
La facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales celebró sus primeros cinco lustros

Humanos y Relaciones Internacionales, Alfredo Vásquez Carrizosa, adscrito a la Facultad de Ciencias Políticas
El 10 de octubre se celebró el vigésimo quinto aniversario de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. Su creación quedó registrada por el Consejo Directivo Universitario en el acuerdo número 100 del 1° de junio de 1994, presidido en ese entonces por el padre Gerardo Arango, S.J., rector de la Pontificia Universidad Javeriana en el período comprendido entre 1989 y 1998.
A esta nueva Facultad, que nació como resultado de la organización académica de la Universidad dentro del proceso de planeación estratégica y tras la desaparición en 1992 de la Facultad de Estudios Interdisciplinarios, fundada en 1973, se incorporaron las actividades de investigación y servicio que había venido adelantando hasta ese momento la Unidad de Política de la Facultad predecesora, así como los programas de Maestría en Estudios Políticos, Maestría en Relaciones Internacionales y la Especialización en Opinión Publica, Elecciones y Coyuntura Política.
Durante la conmemoración de este aniversario que se realizó en el auditorio Félix Restrepo, S.J., en presencia de directivos, profesores, estudiantes, egresados y administrativos, el P. Jorge Humberto Peláez, S.J., rector de la Javeriana, recordó que el primer Decano Académico de la Facultad fue el P. Javier Sanín, S.J. y exaltó la notable dirección que ha tenido la unidad en sus primeros 25 años, hoy a cargo del padre Fernando Munera, S.J.
“La Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales ha sido pionera en el estudio de las relaciones internacionales y hoy cuenta con programas reconocidos y un departamento sólido y dinámico, siempre han trabajado, investigado, enseñado y aprendido para generar acciones desde la comunidad académica y buscando soluciones creativas y acertadas, dirigidas a la atención
de los problemas sociales y de los asuntos internacionales desde Colombia y América Latina”, expresó el Rector.
Por su parte, el padre Múnera comentó la reflexión que a lo largo de este 2019 ha suscitado los 25 años de la Facultad. “Durante el primer semestre el cuerpo de profesores construyó una reflexión sobre lo que somos desde el proyecto y el lugar de cada uno y sobre lo que queremos ser. Nuestro horizonte en común es lo que hemos querido representar en el documental y luego en el conversatorio”, actos que tuvieron lugar enseguida de las palabras formales del Rector, el Decano y del reconocimiento especial que se le hizo a Claudia Dangond Gibsone, con la entrega de la Cruz San Francisco Javier.
El Rector resaltó la importancia de haber abierto en la Javeriana un espacio especial para esta área del conocimiento, pues “con el paso de los años su pertinencia se ha hecho mayor, porque tanto la política como la democracia, lo mismo que la globalización e interdependencia, son asuntos que ocupan el primer lugar en la agenda, no sólo de Colombia sino también de la mayoría de los países del mundo”. “Podemos decir con orgullo que hemos marcado un modo de ser, aun cuando nuestra disciplina ha crecido no sólo en Bogotá sino en todo el país”, concluyó el padre Múnera.
Cruz San Francisco Javier a Claudia Dangond Gibsone
Un espacio especial se dedicó en esta conmemoración a la mujer que durante nueve años ejerció como Decana Académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales: Claudia Dangond Gibsone. De 2004 a 2013 la abogada javeriana consolidó institucionalmente la Facultad, dio mayor apertura al campo de las Relaciones Internacionales con el nuevo programa de pregrado y diversificó la oferta de posgrados, así como también organizó los procesos de investigación y realizó una importante labor en el Medio Universitario, procurando el cuidado personal de todos los miembros de la Facultad.
Durante su permanencia en la Facultad, ocupó los siguientes cargos: profesora e investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales – Instituto de Derechos Humanos y Relaciones Internacionales Alfredo Vásquez Carrizosa; directora del énfasis en Relaciones Internacionales de la Carrera de Ciencias Políticas de enero de 1998 a junio de 2000. En la Facultad de Ciencias Jurídicas fue profesora de cátedra en 1994; directora de posgrados entre 2002 y 2004 y desde 2018 es directora de posgrado de Derecho Público. En dos ocasiones fue elegida miembro del Consejo Directivo Universitario y es autora de diversos trabajos académicos publicados como capítulos de libros o artículos en revistas y otros medios impresos.
La Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales ha sido pionera en el estudio de las relaciones internacionales y hoy cuenta con programas reconocidos y un departamento sólido y dinámico.
Además de su trayectoria en la Universidad también ha estado vinculada a la Academia Diplomática Augusto Ramírez Ocampo y a la Universidad Externado de Colombia y ha desarrollado una
notoria labor profesional en la cual se destacan los siguientes cargos: asesora de la Asamblea Nacional Constituyente en 1991 y de la Comisión Especial Legislativa; en 1992 fue asesora del Congreso de la República y del Ministerio de Agricultura en Asuntos Constitucionales; auxiliar judicial y abogado sustanciador de la Corte Constitucional, entre 1993 y 1996 estuvo en la Secretaría Privada del Ministro de Desarrollo, Augusto Ramírez Ocampo; en 2001 fue directora de Inversión Extranjera del Ministerio Comercio Exterior; de 2001 a 2004 fue consultora del programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo –PNUD; y en 2007, de la Procuraduría General de la Nación.

y actual directora de los Posgrados en Derecho
Público, de la Facultad de Ciencias Jurídicas
En el momento de su intervención, luego de recibir de manos del P. Jorge Humberto Peláez la Cruz de Plata San Francisco Javier, Claudia Dangond relató cómo nació su vocación por la educación. “Tenía diez años cuando recibí como regalo un pequeño tablero de tiza de tres patas con el que decidí organizar un salón de clases en el garaje de mi casa en donde invité en varias ocasiones a un niño que vendía dulces y flores cerca de mi casa para darle clases de lectura y escritura. Era el único alumno de esa escuelita y siempre me llevó una flor en agradecimiento. Recuerdo la emoción que sentí cuando a dos voces, finalmente, pudimos leer de corrido algún pasaje de mis libros escolares. Desde entonces siempre busqué poder sentir la misma emoción”.