Enero 2021 | Edición N°: Año 60 N° 1364
Por: Adriana Lucía Mayorga González | Practicante de la Dirección de Comunicaciones

Una iniciativa de monseñor Enrique Sarmiento, la Nunciatura Apostólica, la Arquidiócesis de Bogotá y la Universidad Javeriana tiene el propósito de brindar apoyo a las comunidades más afectadas por la pandemia.


Pocos días antes de las celebraciones navideñas de 2020, 5.117 familias recibieron un mercado que incluía, además de comida, elementos de bioseguridad. En esos momentos la pandemia seguía amenazando el bienestar de las comunidades, no sólo por el riesgo que significaba para la salud, sino también por el aumento del desempleo.

Ligado a esto, otro gran problema estaba latente, el hambre. La emergencia sanitaria ya había ocasionado que el 31,4% de los bogotanos no tuvieran la posibilidad de comer tres veces al día. “Las familias están aguantando hambre y el hambre genera más violencia, el hambre genera muchos dolores. Además, todo el año padres y madres de familia dependían de un trabajo diario informal y verse todos en la casa sin hacer nada fue una situación muy complicada”, comentó Olga Rivera, directora de la Fundación Hogar Integral.

Entrega de donación de mercados a las personas más necesitadas de Bogotá.

La jornada de donación de los mercados fue coordinada por monseñor Enrique Sarmiento, la Universidad Javeriana, la Nunciatura Apostólica y la Arquidiócesis de Bogotá de la mano de dos importantes aliados, el Banco de Alimentos de Bogotá y la Fundación Hospital San Carlos. Esta sería la primera actividad de los proyectos Obras de Amor por Bogotá. Una alianza que involucra a más organizaciones, como la Universidad Minuto de Dios y las fundaciones El Nogal y Saldarriaga Concha. Fue gracias a esta suma de esfuerzos que en la primera obra de amor se pudo beneficiar a más de 20.000 personas.

Entre el 16 y 18 de diciembre, la alianza llevó los mercados a parroquias, fundaciones y asociaciones de cada sector, las cuales posteriormente los entregaron a las familias. El trabajo conjunto con las organizaciones locales fue fundamental, pues estas tienen constante interacción con las comunidades y conocen sus realidades. De esta manera se pudo identificar que muchas personas estaban pasando hambre y además no contaban con los elementos adecuados para protegerse del virus. “Todas las instituciones, parroquias, fundaciones y personas de los sectores estaban muy agradecidas con nosotros, porque la gente estaba necesitando esas ayudas”, mencionó el padre Daniel Saldarriaga, director del Banco de Alimentos.

La jornada se realizó en tres sectores de la capital. Codito, en la localidad de Usaquén; el Tanque, en San Cristóbal; y Entre Nubes, en Usme, pues fueron priorizados por el arzobispo de Bogotá Luis José Rueda Aparicio. En cada uno de estos territorios, sus habitantes han pasado gran parte de sus vidas viviendo en condiciones de vulnerabilidad, y con la llegada de la pandemia, la desigualdad y la pobreza se profundizaron aún más. Por esto, era y sigue siendo importante apoyar a estas comunidades.

27 organizaciones entre los sectores de Usaquen, San Cristobal y Usme también colaboraron
en la entrega de las donaciones.

Además, como mencionó Daniel García, jefe de la Oficina de Fomento de la Responsabilidad Social Universitaria de la Javeriana, se encontró algo que para muchos permanece ajeno y escondido, y es que hay una “precarización de la calidad de vida en Bogotá impresionante, hay gente que en este momento todavía tiene los trapos rojos en sus ranchos de tejas de zinc, porque literalmente no tienen qué comer”. Asimismo, en una de las jornadas estuvo presente el nuncio apostólico y el arzobispo de Bogotá, quienes llevaron un mensaje de esperanza a las comunidades. “En este año difícil, de prueba, de pandemia, gracias a Dios estamos vivos, y estando vivos conseguimos el resto, pero hemos sentido la cercanía de un Dios que no nos abandona, de un Dios, como dice el libro del Éxodo, que escucha el clamor de su pueblo”, decía monseñor Luis José Rueda a las personas que recibieron las donaciones.

Por otro lado, la entrega de elementos de bioseguridad era indispensable, pues las comunidades se estaban enfrentando al aumento de los casos de covid-19. “La iniciativa era ayudarle a los más pobres, era acercarnos y apoyarlos, pero también hacerlos conscientes de las buenas prácticas. En especial, para evitar el colapso del Hospital San Carlos, pues cuando eso ha pasado la gente no tiene a dónde más ir”, comentó el padre Daniel Saldarriaga. Se entregaron kits de aseo e higiene, geles, alcohol, jabones de cuerpo y manos, oxímetros, termómetros, tensiómetros, botiquines de primeros auxilios, etc., para que las personas no llegaran al punto de tener que ir al hospital. “Así podrían identificar signos de alarma como la saturación de oxígeno en sangre y la temperatura corporal”, afirmó Germán Serrano, representante de la arquidiócesis en el Hospital San Carlos.

¿Cómo empezó todo?

De una reunión entre monseñor Enrique Sarmiento; el nuncio apostólico, Luis Mariano Montemayor; el arzobispo de Bogotá, Luis José Rueda; y el rector de la Javeriana, Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S.J. surgió la idea de hacer algo por las personas y familias a las que la pandemia había afectado en mayor medida. Así nació la iniciativa Obras de Amor por Bogotá, que tiene la intención de crear un conjunto de proyectos enfocados, además de la asistencia inmediata de las necesidades básicas de la población, en la transformación social y la búsqueda de soluciones para los problemas de las comunidades en cinco frentes: salud, alimentación, educación, emprendimiento y cuidado de la casa común.

“Hay gente que en este momento todavía tiene los trapos rojos en sus ranchos de tejas de zinc, porque literalmente no tienen qué comer”, Daniel García.

En ese sentido, la Convocatoria San Francisco Javier 2021 estará enfocada en esta iniciativa, pues su objetivo es incentivar proyectos sociales desde la academia que aporten a la solución de problemas en comunidades que enfrentan condiciones de vulnerabilidad. Además, actualmente se está adelantando la recolección de donaciones para realizer una segunda entrega de mercados.

Obras de Amor por Bogotá inició con esta entrega de mercados, pero guiados por su intensión de transformar las realidades más duras de la capital seguirá apoyando a las comunidades en su camino hacia una mejor calidad de vida. Por lo que Olga Rivera afirmó: “manifestamos total gratitud, porque estos logros que alcanzamos no hubieran sido posibles sin el apoyo de cada uno de los inversores sociales. Por eso el trabajo que realizaron y que seguro van a seguir realizando es muy importante, muy significativo para que nos ayuden a seguir construyendo país.”