Noviembre - Diciembre 2021 | Edición N°: 1373
Por: Rafael Nieto Roca | Coordinador de Promoción y Mercadeo de la Editorial Pontificia Universidad Javeriana

La más reciente publicación de la Editorial Pontificia Universidad Javeriana en su colección insignia Ópera Eximia, estudia el orden político predominante en la segunda mitad del siglo XIX a través de un análisis histórico de la evolución del uso del tiempo libre y el ocio de los habitantes de la capital colombiana.


¿Cuáles eran las diversiones en Bogotá entre los años 1849-1900? Jorge Humberto Ruiz Patiño, doctor en Investigación en Ciencias Sociales con énfasis en Sociología de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y magíster en Estudios Políticos de la Universidad Javeriana, estudió los procesos de adopción de las actividades en tiempo libre con el fin de comprender las relaciones entre la recreación, el espectáculo y las fiestas con el establecimiento de un orden político.

Al finalizar el siglo XIX, la clase alta de Bogotá se divertía con conciertos de ópera, corridas de toros en la forma moderna, carreras de caballos al estilo inglés y carreras de bicicletas. Si bien los teatros, el hipódromo y el circo de toros fueron los lugares de recreo predilectos de ese grupo social, al igual que los parques y jardines, esto no siempre fue así. Durante los primeros años de la república y parte de la segunda mitad del siglo XIX, los bogotanos gozaban con las diversiones heredadas de la Colonia: corridas de toros en la forma tradicional, riñas de gallos y juegos de azar. En Las desesperantes horas de ocio, Ruiz Patiño estudia cómo el cambio histórico en el orden de las diversiones en Bogotá estuvo relacionado, principalmente, con las representaciones de las distracciones de origen colonial dentro de la disputa partidista, la formación de un ámbito de los espectáculos públicos, la transformación de las plazas coloniales en parques y jardines, y la representación del tiempo como un bien escaso que debía ser usado en beneficio de la perfectibilidad humana.

En el prólogo, la profesora Ingrid J. Bolívar Ramírez, señala “(…) Su minucioso trabajo nos permite comprender cómo la experiencia del tiempo cíclico y religioso, atado a su vez a los tiempos de cosecha y de la naturaleza, se van separando o desalineando de los nuevos tiempos con que se promueven las fiestas patrias y los espectáculos. Bajo los gobiernos republicanos hay una preocupación por la “racionalización” del tiempo y por la perfectibilidad del ser humano. Anhelos de racionalización y perfectibilidad que van a incidir para que las celebraciones coloniales se recuerden y reprueben por el “derroche” festivo y el acoso de los vicios.”

“A partir de una investigación sistemática, meticulosa y creativa, Ruiz presenta los modos de pensar, los procedimientos analíticos, las fuentes y las decisiones que como investigador debió tomar para construir su objeto en medio de la fragmentación de la información y de la superposición constante de los significados atribuidos a ocio, diversión, tiempo libre, fiesta, entretenimiento, entre otros términos. El traslapo de términos coincidió también con la creciente diferenciación entre esas múltiples “ocasiones festivas”, y por ello, ellas mismas delatan la transformación dinámica de la vida social en la segunda parte del siglo XIX bogotano. Esa es, quizá, la primera contribución de este libro: recordarnos que las denominaciones de tiempo festivo, tiempo libre, tiempo de ocio, fiesta, diversión, espectáculo no son neutrales ni casuales, sino que más bien indican negociaciones y transiciones sobre el sentido que debe darse a “la marcha” del tiempo, a los tiempos “nuevos” que transcurren y a lo que el ser humano “debe” o “puede” vivir en ellos.”, dice Bolívar en el prólogo.