Junio 2009 | Edición N°: 1248
Por: Pedro Mejía Salazar | Periodista Oficina de Información y Prensa



*Foto: Vidas Móviles se llama el proyecto que desarrollan varias Facultades de la Universidad Javeriana en Ciudad Bolívar con el fin de atender a la población desplazada de este barrio de Bogotá. Fotografía: Archivo Vidas Móviles.

Vidas móviles es un proyecto social de la Universidad

Javeriana encabezado por la Facultad de Medicina y en el que también participan las Facultades de Teología, Psicología, Enfermería y Educación. El 3 de abril se clausuró un curso de manualidades que se complementó con un trabajo de orientación espiritual.

La historia de María Acevedo refleja las dificultades que tienen que vivir cada día cientos de mujeres cabeza de hogar en Ciudad Bolívar, al suroccidente de Bogotá, para poder educarse y educar a sus hijos, y para sobrevivir con ellos y para ellos.

Su testimonio hizo conmover a los profesores y profesoras que forman parte del proyecto Vidas Móviles, que  dirige la doctora Amelia Fernández, y por eso la compartió con las 28 mujeres del barrio Caracolí que el 3 de junio recibieron en la universidad Javeriana los diplomas del curso de Manualidades, que forma parte del plan de acompañamiento y preparación espiritual para que estas madres conformen un proyecto comunitario empresarial.

María Acevedo relató que fue víctima de la violencia del hombre con el que se casó hasta el punto de perder un ojo por sus golpes.  Tuvo cinco hijos y trabajaba como empleada doméstica aguantando y sobreviviendo hasta que su esposo la dejó y se llevó los pocos enceres que tenían.  Esto ocurrió días después de fallecer su hija de nueve meses, por una bronconeumonía.

“Fue una experiencia que me marcó mucho, me hizo mirar mi entorno, ver que tenía mis hijos creciendo en un rancho de latas con piso de tierra. Fue un paso a la realidad y decidí que mi meta era sacar a mis hijos adelante, que jamás se me muriera otro y mucho menos por necesidades”.

En esa situación de desespero y sin trabajo decidió entregar sus hijos a Bienestar Familiar. Acudió al padre Manuel González Espitia, quien la puso en contacto con la Fundación Arco Iris y empezó a cambiar su vida. Pudo terminar su bachillerato y seguir educando a sus hijos, y se fue a vivir a un hogar de paso en condiciones más dignas. Luego tomó un curso de formación empresarial y otro de sistemas y montó una empresa de confección de uniformes de colegio.

En todo ese proceso se encontró con Ángela María Sierra, profesora de Teología de la Javeriana. “Me considero fruto de esa gran persona que es ella, porque aquí quizás sea una profesional, pero por fuera es un gran ser humano de un valor incalculable”, comenta María Acevedo, quien resalta que lo más importante que le ha dado la labor de la Javeriana, a través del proyecto Vidas Móviles, es llenarlas de valores. “Lo que han hecho con nosotras no se puede tocar con la mano, es intangible, nos han hecho sentir importantes, con ganas de escalar, lograron llenarnos el corazón de ilusión”.

“Gracias por estar al servicio de nuestra comunidad, sigamos trabajando unidos para fortalecer nuestro pacto. Juntos aportaremos para ser el mejor sector de nuestra ciudad. Dios los bendiga”

 Ángela María sierra comenta que las madres de ciudad Bolívar necesitan quien las escuche y que en eso ha consistido su labor y la del estudiante Henry Sierra, como parte de su trabajo de práctica. “El curso de manualidades es una manera de reunirlas y una terapia para empezar a hablar de la vida con ellas y darles una asesoría espiritual. Empezamos con 5 mujeres y hoy se ha formado una comunidad, se ha gestado una construcción comunitaria en la que todos aportamos”.

En el proyecto han trabajado en el último semestre cerca de 10 estudiantes de teología, desde diferentes miradas, con madres, niños y en algunos casos hombres con situaciones personales muy complicadas que buscan ayuda.  Henry Antonio Sierra Hernández comenta que su función ha sido de sanación espiritual, buscando que cada uno reconozca que cuando tiene afecciones de tipo interior, odio, miedo, resentimiento, repercute en la parte física.

El 3 de junio estuvieron en la Universidad Javeriana las 28 madres cabeza de hogar de Ciudad Bolívar para recibir el diploma del curso de manualidades que hicieron el último semestre.

Así como cambió la vida de María Acevedo han cambiado y continuarán cambiando muchas más, por eso durante la ceremonia del 3 de junio, sólo se escucharon palabras de agradecimiento y deseo que continúen acompañándolas.

“Gracias por estar al servicio de nuestra comunidad, sigamos trabajando unidos para fortalecer nuestro pacto. Juntos aportaremos para ser el mejor sector de nuestra ciudad. Dios los bendiga”, dice una cartelera que firmaron las 28 madres que asistieron a la entrega de los certificados.

Susana Becerra, una de las líderes del proyecto, finalizó la ceremonia haciendo un llamado a cargar la vida de esperanzas. “si algo hemos querido alimentar entre ustedes es la amistad, tienen que creer en ustedes mismas y pensar que si quieren ser empresarias depende de ustedes mismas y lo vamos a hacer”.