Abril 2023 | Edición N°: 1386
Por: María Camila Parra Restrepo, Ana Cristina Ríos Trujillo y María Juanita Niño Ceballos | Colectiva de género Polifonía



La universidad tiene que ser un espacio seguro para todes**. Al hacer parte de la comunidad javeriana, nuestra vida tiene un vínculo enorme con la Universidad, con sus espacios y con el tiempo que pasamos en ellos, incluso estamos más tiempo aquí que en nuestras propias casas. Aunque esto debería ser obvio, es un fuerte trabajo que se ha ido construyendo con el tiempo. En el primer semestre del 2020, estudiantes de la Universidad Javeriana hicieron denuncias públicas y se manifestaron en contra de los casos de violencia de género que ocurrían en la institución, basándose en la defensa del derecho a la educación y al espacio seguro para todes. Esta indignación y las distintas protestas de colectivas feministas y colectivos sociales, dio protagonismo a la problemática que estaba sucediendo a toda la comunidad educativa y aceleró el proceso de creación de medidas protectoras a personas que sufrieron y sufren violencias discriminatorias y violencias basadas en género. Asimismo, influyó para que el 16 de enero de este año se pudiera hacer la publicación del nuevo “Protocolo para la Prevención, Atención, Acompañamiento, Orientación y Seguimiento de Casos de Violencias y Discriminación y Violencias de género, en la Pontificia Universidad Javeriana Protocolo PAAOS”.

La ruta de acceso al protocolo es muy sencilla; esta se inicia enviando un correo a atencion.violencia@javeriana.edu.co

Este protocolo no fue rápido, pues desde el 2018 se ha trabajado en él y apenas en enero se publicó. Si bien es cierto que la violencia y la discriminación no es un tema que se pueda tomar a la ligera, tampoco podemos ignorar la importancia y la urgencia de la publicación de esta nueva actualización del Protocolo para combatir estas problemáticas. A Polifonía nos llegan casos muy diferentes entre sí, y debido a esa diversidad de situaciones, era necesaria dicha actualización.

“Bienvenidos futuros abogados y futuras esposas de abogados.”

“¿Para qué necesitas que te explique el ejercicio? mejor cásate con un ingeniero.”

“- Profe, no me llamó a lista.

-No es problema mío que esté pensando en sus cosas sexuales y no ponga atención.”

Desde hace mucho tiempo este había sido el saludo de bienvenida a las estudiantes de derecho en la clase de Derecho Romano, y junto a este se han presentado otras frases y muestras de violencia simbólica por parte de la institución y otros docentes; ocasiones donde se estigmatiza a las estudiantes únicamente por su género en el aula de clases y se tiene una predisposición sobre lo que una estudiante puede lograr o no, e incluso desvalorizar el trabajo del hogar. Afortunadamente, el docente que hacía este tipo de comentarios ya salió de la institución educativa, pero fue un proceso largo y lleno de presión por parte de las estudiantes. Este es solo uno de los tantos casos que existen, eso lo sabemos las estudiantes, y por eso combatir las violencias basadas en género y restablecer la confianza en el cómo la institución responde y procede en estos casos de violencia de una manera justa, ágil, y sin revictimizar, es uno de los desafíos más grandes.

El nuevo Protocolo es bastante amplio, ya que tiene un enfoque de género y reconoce la variedad de edades, razas, clases, orígenes étnicos, orientaciones sexuales, identidades de géneros, creencias religiosas y más que posee la institución educativa. Esto es positivo en la medida que permite evaluar los casos dependiendo de su contexto y darles un tratamiento particular a cada uno. Incluso, dentro del mismo Protocolo existen objetivos relacionados con la prevención de estas situaciones, la promoción de la seguridad, el respeto y equidad en el campus. Esto refleja que la actualización del Protocolo no pretende sólo llevar la denuncia y/o caso de la víctima, sino dar un lugar importante al caso, llevar un acompañamiento adecuado y orientación y brindar la información necesaria para que todo sea un proceso justo y restaurativo.

La ruta de acceso al protocolo es muy sencilla; esta se inicia enviando un correo a atencion.violencia@javeriana.edu.co y, una vez enviada, se espera una respuesta en máximo un día hábil. Luego de esto se realiza una atención inicial y una orientación integral a la víctima en la cual se dará una atención emocional, orientación e información sobre la manera de accionar; todo desde la comodidad y límites de la víctima. Después, dentro del proceso de resolución del caso, se proponen prácticas restaurativas simbólicas para la víctima enfocadas en la no repetición; así mismo, otro tipo de acuerdos restaurativos como podrían ser disculpas públicas o desarrollo de procesos formativos.

Nuestra mayor preocupación como colectiva en la parte de resolución del caso, es la posibilidad de la dilatación del proceso del caso, ya que, si bien hay siete días hábiles para una respuesta eficiente de parte del decano, decana y/o responsable en gestión humana, estas personas, si se consideran impedidos, podrían pedir prórrogas o remitir la atención. Por esto, genuinamente esperamos que no existan casos donde interfieran conflictos de intereses personales que puedan ralentizar los casos y perjudicar a las víctimas en su proceso de espera.

Desde Polifonía se seguirán apoyando a las víctimas de violencias basadas en género, pues ese es nuestro papel como colectiva feminista. Ayudaremos como vía de acceso a la información; acompañamiento a la víctima, desde los límites que esta exprese; y apoyo en mecanismos de denuncias alternativos al propuesto por la institución educativa, como lo son los escraches. Lo que queda para el futuro de la nueva actualización del protocolo es esperar su implementación y práctica en próximos casos para seguir haciendo veeduría de su cumplimiento y la garantía de un proceso justo y necesario para las víctimas.

** Usan el género neutro para decir que se quieren incluir otros géneros más allá del masculino (todos) y el femenino (todas)