Hoy en la Javeriana: Una mujer es nombrada dentro de las mas altas autoridades del Vaticano - Hoy en la Javeriana
Una mujer es nombrada dentro de las más altas autoridades del Vaticano
Carlos Novoa S.J.
Profesor Titular del Departamento de Teología
“La Iglesia es mujer” dijo Francisco a sus hermanos jesuitas en una reunión con ellos durante 2024 en Bruselas, donde también les confesó que está buscando “poner más mujeres en el Vaticano con responsabilidades cada vez mayores”. “Y las cosas están cambiando: se puede ver y sentir”, agregó, asegurando: “Continuaremos por este camino”, pues “las cosas funcionan mejor que antes”.
“En la Iglesia no le hemos dado a la mujer el puesto que se merece”, verifican los obispos latinoamericanos reunidos en Aparecida -Brasil- 2007; “debemos pedirles perdón a las mujeres en la Iglesia porque se les ha discriminado”, certifica el papa Francisco. En igual sentido, constata el obispo de Roma: “Si no respetamos a las mujeres en su dignidad y derechos la sociedad no avanzará”; “las mujeres han de participar en la vida de la Iglesia sin ninguna discriminación, tanto en las consultas como en la elaboración de decisiones”. Asimismo, “es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia … Las mujeres están formulando cuestiones profundas que debemos afrontar. La Iglesia no puede ser ella misma sin la mujer y el papel que esta desempeña … En los lugares donde se toman las decisiones importantes es necesario el genio femenino”. En igual sentido de este párrafo se manifiesta el Documento Conclusivo del Sínodo sobre la Sinodalidad, Roma, 2024.
El papa Francisco apasionado seguidor de Cristo, hace muy suya la especial ternura de su Maestro con las mujeres y su empeño por superar cualquier tipo de exclusión contra ellas. Por esto, el 6 de enero pasado, el sucesor de Pedro eligió a la religiosa italiana Simona Brambilla como Prefecta del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica.
La responsabilidad de este Dicasterio es acompañar y guiar 800.000 religiosas, religiosos y miembros de institutos seculares de todo el mundo. Por primera vez en los 20 siglos de historia eclesiástica una religiosa es nominada para tan alto cargo, solamente reservado a los cardenales de turno. De esta manera Francisco le asesta un duro golpe al machismo ignominioso de la Iglesia y al clericalismo, “auténtica perversidad” como lo denomina el Papa argentino.
Nos hallamos frente a esta elección de gran raigambre evangélica, osada y temeraria en el mejor sentido, la cual marca un viraje radical hacia la equidad de género en la catolicidad, tan ansiada como urgida por mucho tiempo. La hermana Simona tiene 59 años, es integrante de la comunidad Consolata, ha sido misionera en Mozambique por lustros, titulada en enfermería y doctora en psicología por la Universidad Gregoriana de Roma. En el 2011 fue nombrada General de su comunidad, cargo que desempeñó por doce años y en el 2023, el Papa la nombró secretaria (segunda al mando) del Dicasterio que hoy preside.
El nombramiento de la primera mujer para dirigir un departamento de la Curia Romana está antecedido por una serie de hechos históricos que las han marginado en diversos sectores de la Iglesia Se trata de un comportamiento doloroso, un grave pecado de la catolicidad por el cual pedimos perdón, empeñándonos en eliminar esta abominable situación. Tanto más cuando Jesús en el evangelio, a quien pretendemos seguir, desenvuelve una conducta absolutamente opuesta. Sin duda Jesús es un feminista, entendiendo por esta postura el empeño por la superación de la discriminación de las mujeres en la sociedad, sin más ni menos, para evitar agrios equívocos y polémicas.
La Palestina del siglo primero, ámbito social donde vivió Jesús, se distinguía en su coexistencia humana por la vigencia de las más amplias y diversas discriminaciones, despreciando a los niños, los enfermos, los pobres, los pecadores y, por supuesto, las mujeres. En tal tiempo y lugar deambulaban varios predicadores con su grupo de seguidores, entre los cuales se contaba Jesús, quién a diferencia de sus colegas, acogía mujeres entre los suyos. El evangelio nos relata cómo al Señor “varias mujeres lo seguían de cerca… y contribuían con sus propios recursos al sostén de Jesús y sus discípulos”, Lucas 8: 2 - 3, Mateo 27: 55 – 56, Marcos 15: 40, Lucas 23: 49.
El Hijo del Hombre protege del desprecio y ultraje a las mujeres, denunciando este tipo de atropellos. “Los letrados y fariseos le presentaron al Señor una mujer sorprendida en adulterio, la colocaron en el centro y le dijeron: —Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en adulterio. La ley de Moisés ordena que mujeres como esta sean apedreadas; tú, ¿qué dices? Decían esto para ponerlo a prueba, para tener de qué acusarlo. Jesús se agachó y con el dedo se puso a escribir en el suelo. Como insistían en sus preguntas, se incorporó y les dijo: —El que no tenga pecado, tire la primera piedra”. Juan 8: 3 – 11, Lucas 7: 36 – 50.
Y este gran afecto entre Jesús y las mujeres, llega a un punto muy alto cuando son solo ellas con su madre quienes lo acompañan en su desgarradora crucifixión: “Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María de Cleofas y María Magdalena.” Juan 19: 25 – 26, Lucas 23, 27, Marcos 15: 40 – 41, mientras sus discípulos salieron a esconderse despavoridos y muertos de miedo, dejándolo solo: (Arrestan al Hijo del Hombre), “entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.” Mateo 26: 56, Marcos 14: 50, Juan 19: 25 – 26. Las primeras en vivir la resurrección de Jesús son las mujeres: “Jesús le salió al encuentro (a sus seguidoras) y les dijo: —¡Alégrense! Ellas se acercaron, se abrazaron a sus pies y se postraron ante él. Jesús les dijo: —No teman; avisen a mis hermanos que vayan a Galilea, donde me verán.” Mateo 28: 9 – 10, Juan 20: 11 – 18, Lucas 24: 1 – 11, Marcos 16: 1 – 11; llegando de esta manera a su cenit dicho gran afecto.
A la fecha varios relevantes cargos de la Santa Sede ya vienen siendo desempeñados por mujeres como la Gobernadora del Vaticano, la directora de los Museos Vaticanos, la directora de la Pontificia Comisión para América Latina, la subdirectora de la Oficina de Prensa y la subsecretaria de la Secretaría General del Sínodo, entre otros. Todas estas personas han sido elegidas por Francisco poniendo en práctica un gran paradigma de san Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús: “El amor hay que colocarlo más en las obras que en las palabras”.