Soy universitario por vocación y javeriano por convicción, Luis David Prieto Martínez
Hoy en la Javeriana conversó con Luis David Prieto, vicerrector académico de la Universidad quien termina su período en este cargo. Entre los legados que deja está la cultura de la autoevaluación constante que ha llevado a la Javeriana no solo a ser reconocida por su calidad, sino a ser reflexiva en brindar una oferta académica que responda a las necesidades de la sociedad, que forme profesionales con criterio social donde la persona sea el centro de la formación integral de la Javeriana.
¿Quién era Luis David antes de llegar a ser vicerrector académico y quién es Luis David ahora?
Luis David Prieto Martínez: Después de tantos años de servicio en la Universidad puedo decir, con pleno convencimiento, que soy universitario por vocación y javeriano por convicción. Desde antes de asumir la Vicerrectoría Académica de la Universidad Javeriana he sido un educador apasionado, comprometido con la excelencia académica y el servicio a la sociedad desde la educación superior. Yo venía de ser rector de la Universidad Tecnológica de Bolívar, en Cartagena, una experiencia que me marcó profundamente y que me dio una perspectiva nueva, amplia, profunda sobre el trabajo en región, que me permitió también desarrollar un conjunto de talentos en términos del servicio de la universidad en el territorio, desde su rol central en la relación universidad -empresa -Estado (…). Después de la Vicerrectoría Académica diría que Luis David Prieto se ha convertido en un agente de cambio, con una visión más amplia, más profunda de la educación superior y sobre todo de su sentido transformador en un mundo con las complejidades que afrontamos.
Mi compromiso con la calidad y la innovación educativa se ha fortalecido y también diría que mi enfoque se ha centrado cada vez más en promover la formación integral que pueda preparar a los estudiantes para los desafíos del mundo actual y de una realidad en permanente transición (…) Me queda también una enorme sensibilidad sobre el inmenso valor de construir alianzas estratégicas con otras instituciones de educación superior, con comunidades, con gremios y con organizaciones internacionales, muy relevantes todas en el desarrollo de la Misión de la Universidad, y para enriquecer conjuntamente propuestas académicas que ayudaron a fortalecer el impacto de la Universidad Javeriana.
Recogiendo estos elementos, mi experiencia como vicerrector académico ha ampliado mi visión, mi capacidad de liderazgo, mi compromiso con una educación de calidad y me declaro un defensor apasionado de la transformación educativa, trabajando incansablemente para dejar un legado que trasciende un conjunto de acciones y que espero continúe inspirando el desarrollo futuro de la Universidad Javeriana.
Durante su vicerrectoría se elaboraron e implementaron los modelos de desarrollo en la oferta académica, del cuerpo profesoral y de desarrollo estudiantil. ¿Cuáles fueron los hitos de cada uno de estos modelos?
Luis David: en el desarrollo de la oferta académica buscamos consolidar dos ejes fundamentales: la planeación de la oferta académica y el aseguramiento de calidad de la misma. Al hablar de la planeación nos referimos, en sentido amplio, al ciclo de vida de los programas académicos, cómo se crean en diálogo con la sociedad, cómo se transforman desde la compresión crítica de las nuevas dinámicas del contexto y también cómo, en algunos casos, se inactivan cuando han cumplido con sus opciones formativas. Dentro de los principales elementos que quedan está la capacidad de la Javeriana de leer con gran rigurosidad y profundidad los signos de los tiempos, su trabajo permanente de identificar con precisión qué es lo que la sociedad está necesitando, qué es lo que la gente está pidiendo y responder, desde las fortalezas construidas, con un trabajo cada vez más inter y transdisciplinario, pensando la oferta académica menos desde temáticas y mucho más desde la atención de las problemáticas de las personas, de la vida en sociedad y de la casa común en donde se ponen en valor aquellos elementos que distinguen a la Javeriana desde sus principios y valores fundamentales.
Allí, un elemento central, es la apuesta permanente por la formación integral de ciudadanos críticos, reflexivos, creativos, que puedan estar en capacidad de obrar los cambios culturales, sociales, ambientales, tecnológicos, científicos que requiere la sociedad colombiana.
Desde el ámbito de aseguramiento de calidad, destaco la capacidad construida con la comunidad educativa de poner en acción el valor institucional del magis, es decir, exigirnos más para poder servir mejor. Eso trae consigo una opción ética: desarrollar muy bien aquello con lo que estamos comprometidos con la sociedad; y para poderlo hacer avanzamos en el fortalecimiento de una cultura del mejoramiento permanente, que a través de la autoevaluación, del aseguramiento de los aprendizajes y la determinación del impacto que alcanzamos desde la función docente nos permite contrastarnos permanentemente entre lo que buscamos desarrollar y lo que efectivamente alcanzamos desde el amparo del proyecto educativo javeriano. (…)
El legado no son las acreditaciones, las acreditaciones reflejan una apreciación social de la Javeriana a través del Ministerio de Educación, pero lo que queda como realidad de fondo, es una forma efectiva de desarrollar la cultura del mejoramiento permanente para prestar el mejor servicio a la sociedad desde aquello con lo cual nos hemos comprometido. En el caso de oferta académica, nos hemos comprometido con unos perfiles de egreso en capacidad de transformar la sociedad y es ahí donde nosotros tenemos que rendir, en el buen sentido de la palabra, cuentas a la sociedad.
Sobre el desarrollo de cuerpo profesoral hemos obrado con la convicción de que una universidad no puede ser más que lo que son sus profesores y, por lo tanto, generamos un modelo que está centrado en una opción de desarrollo humano y profesional, que permita que la comunidad educativa y las actividades académicas se enriquezcan desde la potencialidad y la grandeza de los profesores. Y desde el desarrollo estudiantil, uno de los temas donde más me he empeñado, hemos buscado fortalecer permanentemente el acompañamiento integral a este estamento de la comunidad educativa. Se trata entonces, de reconocer en nuestros estudiantes la fuerza renovadora en su generación. También las necesidades de acompañamiento en momentos en que las fragilidades se pueden hacer evidentes, desde la concepción que nos acompaña en la Javeriana, de una formación integral, centrada en las personas, que permite que ese acompañamiento sea una opción de crecimiento en todas las dimensiones del ser humano.
“Una universidad no puede ser más que lo que son sus profesores”, Luis David Prieto.
¿Cómo definiría su liderazgo durante estos años?
Luis David: Varias convicciones al respecto. Primero considero que cuando uno asume una posición de liderazgo en una organización, el elemento central es asumirlo como una opción de servicio. Cuando uno lo asume así el 99% del éxito está garantizado, porque es un liderazgo que se coloca en función de la comunidad educativa. ¿Qué significa esto? diálogo permanente, que cada situación sea una opción formativa para todos y, por lo tanto, que se busque siempre la promoción de las personas, de los equipos de trabajo y de los demás estamentos de la Universidad. Segundo, el liderazgo que se construye como un tejido humano en donde cada persona brilla desde el fuego que enciende en ella el proyecto educativo javeriano. En ese tejido está la fuerza para poder construir el patrimonio académico y también está la flexibilidad para acoger a alguien cuando necesita el respaldo de la comunidad educativa. Y tercero, es un liderazgo que se coloca en la capacidad de acompañar. Creo que la mayor parte del tiempo que invertí fue acompañado a los miembros del equipo de trabajo y a los decanos. Considero que el acompañamiento es de los elementos que más me ha marcado como vicerrector por la honda convicción que tengo del ejercicio permanente de la ética del cuidado.
Cuáles son los retos que siguen en la Vicerrectoría Académica
Luis David: Las instituciones de educación superior desarrollamos una función social y por lo tanto la construcción de nuestros procesos se hace en función de la sociedad. Hoy estamos inmersos en un entorno en transición permanente y esto implica que la Javeriana, desde mi punto de vista, debe estar en capacidad de atender tres retos. Primero: Ampliar su valor social, esto implica que tenga un ojo muy atento a la lectura permanente de los signos de los tiempos, para que sea claro qué es exactamente lo que la sociedad está necesitando, qué es lo que la gente necesita y cómo la Javeriana con su valor diferencial puede apoyar, desde el trabajo académico, la solución de los problemas concretos de las personas. Segundo: una actividad académica relevante socialmente y pertinente para los estudiantes, es decir cerrar la brecha entre las expectativas de los jóvenes y lo que ofrece la educación superior. Y el tercer desafío es que esa ampliación del valor social y el desarrollo con excelencia de las actividades universitarias se haga a través de la construcción permanente de un tejido, de una comunidad educativa solidaria, fraterna (…) en donde todo el ambiente institucional, el Medio Universitario, promueva una genuina formación integral.
¿Qué enseñanza se lleva de los estudiantes, de los profesores y del equipo de trabajo de la Universidad?
Luis David: De los estudiantes he aprendido la importancia de escuchar, de comprender sus necesidades y sus aspiraciones. Cada estudiante es único y tiene un potencial extraordinario, por lo que es fundamental brindarles siempre ese Medio Universitario y experiencias formativas a través de las cuales se sientan motivados y apoyados. El proyecto educativo tiene una expresión a la que le doy un sentido particular y es lo que aportan los estudiantes a la vida universitaria; especialmente esa fuerza renovadora de su generación, energía, creatividad, perspectivas diversas y que nos recuerdan, la importancia de adaptar nuestras propuestas educativas para promover una participación cada vez más activa y la formación integral de ciudadanos críticos, reflexivos y creativos. De los profesores, especialmente después de todo lo que vivimos en pandemia, me inspira su pasión por la formación de seres humanos íntegros, éticos, comprometidos con la sociedad. Soy testigo privilegiado de la dedicación y el talento de nuestros profesores. La sensibilidad que los acompañó durante momentos tan exigentes siendo orgullo para la Javeriana e inspiración permanente para los estudiantes. De allí la importancia de poderles brindar las herramientas y el apoyo necesario para que sigan creciendo humana y profesionalmente en ese compromiso por una educación de calidad. Y de mi equipo de trabajo he aprendido sobre todo el valor del trabajo construido en comunidad para desarrollar las apuestas tan exigentes que tiene la Vicerrectoría Académica, desde la diversidad de talentos y de perspectivas. En esto cada miembro del equipo de trabajo ha aportado habilidades únicas. Yo destacaría un compromiso excepcional y que ha sido fundamental para afrontar momentos tan exigentes como los que hemos vivido. Esto me deja una marca indeleble sobre el sentido de la confianza y la posibilidad de una mutua inspiración para poder impulsar el cambio y construir una comunidad académica cada vez más fraterna y solidaria.