Cátedra Unesco de Comunicación

Comunicación, información y lenguajes en tiempos de pandemia

Cátedra Unesco de Comunicaciones 2020

ISBN: 978-958-781-870-3    |    DOI: https://doi.org/10.11144/Javeriana.9789587818703
Cómo citar este libro: Pereira, J. M. y Gutiérrez, G. E (eds.). (2023). Comunicación, información y lenguajes en tiempos de pandemia. Cátedra Unesco de Comunicación 2020. Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana.

La comunicación en la práctica docente aunada al factor relacional

Kitty Margaret Owen Martínez1Doctora en Ciencias Gerenciales. Comunicadora social-periodista. Administradora de empresas. Perfeccionamiento profesoral en investigación. Contacto: kittyowen@gmail.com y Guillermo Reyes Fierro2Magíster en Educación. Magíster en Informática Educativa. Especialista en Entornos Virtuales de Aprendizaje. Especialista en Comunicación Organizacional. Comunicador Social y Periodista. Contacto: guillermo.reyes@uac.edu.co

Resumen

Cuando se habla de Educomunicación se pensaría, inicialmente, que es la educación a través de la comunicación; sin embargo, la Educomunicación va mucho más allá: es hablar del mensaje, es hablar del contenido informativo. En este caso, en función del saber. Al iniciar 2020, las prácticas docentes podían lograrse en algunos lugares de manera magistral, tradicional y llena de falta de recursos interactivos, que eran medios utilizados en la cotidianidad de un estudiante tan solo para relacionase con su mundo exterior. En ese momento, la educación canalizada a través de herramientas comunicativas virtuales se veía como futuro, pese a que en algunos otros escenarios mundiales ya era una realidad, pero una realidad fluctuante entre el espacio físico y el virtual. Sin embargo, el hecho mundial de la pandemia transformó el salón, sin previo aviso, inesperadamente e interrumpiendo la planeación de cualquier docente que tenía su programa académico ya establecido. La presente investigación, la cual se encuentra en curso, ha vivido dos momentos, dado que antes del confinamiento por covid-19 se venía analizando la comunicación entre los maestros y los estudiantes, a través de la mirada que estos últimos tenían del contenido y de las herramientas virtuales utilizadas por los docentes. En esta primera fase pudo identificarse la poca importancia que dan los docentes al contenido virtual expuesto a sus alumnos. Dentro de los hallazgos, se identifica que esos recursos eran tomados de otros existentes en la web, pero con muy poco material propio, lo cual limitaba la cocreación. Sin embargo, llegaron los días de pandemia durante la investigación, y se inició, entonces, una segunda fase, en la cual empezó a observarse la utilización de recursos por parte de los estudiantes en la nueva realidad, a partir de la producción generada por sus docentes, utilizando la observación participante. En esta segunda fase, se analizó a los estudiantes que pertenecían a las clases de los investigares, a fin de identificar si en la calidad del contenido expuesto por el docente se encontraban la motivación para el estudio y los espacios cocreativos producidos entre ambos.

Palabras clave: comunicación, educación, cocreación y relacionamiento.

Introducción

Cuando se habla de tecnologías de la información y la comunicación (tic) asociadas a procesos de la Educomunicación, se las considera tan solo una transmisión de mensajes educativos; sin embargo, a través de la experiencia de los años en la docencia por parte de los investigadores, se ha identificado la necesidad de crear contenido, no solo científico, sino de apoyo al proceso académico; y en estos tiempos de tecnología, el carácter digital y audiovisual es indispensable para hacer mucho más atractivo el contenido académico.

Por lo anterior, se ha entendido que en la Educomunicación se gesta la cocreación entre docentes y estudiantes, y de ella, una simbiosis que genera conocimiento. Esta investigación se viene desarrollando con el propósito de analizar el constructo denominado tric, que se desprende de la tecnología de la información y comunicación, con una R que aporta al factor de relacionamiento.

La investigación inició su curso en 2019, cuando hablar de tic y su relacionamiento es cercano y, al mismo tiempo, distante. En su momento, se consideraba que las tecnologías y su proceso en la Educomunicación serían un futuro al 100 %, pero este era visto como muy lejano; sin embargo, los hechos ocurridos en torno al covid-19 permitieron que el tema adquiriese mucha más fuerza, y dio la oportunidad, en una nueva realidad, a los investigadores, para desarrollar una observación participante.

La investigación, que sigue en desarrollo, se justifica como una mirada exploratoria que se da a partir de los hechos relacionados con el covid-19 y las nuevas realidades comunicacionales que deben vivirse dentro de los procesos educativos. Por lo tanto, servirá como un aporte para futuros docentes, y como antecedente en investigaciones próximas, que necesiten conocer por entonces un antecedente sobre la forma como se vivieron esos momentos en relación con el tema.

Según lo planteado, el propósito en que el que se enmarca el presente trabajo es ver el valor relacional que se da en el interior de las aulas virtuales de los programas de comunicación social y periodismo en el Caribe colombiano. Así mismo, a este valor relacional se le estudia su característica cocreación, como herramienta que lo conforma para el desarrollo de su proceso.

Marco teórico

Para muchas personas el término Tecnologías de la Relación, la Información y la Comunicación (tric) puede ser algo novedoso; sin embargo, en el mundo de la investigación en comunicación se viene gestando hace un tiempo, y explorándose tanto en Europa como en América Latina, en contextos académicos y sociales de diferente composición, lo que hace mucho más interesante conocer las concepciones del término.

Para Gabelas et al. (2012), quienes definen el término, las tric constituyen una defensa del entono virtual, en relación con la comunicación horizontal y la alfabetización mediática, ya que, según los autores, se tiene en cuenta, en esta relación, una interacción dentro del mundo de la tecnología que proyecta la multialfabetización entre los participantes.

Cómo ya se mencionó, las tric vienen siendo estudiadas en un panorama amplio y diverso, trascendiendo fronteras hasta América Latina e identificándose en el trabajo de Martínez (2017), quien revisa el postulado haciendo un recorrido de las tic a las tric ubicándose en el contexto cubano, y explicando que estas realidades de interacción permiten escenarios de cooperación social, confianza y empoderamiento en comunidades de niños y adultos jóvenes, quienes encuentran en la comunicación digital un espacio para adquirir conocimiento alejado de la formalidad escolar.

Si bien el autor expone que el proceso puede ser diferente por el contexto social, se identifica en diversos contextos que los jóvenes y los adultos, a escala mundial, han hallado en estos escenarios nuevas formas de aprendizaje; en muchos casos, sobre oficios alejados de su profesión, como lo puede ser un tutorial sobre maquillaje, jardinería o carpintería. Aunque lo anterior no se considera equivocado en su aprovechamiento, es necesario que este factor relacional sean un canalizador para el aprendizaje recibido en su escolaridad, que complemente su conocimiento y sus procesos académicos.

Estos conceptos se relacionan claramente con la investigación llevada a cabo, donde se identifica al relacionamiento con las tic como canal efectivo para la consolidación del aprendizaje. En unas palabras más sencillas, los estudiantes actuales que están interesados en adquirir un conocimiento no lo logran solos, sino que se valen de los medios tecnológicos como recursos para el aprovechamiento de la formación, y logran con ello nuevas configuraciones de comunicación que existen en la retroalimentación del mensaje, siendo esta la respuesta o la retribución del conocimiento, y haciendo bidireccional de esta forma el proceso con aquellos de donde obtuvieron el conocimiento inicial. Asimismo, para comprender mucho mejor a las tric y el factor relacional, es necesario identificar diversos elementos que las apoyan, como las redes sociales, al igual que herramientas físicas, como los celulares o dispositivos tecnológicos, por medio de los cuales las persona que trabajan el proceso de relacionamiento interactúan más a menudo. En relación con ello, Basantes et al. (2017) indican que los dispositivos móviles en el proceso de aprendizaje permiten potenciar el intercambio de pensamiento, conocimiento y posturas, de una forma permanente, incluso fuera de un aula virtual.

Sin embargo, aunque se tengan los dispositivos y la conectividad, es necesario incluir en este espacio al contenido: el mensaje que permite el encuentro entre las partes. Este contenido se ha identificado por medio de la cocreación, ya que, según Gabelas et al. (2017), el conocimiento y su aprendizaje se logran ampliamente en escenarios que permiten la integración de los aportes de los participantes en las nuevas alternativas de generación de conocimiento. Dicho planteamiento se articula con el de Kastika (2012), quien sostiene que la cocreación se enfoca en la generación de conocimiento compartido entre los participantes: tanto el de aquellos que registran su trabajo como el de quienes solo observan.

Metodología

La metodología utilizada para el desarrollo de la investigación se vivió en dos momentos. Para el primero de ellos, el estudio se desarrolla en el tradicional paradigma positivista, el cual, apoyado en Hernández et al. (2014), pretende obtener los resultados de manera neutral. Así mismo, en este primer momento se utilizó el método deductivo, que se fundamenta en ir de un conocimiento general a uno particular, por lo cual necesita la construcción teórica dentro del proceso de investigación científica.

Así mismo, con base en Arias (2012), la elección de la población objeto del estudio se basó en un conjunto finito, con características similares; por lo tanto, se seleccionó a los estudiantes de los últimos semestres de comunicación social y periodismo de las universidades Sergio Arboleda y Autónoma del Caribe, aplicando la técnica de campo de la encuesta a un total de 162 personas.

En el segundo momento se hizo una observación participante, ya que los investigadores pasaron a ser parte de la comunidad donde se desarrolló la investigación. Lo anterior, con base en lo planteado por Arias (2012); sin embargo, dichos resultados se hallan aún en proceso.

Resultados

A continuación se expondrán los resultados, con foco en el valor relacional en función de la cocreación. Para este indicador, se buscó saber la utilización de recursos digitales por parte de la población estudiada para generar creatividad en sus contenidos académicos, el trabajo en equipo y la colectividad en red.

Tabla 1. Cocreación

Escala de respuestas

Indicadores

Siempre

Casi siempre

A veces

Casi nunca

Nunca

Recurso digital

31

68

44

12

7

Trabajo en equipo

27

51

51

16

17

Colectividad en red

19

43

45

27

28

Fuente: elaboración propia (2020).

En este primer momento, en función de la cocreación, el indicador recurso digital encontró la respuesta con mayor valoración, con Casi siempre en el 42 %, lo cual representa a 68 personas de la población objeto de estudio. Lo siguió la respuesta A veces, la cual logró el 27.2 %, correspondiente a 44 de las personas encuestadas. Lo anterior evidencia la utilización de los recursos digitales en un alto porcentaje para el desarrollo de contenido, para, de esa forma, suplir las necesidades creativas que tiene la persona consultante.

Sin embargo, existe también la muestra de que no siempre es recurrente el uso de la tecnología para la producción de contenido y creatividad. En ese orden de ideas, se puede inferir que los estudiantes adquieren el conocimiento principalmente de su maestro, sin ampliar el mensaje expuesto.

Así mismo, para Trabajo en equipo, entre las 162 persona encuestadas se identifica claramente el 31.5 % para Casi siempre, al igual que A veces, en relación con el trabajo en equipo, como otras personas diferentes de los compañeros de su universidad, con el objeto de explorar nuevas respuestas a ideas académicas. El porcentaje anterior corresponde a 51 personas, respectivamente, por cada respuesta.

Mientras, el indicador Colectividad en red, obtuvo el 27.8 %, el cual es representado por 45 personas, seguido Casi siempre, con el 26.5 % en 43 respuestas. Ahora bien, el factor diferenciador puede encontrarse en la respuesta Nunca, ya que el 17.3 % tomó esta opción, la cual representa a 28 personas, y Casi nunca, el 16.7 %, alcanzado en 27 personas. Al tomar estos dos últimos valores de referencia en 55 personas, se evidencia que no participan colectivamente en una intervención masiva donde se quieran aportar ideas.

Discusión y conclusiones

En la actualidad, el común denominador de las personas produce conocimiento de manera general en temas varios, que se exponen a través de las redes sociales; sin embargo, es importante que también puedan ser expuestos y transmitidos el conocimiento que adquiere una persona en formación profesional, donde pueda compartir sus habilidades adquiridas y, a partir de ahí, ser un potencial productor de nuevos espacios de generación de conocimiento, tanto para quien observa como para quien expone.

Sin embargo, en el caso de esa relación a partir de procesos académicos, se destaca la necesidad de la producción de contenido para generar ese factor relacional desde los docentes hasta los alumnos. Existe la necesidad de lograr que los conocimientos sean expuestos inéditamente por sus creadores, y que a partir de ellos se puedan generar más conexiones canalizadas a través de las redes sociales y de los diferentes medios tecnológicos para el posicionamiento de esa información, y no solamente contenidos de terceros.

En este documento se plasma la primera parte del estudio, si bien se identifica que los estudiantes tienen en su imaginario permanente compartir información y trabajar de forma colaborativa. Lo anterior se enmarca en el panorama latinoamericano de estudios anteriores expuestos en el documento, y el cual lleva a que el relacionamiento y la transmisión de conocimiento por medio de las redes sociales distintos de los académicos logre transferir conocimiento de manera efectiva. Las tric, entonces, a partir de sus estudios identifican la integración de conocimientos canalizados por el factor relacional.

Referencias

Arias, F. G. (2012). El proyecto de investigación. Episteme, C.A.

Basantes, A., Naranjo, M., Gallegos, M. y Benítez, N. (2017). Los dispositivos móviles en el proceso de aprendizaje de la Facultad de Educación Ciencia y Tecnología de la Universidad Técnica del Norte de Ecuador. Universidad Técnica del Norte. Revista Formación Universitaria, 10. 10.4067/S0718-50062017000200009

Gabelas, J., Marta, C. y Aranda, D. (2012). Por qué las tric y no las tic. Revista del estudio de las ciencias de la información y comunicación, 9. https://comein.uoc.edu/divulgacio/comein/ca/numero09/articles/Article-Dani-Aranda.html. España.

Gabelas, J., Vargas, B. y Marta, C. (2017). Manual Tric. Mastercompetencias digitales - unizar. TricLab. https://triclab.com/wp-content/uploads/2017/05/GUIATRICrev.compressed.pdf

Hernández-Sampieri, R., Fernández-Collado, C. y Baptista Lucio, P. (2014). Metodología de la Investigación. Mac Graw Hill.

Kastika, E. (2012). Los cinco hábitos del innovador disruptivo. En EK Innovación y creatividad en Latinoamérica. https://tinyurl.com/m795och

Martínez, Y. (2017). De las tic a las tric. Una nueva realidad socio-comunicacional en Cuba. Revista Científica de Comunicación Aplicada, 7(3). https://journals.sfu.ca/indexcomunicacion/index.php/indexcomunicacion/article/view/319/321. Cuba.