
El Sínodo Amazónico rechaza el proselitismo católico
Sínodo viene de dos términos griegos: syn = con y odos = camino, es decir hacer camino con otros o caminar con ellos. Desde los inicios de la comunidad cristiana, hace 2000 años, se ha reunido en sínodos bajo un clima de oración y no de “clientelismo politiquero”, para encontrar los caminos a seguir que hoy nos señala el evangelio. Hace dos años el papa Francisco convocó el Sínodo Amazónico para que los cristianos, o sea, la Iglesia, descubramos las nuevas vías que urge recorrer en esta región, con el fin de que sirvamos mejor a los hermanos indígenas que allá moran, buscando promover la ecología integral en esta zona, la cual constituye, ni más ni menos, el pulmón de nuestro planeta.
Las tierras que baña el Amazonas miden 7 millones de km2, los cuales son compartidos por 9 naciones suramericanas con una población de 30 millones, de ellos 2.6 son indígenas ubicados en 400 pueblos diversos. Entre 1986 y 2016 han sido asesinados más de cien mil indígenas en la zona, siendo los responsables de estos crímenes agricultores, invasores de tierra y empresarios. Proyectos faraónicos de minería, agroindustria, ganadería e hidroeléctricas están acabando con todo tipo de vida en la amazonia, comenzando por la vida humana.
Tal sínodo, reunido en el Vaticano del 7 al 27 de octubre 2019, ha contado con la participación de los obispos de la amazonia, sacerdotes, religiosos, laicos y líderes indígenas de la región, al igual que expertos investigadores sobre la problemática de la zona. Los documentos de trabajo que estudió este gran encuentro eclesial se elaboraron durante 24 meses, contando con la participación de los indígenas.
Las estrategias elaboradas por esta reunión eclesial para promover la existencia de los indígenas y de todo tipo de vida no han sido las del proselitismo, por el cual entiende Bergoglio la imposición del catolicismo a la fuerza, eliminando la rica diversidad cultural aborigen. Esto no es el evangelio y debemos evitarlo a toda costa insiste él: “Nos acercamos a los pueblos amazónicos en punta de pie, respetando su historia, sus culturas, …porque los pueblos poseen entidad propia, …una sabiduría …una historia, una hermenéutica y tienden a ser protagonistas de su propia historia… con estas cualidades. Y nos acercamos ajenos a colonizaciones ideológicas que destruyen o reducen la idiosincrasia de los pueblos. Hoy es tan común esto de las colonizaciones ideológicas”. Este es el comportamiento y la actitud que debe caracterizar nuestra comunicación del evangelio a las culturas amazónicas, insiste el Obispo de Roma. Asimismo, se lamenta “cuando la Iglesia olvidó esto, de cómo tiene que acercarse a un pueblo, no se inculturizó; incluso llegó a menospreciar a ciertos pueblos. …El centralismo “homogeneizante” y “homogeneizador” no dejó surgir la autenticidad de la cultura de los pueblos”.
El 10% de la biodiversidad del mundo se ubica en el territorio amazónico. Allí existen más de 390 mil millones de árboles, crecen 30 mil tipos de plantas, 2.500 especies de peces, 1.500 de aves, 500 de mamíferos, 550 de reptiles y 2.5 millones de insectos. La región produce el 20% del oxígeno y agua dulce de la Tierra. Este potencial biológico imprescindible para el mantenimiento de
nuestro planeta, está siendo aniquilado de diversas formas, empezando por los magnos incendios que acaban de suceder, fruto de una anárquica, ilegal e inmoral destrucción botánica, para disponer terrenos a la gran industria agrícola y ganadera.
El 10% de la biodiversidad del mundo se ubica en el territorio amazónico
En la zona de Brasil y Bolivia, en septiembre pasado se quemaron 110 mil hectáreas de bosque. Los expertos afirman que se necesitarán 200 años para recuperar los daños ambientales generados por tales incendios. En 2019 el país de la samba tropical padeció en su amazonia 78 mil brotes de incendio, un 84% más que en 2018. El señalado potencial sigue siendo aniquilado y desforestado por la minería ilegal que contamina de mercurio los ríos de agua potable, la cual se ubica en 2.312 puntos de toda la región. La deforestación que resulta de toda esta vorágine es de la más alta gravedad, ya que los bosques son los grandes generadores de las lluvias, y sin ellos vienen las calamitosas sequías.
Creemos que el Sínodo amazónico formulará estrategias y acciones muy concretas, con las cuales la comunidad católica y la humanidad pueda contribuir a cultivar y preservar la vida en esta región, que sin duda es el pulmón de la Tierra. Y no olvidemos la sabia conclusión papal en su discurso de apertura sinodal: “Gracias por esto que ustedes están haciendo, gracias por rezar unos por otros, y ánimo. Y, por favor, no perdamos el sentido del humor”.