Comunidad Javeriana
Educación
Marzo 30, 2025

De Colombia a España: estudiantes apoyan la educación de jóvenes migrantes

Laura Mariana López Morantes y David Santiago Chaparro Beltrán, estudiantes de octavo semestre de la Licenciatura en Ciencias Naturales y Educación Ambiental, de la Facultad de Educación de la Javeriana, están en España haciendo su práctica social.

Llegaron a principio del semestre a Córdoba, más exactamente a la Parroquia Santa Luisa de Marillac, que acoge a migrantes con dificultades de varios ordenes, comunidades en situación de desventaja social y familias en contextos de exclusión.

Su misión allí es conocer nuevas realidades educativas y sociales, y fortalecer su rol como futuros educadores comprometidos con la transformación. Para ello, trabajan en dos proyectos: La Maleta de Luisa: una iniciativa que, a través del estudio y la cultura, ofrece nuevas oportunidades a jóvenes en situación de calle. Y en La Puerta Verde: un programa que busca brindar apoyo y acompañamiento a niños en condiciones de vulnerabilidad. 

“En tan poco tiempo he aprendido la importancia del servicio a los demás desde la caridad y el amor. Ha sido una entrega total, en la que he dado lo mejor de mí en distintos ámbitos: enseñando español a jóvenes inmigrantes y apoyándolos en sus asignaturas, cocinando comida típica colombiana, cantando en las eucaristías semanales y dominicales, visitando albergues y compartiendo en familia con los muchachos”, comenta Laura.

Por su parte, Santiago comenta para Hoy en la Javeriana que “lo que más disfruto de esta experiencia es la humildad y fortaleza de las personas que, a pesar de haber tenido muy poco en la vida, mantienen en sus mentes y corazones el deseo de salir adelante y construir un mejor futuro para ellos y sus familias. Asimismo, el trabajo con los niños del barrio Polígono del Guadalquivir ha reforzado nuestra vocación docente, guiándonos hacia la empatía y el reconocimiento de que un maestro puede cambiar la vida de un estudiante simplemente con recordarle el valor que tiene y demostrarle que puede aportar mucho al mundo”. 


 

“Asimismo, el trabajo con los niños del barrio Polígono del Guadalquivir ha reforzado nuestra vocación docente, guiándonos hacia la empatía y el reconocimiento de que un maestro puede cambiar la vida de un estudiante simplemente con recordarle el valor que tiene y demostrarle que puede aportar mucho al mundo”. Santiago Chaparro.

 

Aprender desde la diversidad y la inclusión 


Adaptarse a un nuevo entorno educativo y cultural, construir vínculos con la comunidad y representar a la Facultad de Educación y a la Universidad Javeriana en un escenario internacional son algunos de los retos que enfrentan Laura y Santiago. Además, esta experiencia refuerza la incidencia territorial de la Facultad, pues conecta la formación docente con realidades globales y promueve la educación como motor de cambio. Este desafío académico y personal es a la vez para los estudiantes javerianos una oportunidad de crecimiento y aprendizaje significativo. “Queremos aprender de las personas que buscan esperanza, conocer sus historias y descubrir formas efectivas de acompañar comunidades en contextos de un país desarrollado”, afirman Santiago y Laura.

Laura expresa con emoción: “De esta práctica valoro la belleza de cuidar y acoger a personas que han sufrido, ya sea porque están en la calle o porque buscan un mejor futuro para sus familias. Lo más significativo ha sido compartir cada día, sentarnos juntos a la mesa para almorzar y contar cómo nos fue, mientras alguien cuenta chistes malos y reímos todos. La belleza de querer a alguien como un hermano, de empatizar con su historia y desear lo mejor para ellos. Me asombra cómo se puede llegar a querer tanto a personas que hace poco no conocía y que, cuando logran salir adelante, dejan un vacío enorme, porque marcaron mi vida y la hicieron más linda”. 

“Ha sido una experiencia maravillosa de la cual hemos aprendido muchísimo. A nuestros compañeros que puedan venir en futuras ocasiones, les garantizamos que aquí sus vidas pueden dar un giro total. El aprendizaje y la experiencia de trabajar y vivir en un contexto diferente al propio valen la pena y dejan una huella imborrable”, destaca Santiago Chaparro.