años, con la reestructuración del Centro Pastoral San Francisco Javier, se crea el programa Formación Integral para Académicos, que por medio de espacios y experiencias de reflexión personal y de grupo ha venido acompañando a profesores e investigadores en su crecimiento personal y profesional, con un propósito: fortalecer la comunidad de cuidado javeriano.
Al terminar el Curso Taller de Acompañamiento Personal (CTAP) aparecen, para muchos de los participantes, reflexiones sobre el sentido de vida, por esta razón el programa de Formación Integral para Aca-démicos (FIAC) del Centro Pastoral San Francisco Javier de la Universidad Javeriana, en co-creación con Andrea Forero, profesora de la Facultad de Ciencias, y Robert Bobby Rosenberg, profesor de la Facultad de Artes, crearon un nuevo espacio para seguir la reflexión posCTAP, llamado ‘Sendero de mi vida, ¿vivencia o proyecto?’. La apuesta que ha hecho la Universidad por la formación integral implica un desafío en cuanto a las experiencias formativas; invita a ir más allá y a ver al ser comprendiendo su complejidad y sus dimensiones. El Centro Pastoral entiende que, además de lo cognitivo, los elementos emocionales y corporales juegan un papel fundamental en la práctica reflexiva, de modo que ha buscado integrar estos componentes en torno a un tema trascendental para el ser humano: Su sentido de vida.
La dimensión corporal
Entendiendo que el cuerpo es un dominio del ser que se comunica, aprende y transforma, FIAC invitó a varios profesores participantes de sus experiencias, con el objetivo de crear un espacio para reflexionar sobre el sentido de vida y que implicara trabajo con el cuerpo. De esta manera, surgió un equipo que trabajó durante nueve meses en la planeación de esta experiencia, la cual tiene hasta el momento tres cohortes y han participado 46 personas.
Trabajo colaborativo
En esta experiencia en particular, Andrea y Bobby ofrecen sus saberes, no solo a partir de sus profesiones, sino también de sus vivencias, y se entregan al proceso con la conciencia de estar haciendo no solo medio universitario en sus facultades, sino creando comunidad de cuidado javeriano. Esta es la invitación que hace FIAC: construir juntos y abrir las puertas para que desde el Centro Pastoral los profesores puedan tener más y mejores herramientas para su formación integral, y así ser más coherentes en el acompañamiento a sus estudiantes y más comprometidos con su aporte al bienestar en sus facultades.
El peregrino
La experiencia tiene como metáfora la figura del “peregrino”, de San Ignacio de Loyola, quien, decidido a hacer una transformación profunda y espiritual de su vida, se inició a sí mismo buscando el camino que lo llevara al propósito de su existencia. Al estar curado de sus heridas de guerra, e interpelado por las vidas de los santos y la de Jesucristo, decidió emprender su viaje a pie, unos 700 Km, y visitar esos lugares desde los cuales sentía un profundo llamado.
La experiencia
Este espacio se fundamenta en diferentes herramientas ignacianas integradas con la metodología experiencial y las técnicas de aprendizaje corporal que se plantean en la somática, el coaching ontológico y la biodanza, planteando a partir del trabajo de cuerpo, el objetivo de generar un espacio de reflexión personal sobre el sentido de nuestra vida procurando nuestro bienestar en contexto y la toma de decisiones.
Testimonios Andrea y Bobby
“Este taller ha significado para mí, como facilitadora, un espacio de enriquecimiento permanente, en tanto emerge del diálogo entre tres técnicas de crecimiento personal que han brindado nuevas posibilidades de integración de la palabra, el cuerpo y el encuentro, en función de la reflexión sobre las propias opciones de vida. Así mismo, ha sido de gran valor la interacción con aquellos que han resonado con la propuesta y aportan tanto su presencia, como su experiencia de vida dentro y fuera del ámbito universitario. Cada uno de ellos ha constituido un mar de sabiduría que nutre y un espejo que permite verme como un ser integral en permanente transformación, y recrearme cada día como miembro de esta”. (Andrea Forero, profesora del Departamento de Biología). “Fue durante mi participación en el CTAP que conocí el lindo trabajo que hace el Centro Pastoral. Llegué con nuevos compromisos, ya que durante el taller pude definir una situación muy molesta en mi vida, y salí con un plan para enfrentarla. En mi bitácora, expresé mi experiencia así: «Tan simple a primera vista, y tan profundo unos días después. Estaré muy contento de cultivar nuestro mutuo acompañamiento». Cuando me invitaron a participar en esta propuesta, acepté sin dudar. Tanto me había enriquecido por mi experiencia en esos días, que quise devolver algo a esa misma comunidad. Una vez decidido que el tema iba a ser «el sendero», vi que tuve algo que contribuir desde la experiencia consciente que ofrece la educación somática. El sendero, una metáfora para la dirección que cada quien da a su vida, implica tomar decisiones consciente o inconscientemente, y mi contribución sería el proceso de reconocer el momento decisivo frente al cual normalmente respondemos de forma automática. Este es un espacio que fácilmente recurre a la «pausa ignaciana» para un momento de reflexión antes de tomar la decisión, y contemplar si el proceso habitual realmente sirve a las nuevas metas personales, y si no lo hace, para escoger otra reacción. Todo esto, a través del cuerpo, entendido apenas como uno de los aspectos de la persona integral que todos somos. (Bobby Rosenberg, profesor Departamento de Artes Escénicas).