Cuando dos o más personas se encuentran, sea de manera prevista o por casualidad, siempre se abre la posibilidad de entablar una conversación. Conversar es de la familia de “verter”, significa darse una vuelta y encontrarse con el otro, con su rostro y su palabra. Ciertamente, hay conversaciones ocasionales y rápidas, que duran poco, pero cuando se da una verdadera conversación, los seres humanos damos espacio y tiempo que exige un encuentro genuino y algo nuevo surge de en medio de nosotros. La profundidad de una relación humana se puede percibir por la calidad de sus conversaciones. Las distancias nos han llevado a buscar medios nuevos de comunicarnos. En los últimos años, hemos logrado tecnologías que nos permiten transmitir voz[…]