agosto 2012 | Edición N°: año 51, No. 1280
Por: Carlos Julio Cuartas Chacón | Pontificia Universidad Javeriana



Resulta extraño hablar del Padre Arango conjugando los verbos en pasado, lo mismo que imaginarlo ausente, inmóvil y sin vida, porque él era esencialmente presencia y futuro, acontecer y sueños, dinamismo y vitalidad. Sin embargo, su muerte inesperada, ocurrida el 22 de agosto en el Hospital Universitario San Ignacio, nos ha impuesto repentinamente una nueva modalidad de relación que a muchos nos ha causado profunda aflicción. Estos sentimientos se evidenciaron en las conmovedoras manifestaciones de cariño y gratitud que pudimos constatar durante la velación en la Capilla San Francisco Javier, así como también a lo largo de la procesión que desfiló entre la Biblioteca General y el Hospital, donde poco antes de abordar el coche fúnebre, nos detuvimos para escuchar[…]