El paso del tiempo, por lo general, implica cambios, algunos muy grandes, no todos previstos ni controlables, que en cierta forma nos recuerdan que hay vida y movimiento. Esto lo podemos apreciar en todos los ámbitos de la naturaleza, en las plantas y los animales, y de manera especial en el organismo humano. También en el mundo inorgánico tienen lugar importantes transformaciones, como las que han permitido el surgimiento de los actuales continentes, las cuales solo pueden notarse si se hacen los ajustes pertinentes en la escala del tiempo. Si nos fijamos en las organizaciones, se puede afirmar que el cambio se da de manera permanente, en primer lugar, por el relevo de las personas que laboran en ellas, algunas[…]