
Adiós al padre Sanín
El padre Javier Sanín Fonnegra, S.J. fue decano de la desaparecida Facultad de Estudios Interdisciplinarios decano fundador de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales y gran observador de la situación política del país.
El 25 de diciembre de 2019 se silenció el comentario crítico, agudo y a la vez irreverente y divertido del padre Javier Sanín, S.J. sobre el acontecer político nacional e internacional. Se apagó su avasalladora simpatía; su formidable red de amigos se quedó sin el integrante central de fascinantes horas de tertulia, y la pluma de innumerables artículos y columnas de opinión quedó para siempre sin la mano que la guiaba.
Para conmemorar el primer mes de fallecimiento de Francisco Javier Sanín Fonnegra, S.J. (1943 – 2019), el 28 de enero en la capilla San Francisco Javier de la Pontificia Universidad Javeriana se realizó una eucaristía en la que se rindió “homenaje al amigo, al intelectual, al hombre de universidad, al jesuita que deja un gran vacío entre nosotros”, expresó el padre Jorge Humberto Peláez, S.J, rector de la Javeriana y amigo cercano del padre Sanín.
Acompañaron esta celebración religiosa Luis Fernando Álvarez, S.J., vicerrector de Extensión y Relaciones Interinstitucionales; Luis Fernando Múnera, S.J., decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales; y los padres Eduardo Valencia, S.J., Donaldo Ortiz, S.J., Antonio Gómez, S.J., Juan Pablo Cárcamo, S.J. y Vicente Durán, S.J., “compañeros de muchas faenas en la Universidad”, comentó el Rector.
El padre Sanín, teólogo y filósofo de la Universidad Javeriana y magíster en Estudios Políticos del Institut D’Etudes Politiques de París y de la Javeriana, fue decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Tecnológica de Bolívar (Cartagena), decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales (1994-2001), decano de la Facultad de Estudios Interdisciplinarios (1982-1994), director de los programas de posgrado en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Facultad de Estudios Interdisciplinarios (1982-1994), de la Universidad Javeriana y capellán del colegio San Patricio, además de haber sido director de la Revista Javeriana de 1992 a 2001.
Pero fue su pasión personal por la política y la paz la que enriqueció su rol como profesor universitario y como decano, y lo llevó a impulsar proyectos como las clases de paz y resolución de conflictos a inspirar la creación de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales y varios de sus posgrados.
“Ese compromiso con la paz se lo conocí hasta el final, así como esa capacidad del padre Sanín para relacionarse con personas de todas las orillas políticas. Pasar por su oficina o tener la suerte de ser invitado a una tertulia con él era compartir con personajes de todas las ideologías y de todos los intereses, fue una cosa que siempre me llamó la atención de él”, recordó al final de la eucaristía Pedro Valenzuela, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales.
Recuerdos imborrables
Los testimonios de cariño, admiración y respeto hacia el padre Sanín se cuentan por montones en cada una de las vidas que tocó. Así se refleja en el homenaje audiovisual que realizó el programa de Comunicación Social, de la Universidad Tecnológica del Bolívar (UTB), en 2014 titulado El Padre Sanín.
En este homenaje en vida que realizó la UTB, Eduardo Pastrana, en ese momento director de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencia Política de la Javeriana, lo describió como un pionero y quien dio visibilidad a los estudios políticos e interdisciplinarios en el país. Mary Luz Álvarez, amiga del Padre, comentó: “Es una persona permanente en la vida de uno. Sus recuerdos son imborrables, por su preocupación y generosidad”. “Es estricto con las cuestiones de trabajo, pero con cierta dulzura. Jamás lo vi maltratar a alguien. Decía lo que tenía que decir, pero muy bien dicho y eso es una gran característica del Padre”, recordó Adela Morales, consultora independiente.

La enseñanza más grande que le dejó al sacerdote Rafael Castillo fue tener claro que “el conocimiento no es para el poder, sino para el servicio. Y todo conocimiento que se produce debe llevar consigo la salud de las ideas y si ese conocimiento es bueno, es capaz de convertirse en utilidad social”
“Tenía una formidable capacidad para hacer amigos. Era impresionante su red de relaciones en la que había lugar para todas las orientaciones filosóficas y todas las opciones políticas. A muchos de sus amigos, que ocupaban posiciones destacadas en los sectores público y privado, los invitó a escribir en la Revista Javeriana (…) Javier fue un contertulio fascinante y sus aportes estaban sazonados por el dato erudito, el comentario picaresco, el chisme político y los chistes que hicieron que más de una señora cambiara de colores. Siempre recordaremos con nostalgia estas conversaciones”, recordó el padre Peláez durante la homilía.
Y concluyó: “La muerte de Javier significa una gran pérdida para su familia, para la Compañía de Jesús, para sus numerosos amigos, para los estudios políticos en Colombia que ya no contarán con los agudos comentarios de este analista del acontecer político de nuestra patria. En esta eucaristía, decimos adiós al amigo, al compañero de vida universitaria, al intelectual, al profesor universitario, al decano y al sacerdote”.