Hoy en la Javeriana: ¿Libertad de expresión o excusa para dañar? El lenguaje de odio, un virus que se expande con cada ‘like’ - Hoy en la Javeriana
¿Libertad de expresión o excusa para dañar? El lenguaje de odio, un virus que se expande con cada ‘like’
Katherine Martínez Rivera
Profesional en Comunicaciones de la Oficina de Comunicaciones, Javeriana Cali
Vivimos en una sociedad donde cada día se normalizan más las agresiones, denigraciones u ofensas. Un mundo donde la libertad de expresión se convierte en excusa para violentar. Un entorno donde los discursos de odio se expanden a la velocidad de un ‘like’. En este contexto, es importante reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos como seres humanos de respetar la diferencia y ponerle cara a este tipo de violencia.
Por eso, para entender un poco más de este fenómeno, Hoy en la Javeriana, desde la seccional Cali, habló con Adriana Rodríguez Sánchez1, directora del programa de Comunicación de la Javeriana Cali y con Ana María López Rojas2, directora de la Oficina de Gestión Estudiantil, también de la seccional, quienes nos comparten su análisis sobre el ciberacoso, que deteriora el tejido social y además se ha convertido en modelo de negocio.
Para iniciar, es importante decir que no hay una definición exacta sobre qué es un discurso de odio, pues, como manifiesta Adriana, este tipo de discursos tienen un trasfondo cultural e histórico, su definición depende del contexto y de las normativas existentes, sin embargo, a pesar de esta falta de consenso sobre su definición, es posible señalar, como lo plantea las Naciones Unidas (2020), que los discursos de odio aluden a “cualquier forma de comunicación o comportamiento que usa lenguaje peyorativo o discriminatorio sobre una persona o grupo. En particular, contra grupos que han sido históricamente vulnerables, ‘minorizados’ y atacados debido a su religión, etnia, nacionalidad, raza, color, ascendencia, género u otras formas de identidad”.
“En el caso de las redes sociales, los discursos de odio pueden expresarse de forma verbal o no verbal. Emojis, fotografías intervenidas, stickers y otros códigos gráficos también se utilizan para reforzar estereotipos y promover prejuicios, además de normalizar el uso del lenguaje tóxico, violento y discriminatorio, que empieza con insultos y puede escalar hasta invitaciones o movilizaciones que lleven al daño físico a otros”, explica Ana María.
La normalización de estos discursos se debe en gran medida a las distintas formas que tienen de presentarse, pues están naturalizados en el lenguaje diario, al punto que no nos percatamos de lo que dice el otro o incluso nosotros mismos, llevando a la deshumanización. “Existen desde discursos que utilizan el humor para esconder un trasfondo de discriminación contra el otro, hasta los que promueven la aniquilación de determinados grupos. Estos tienen un sustrato histórico fuerte, y entre las causas hay temas políticos, económicos, culturales o fanatismos extremos que buscan deslegitimizar a colectivos”, manifiesta Adriana.
Y, aunque estos discursos siempre han existido, actualmente las plataformas digitales se convierten en cajas de resonancia que facilitan su propagación, y es aquí donde otro factor entra en juego: estos mensajes, que suelen volverse virales, se convierten en un modelo de negocio rentable para quienes propagan el odio y la violencia a través de clics.
“Los discursos de odio y la desinformación son un negocio. Existen empresas que contratan para generarlos y para crear desinformación, porque estos tienen la particularidad de viralizarse y monetizarse fácilmente, su lucro depende de atacar a otros. Es importante que tengamos en cuenta que cada vez que consumimos y compartimos este tipo de discurso, ayudamos a viralizar la frustración, la rabia y el miedo, y así mismo enriquecemos a estos conglomerados”, afirma Adriana.
Justamente, ese poder que tienen de mover emociones convierte a los discursos de odio en un arma que afecta tanto a las víctimas directas como al tejido social, pues como señala Ana María: "estos debilitan los principios de respeto, pluralismo e inclusión que deben guiar, entre otras cosas, la vida universitaria y la ciudadanía digital responsable. Adicionalmente, el anonimato en las plataformas digitales muchas veces facilita y promueve este tipo de discursos, al reducir la percepción de consecuencias y responsabilidades. Esta sensación de impunidad digital, potencia la agresividad y la deshumanización del otro y trae consecuencias, como la deserción estudiantil”.
La educación, un antídoto necesario
En medio de tanta exposición digital y de la proliferación de los discursos de odio, la educación se convierte en un antídoto para esta problemática, pues, aunque existen regulaciones de los países o las plataformas, la decisión de generar y difundir estos mensajes la toma cada persona.
Por lo tanto, las universidades y demás instituciones de educación juegan un papel fundamental para el desarrollo de competencias mediáticas e informacionales, que posibiliten evaluar críticamente los contenidos, y pronunciarse de manera positiva para crear narrativas que empoderen a quienes están siendo vulnerados. Además, con el acelerado desarrollo de la inteligencia artificial es necesario capacitar en el uso ético de estas herramientas.
“Cuando formamos a los ciudadanos en esa evaluación crítica de los contenidos, logramos la sensibilidad de decir: esto no porque esto daña; me llegó esto, pero no lo voy a compartir porque no es verificado, porque no está bien, porque está haciendo daño”, comenta Ana María, quien también hace un llamado a rechazar de manera categórica este tipo de discursos.
Por su parte, Adriana también invita a ser conscientes de las repercusiones que este tipo de acciones tiene, no solo para quien las recibe, sino también para quien las genera: “Hay que tener en cuenta que cualquier contenido que se comparte en redes sociales es público, y que en cualquier momento eso que se dijo, puede tener impacto en el ámbito laboral, social, educativo y legal".
Ahora, la pregunta es: ¿dónde está el límite entre nuestra libertad de expresión y el daño a los demás?
En la Javeriana, rechazamos los discursos de odio y trabajamos por una sociedad más plural, justa y consciente. Te invitamos a ver el siguiente video.