Uno de los elementos más importantes de la espiritualidad ignaciana es el acompañamiento espiritual. Esta experiencia religiosa de encuentro tiene su fundamento en la cura personalis, término en latín acuñado por san Ignacio de Loyola, que se refiere al cuidado y atención por la integralidad de la persona, en sus circunstancias particulares, capacidades y necesidades. El acompañamiento espiritual consiste en un camino de fe, en el cual el acompañado plantea su situación y contexto de vida presente para que, junto a su acompañante, pueda reconocer la presencia de Dios en su vida y logre discernir con mayor claridad sus búsquedas y opciones con relación a la experiencia de sentido y a la voluntad de Dios. Esta inspiración ignaciana es la[…]