Teología
Abril, 2024
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La teología como herramienta de transformación social para la violencia de género

Paula Andrea Acosta Forero, analista de comunicación institucional

Según ONU Mujeres, al hablar de violencia contra la mujer se aborda cualquier acto físico, sexual, emocional, económico y psicológico (incluidas las amenazas de tales actos). Frente a esto existen rutas de atención, prevención y reparación. Sin embargo, no se le da la misma atención a la Violencia Estructural, un tipo de violencia al que muchas mujeres están expuestas y que se reconoce por aquellas situaciones en las que se producen daños a necesidades básicas de la mujer como la supervivencia, la libertad, el bienestar o la identidad, presentes en las formas cotidianas de percibir, valorar y actuar en las estructuras sociales.

La Facultad de Teología, a través del Equipo Interdisciplinario de Docencia e Investigación Teológica - Didaskalia, recibió una invitación por parte de dos grupos de mujeres víctimas de la violencia estructural en el Departamento de Atlántico para acompañar un proceso de Lectura Contextual de la Biblia. Esta actividad se concibe como dimensión práctica de una teología que incide en la realidad de los territorios para mejorar la calidad de vida de las personas, en este caso de mujeres que han padecido diversas formas de violencia. Esta metodología se ha convertido en una forma comunitaria y crítica de leerla Biblia.


En esta experiencia, que se desarrolló entre julio de 2020 y diciembre de 2022, participaron 50 mujeres de los municipios de Soledad, Santo Tomás y Palmar de Varela. El proyecto de investigación llamado “Reflexión teológica en torno a la justicia de género, a través de la Investigación Acción Participativa y la Lectura Contextual de Juan 8,1-11, a partir de la experiencia de dos grupos de mujeres víctimas de la violencia en el Departamento del Atlántico”, recoge sus memorias en la cartilla Una historia de transformación, donde comparten las lecciones aprendidas, conclusiones y testimonios que son el reflejo de cómo estas mujeres aprendieron en este proceso a reconocer sus propias capacidades para transformar su entorno.

En la cartilla, el decano de la Facultad de Teología, Víctor Martínez Morales, S.J. señala que “la ejecución del proyecto no solo transformó los contextos en los que estas comunidades se desenvuelven sino también la vida de todas las personas que participamos en él. […] Esta experiencia de cambio es la que hemos decidido compartir mediante esta cartilla dirigida a aquellas comunidades que quieran encontrarse con Jesús —a través de este relato— desde la perspectiva de las mujeres que padecen la violencia, pero que están dispuestas a fomentar la justicia de género”.

El proyecto, liderado por el profesor Edgar Antonio López como investigador principal, empleó la Investigación Acción Participativa – IAP, una metodología en la cual se parte de los problemas que enmarcan la realidad de las comunidades participantes para transformarlos y mejorar así las condiciones de vida de sus integrantes.

Allí se desarrolló el proceso Lectura Contextual de la Biblia – LCB, el cual busca que las comunidades encuentren en la Biblia criterios de juicio y de acción que les permita transformar esa realidad, siendo consciente de los recursos con los que cuenta y poder tener una mejor calidad de vida enfrentando la violencia estructural.

El investigador principal explicó cómo se desarrolló dicha experiencia: “una vez las participantes de los tres municipios identificaron la violencia contra la mujer basada en razones de género como el problema que deseaban transformar, eligieron el relato de la mujer acusada de adulterio, que se presenta en la Biblia en el libro de Juan. 7,53 - 8,11, como objeto de su lectura y reflexión. Este relato suele ser conocido como el de la mujer adúltera, denominación que constituye en sí misma una acusación injustificada del personaje ante la ausencia de pruebas y el silencio que le fue impuesto a la mujer”.

Para el profesor Edgar López, participar en esta investigación fue un proceso enriquecedor y de crecimiento personal; además, resalta la importancia de desarrollar este tipo de investigaciones en la Universidad, así lo expresó en diálogo con la Revista Hoy en la Javeriana.

“Hay formas de violencia de género que no percibimos tan fácilmente como la violencia directa, en las que muchas veces participamos sin saber. Por eso es importante hacer una aproximación crítica a nuestras propias prácticas, creencias y relaciones, buscando una sociedad más equitativa entre hombres, mujeres y personas con sexualidades no hegemónicas”.

“Es importante que los estudiantes sepan que las investigaciones no se hacen solo desde el escritorio, sino que es un ir y venir con el territorio. Como dice el papa Francisco al señalar que necesitamos una iglesia en salida, también necesitamos una Universidad en salida, ya que la Javeriana puede aportar a la transformación social que se necesita en las regiones”, señaló el profesor Edgar Antonio López. 

Al finalizar el proceso, la investigación arrojó resultados que reflejan el alto grado de empoderamiento de las participantes, que les condujo a la creación de un Centro de Formación y Desarrollo (CFD) para la mujer en cada uno de municipios.

Hoy, desde los tres CFD, las participantes ofrecen a otras mujeres formación laboral. Una de las participantes del proyecto de investigación comentó: “Nos encontrábamos en una relación de subordinación en nuestras propias familias por depender económicamente de nuestros esposos y de nuestros hijos, pero ahora —gracias a la obtención de algunos ingresos— hemos logrado una mayor participación en la toma de decisiones en nuestros hogares. […] Ahora nos sentimos valoradas y amadas, tenemos mayor confianza en nosotras mismas, sentimos una fuerza interior que nos mueve a trabajar juntas para hacer realidad la justicia de género en nuestro contexto”.