Investigación
Junio 7, 2024
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El cabotaje de barcos costaneros en el Pacífico Colombiano: actividad económica y práctica cultural

Erika Paola Parrado Pardo1Carlos Alberto Palacios Sinisterra2 y Jefferson Jaramillo Marin3 

La región del Pacífico colombiano se encuentra configurada a partir de un ecosistema que abarca múltiples cuerpos de agua y una compleja red de esteros, canales y ríos por los que discurre la vida de sus comunidades. Dada las dificultades reales para garantizar la conectividad de esta red, el movimiento de cargas y personas entre puertos y ríos regionales, conocido como navegación costanera o práctica moderna del cabotaje, es desde mediados del siglo XX el principal mecanismo de transporte y de comunicación en la región. 

Desde 2022, un grupo de investigadores de la Universidad del Pacífico (Buenaventura) y la Pontificia Universidad Javeriana (Bogotá), viene precisamente investigando acerca de las dimensiones históricas, sociales, económicas y culturales de la práctica del Cabotaje de barcos costaneros. Este grupo ha logrado reconocer que esta práctica tiene lugar en la interconexión permanente entre espacios acuáticos -mares, ríos, costas, playas, estuarios, canales, bocanas, esteros, manglares; - ambientes terrestres -pueblos, puertos, bosques, embarcaderos- y diversos oficios y saberes, que hacen del cabotaje no sólo una actividad económica más, sino una práctica cultural que involucra unas “artes o maneras de hacer”.  

    Imagen del embarcadero La Cooperativa en el sector del Piñal, Buenaventura. Fotografía de Carlos Alberto Palacios S. 

La investigación ha logrado rastrear cómo las embarcaciones de cabotaje en su versión moderna han constituido la forma habitual de transporte y de circulación comercial, cultural, local y regional entre puertos y ríos, a lo largo de los siglos XX y XXI. Además, desde Tumaco hasta Buenaventura y desde Buenaventura hasta Juradó, esta actividad constituye el eje articulador del mercado interno del Litoral Pacífico. No obstante, son notorios los vacíos de la literatura sobre su importancia y significado. A esta carencia de información en fuentes escritas Gratiniano Torres, capitán de barco, comenta que “la cuestión de navegación de los barcos, no es una cosa de estudio, eso es una cosa que usted lo aprende como una práctica”. 

 Esta práctica ha implicado desde los años 50 del siglo XX, una multiplicidad de oficios, saberes y actores. El carpintero naval pone al servicio de la práctica sus conocimientos ancestrales para fabricar los barcos con la madera que los corteros aprovechan del bosque, en su momento oportuno; los comerciantes son los encargados de la distribución y venta de una gran variedad de productos para ser comercializados; los coteros son quienes se encargan de cargar y descargar los barcos en los diferentes muelles y aserríos, localizados en los 16 municipios del Litoral Pacífico que integran las rutas de Cabotaje; la tripulación compuesta por capitán, maquinista, marineros, contador y cocinera es la que sostiene la vida de quienes se embarcan entre las bocanas de los ríos y el mar abierto;  finalmente, están los usuarios del servicio que son aquellos que viajan, recorren, utilizan los barcos no sólo como transporte, sino como un medio para establecer conexiones sociales, comerciales y afectivas.

“En la marinería en general, todos somos marinos, pero en lo formal hay rangos. El capitán es el que comanda la nave y da las instrucciones; en el caso nuestro [del cabotaje] siguen los marineros que son los qué hacen guardia, lavan el barco, lo conducen cuándo sale de la boca de partida y cuidan el barco; el maquinista es el que se encarga de prender el motor, se encarga del mantenimiento del motor; el oficial de cocina es el que ayuda en la cocina; el ayudante del cocinero es el camarero es el que tiende las camas; el cocinero es el que se encarga de la alimentación. Cada uno de estos roles juegan un papel fundamental”, explica (Javier Torres, presidente de la Asociación de Transportadores Fluviales y Marítimos del Pacífico (ATRANSMAFLUPA), que es la organización más importante que congrega al gremio del cabotaje en el Pacífico.

La investigación también ha identificado que hubo un auge muy significativo de los barcos costaneros de hierro a partir de los años noventa. De hecho, entre 1999 y 2019, aumentaron en un 92% las frecuencias de viajes, pasando de 139 viajes en los que se transportaron 24.143,5 toneladas de carga en 1999, a 2.284 viajes en los que se movilizaron 5.128.799,68 toneladas en 2019. Además, entre 1999 y 2023 se movilizaron, usando las embarcaciones de cabotaje, 1.798.151 pasajeros en el Pacífico.  

Imagen del Charco, Nariño. Fotografía de Erika Paola Parrado.

A diferencia de lo que ocurre en otros países suramericanos, en Colombia son pocas las investigaciones que visualicen la génesis e impacto de esta práctica. Además, la historiografía del país le ha otorgado un rol importante a la navegación en el desarrollo nacional, pero poco o nulo mérito al cabotaje en la vida económica y social en el Pacífico y en el Caribe colombianos.

En la actualidad, según datos de la Dirección General Marítima – DIMAR, hay 196 barcos costaneros de cabotaje autorizados para circular en el Pacífico, de estos 66 desarrollan actividades pesqueras y 93 actividades mixtas de transporte de pasajeros, mercancías y líquidos. De las 93 embarcaciones que prestan el servicio de transporte mixto, el 43% fue construida en la Playa de Los Mulatos, municipio de La Tola, departamento de Nariño.

La investigación ha logrado establecer que los tres problemas que más afectan la competitividad del sector son: las violencias armadas y criminales, los precios del combustible y los problemas de adecuación normativa.  

      Imagen del Charco, Nariño. Fotografía de Erika Paola Parrado. 

Finalmente, es importante reconocer que el transporte de mercancías a través de medios fluviales y marítimos permite a estas comunidades del Pacífico mantener cierta seguridad alimentaria para resistir en el territorio, pues están sumidas en la desconexión geográfica y sus aparatos productivos se han visto destruidos o mermados por la expansión del narcotráfico y la violencia armada.

El mapa de Rutas de Cabotaje en el Pacífico Colombiano, da cuenta de estos múltiples caminos acuáticos en los 16 municipios por donde transcurre, desde hace décadas, la práctica de esta actividad (6 de ellos ubicados hacia el norte en el departamento del Chocó y 11 -incluyendo Buenaventura- hacia el sur en los departamentos de Valle, Cauca y Nariño). 

1. Profesora asistente, Departamento de Historia, Pontificia Universidad Javeriana. Co-investigadora del proyecto. eparrado@javeriana.edu.co

2. Profesor del programa de sociología, Universidad del Pacífico. Investigador principal del proyecto. capalacios@unipacifico.edu.co

3. Profesor titular, Departamento de Sociología, Pontificia Universidad Javeriana. Investigador principal del proyecto. jefferson.jaramillo@javeriana.edu.co