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Colombia 2050: Un espacio donde la academia dialoga con la política
Daniela Alejandra Fernández González, practicante de la Dirección de Comunicaciones
De los 65 precandidatos que hay actualmente para las elecciones presidenciales de 2026 en Colombia, 17 han estado en la Javeriana en el espacio de conversación Colombia 2050. Los invitados más recientes fueron Claudia López, Susana Muhamad y Enrique Peñalosa quienes llegaron el 23 de septiembre al auditorio Alfonso Quintana, SJ para exponer su visión del país en los próximos años.
Las entrevistas fueron conducidas por Luz Karime Abadía, decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, y Sebastián Líppez de Castro, decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, quienes dialogaron con cada invitado de manera individual. A través de sus historias de vida, trayectorias políticas, los precandidatos ofrecieron a la comunidad una mirada plural sobre los retos y oportunidades que enfrenta Colombia en el corto, mediano y largo plazo.
“Colombia está en una coyuntura de cara a las elecciones de Presidencia y del Congreso de 2026. Es importante que la comunidad académica pueda conocer de primera mano cuáles son las propuestas, las vistas, los retos que plantean los precandidatos presidenciales. Queremos tener una democracia informada y eso es parte del rol de la de la academia”, mencionó Luz Karime Abadía.
Estudiantes, profesores, directivos, administrativos javerianos pudieron seguir de cerca el desarrollo de las conversaciones en las que los invitados abordaron una amplia variedad de asuntos de interés nacional. Entre ellos, se destacaron temas como la educación, el empleo, la salud y el desarrollo sostenible, que sirvieron de marco para que cada líder presentara sus propuestas y perspectivas, ofreciendo a la comunidad javeriana una visión más clara sobre los enfoques que orientan sus campañas y proyectos de país.
Claudia López Hernández: una visión de país desde la educación, la equidad y la energía
“La educación de calidad empieza con hijos amados y deseados”, esta fue la frase con la que inició el tema la precandidata Claudia López e hizo especial énfasis en que, si se quiere educación superior, hay que invertir primero en la primera infancia, etapa en la que se deben garantizar todos los derechos fundamentales de los niños. Planteó que el desafío principal no es cobertura, sino felicidad y calidad. Insistió en recuperar el subsidio a la tasa del ICETEX para ampliar el acceso a la enseñanza universitaria, y planteó la meta de ampliar esta iniciativa a nivel nacional, con un millón de becas que conecten a los jóvenes con el mercado laboral y el emprendimiento.
Con respecto a la situación de empleo del país, habló favorablemente de la reforma laboral y la reforma pensional, sostuvo que abaratar costos de empleabilidad no ha resuelto la informalidad y que el camino está en mejorar la productividad y la pertinencia de la formación. En ese sentido, propuso fortalecer la educación técnica y tecnológica, flexibilizar los programas universitarios y avanzar en que “Colombia necesita un sistema de protección social y cuidado”, que redistribuya las labores domésticas y de empleabilidad. “Las mujeres trabajamos más, nos pagan menos y somos más pobres. Porque somos la seguridad social de ese 51% de la población informal”, expresó López y afirmó que el objetivo es abrir más oportunidades de inclusión para las mujeres.
Al referirse al sistema de salud, defendió el modelo mixto que, según afirmó, permitió al país enfrentar con éxito la pandemia. Propuso la creación de un fondo de rescate para clínicas y hospitales, junto con reformas técnicas que garanticen una distribución más equitativa de los riesgos entre EPS públicas y privadas, con el fin de asegurar atención oportuna y sostenible para todos los ciudadanos.
Finalmente, en materia energética, planteó la necesidad de avanzar con pilotos de fracking bajo estrictos estándares ambientales. Argumentó que la tecnología ha evolucionado y que esta práctica podría contribuir a reducir el costo y fortalecer la soberanía energética del país. Para ella, Colombia debe aprovechar sus recursos de manera responsable para reducir la pobreza y la desigualdad, sin renunciar a la transición hacia energías más limpias en el largo plazo.
María Susana Muhamad González: hacia una Colombia que valore la política ambiental
En el campo educativo, al igual que Claudia, habló de la importancia de la educación inicial y de garantizarla en los primeros cinco años de vida de los niños. Subrayó la necesidad de repensar el sistema desde la pertinencia educativa, “que la juventud pueda aprender en su contexto social, cultural y regional lo que necesita para la vocación de desarrollo de ese territorio”, de modo que los jóvenes puedan formarse en sus territorios sin tener que migrar a las grandes ciudades, a menos de que así lo deseen. Propuso avanzar en la reforma de la Ley 30, artículo 86 y 87, “si vamos a hablar de un futuro donde valorizamos la biodiversidad, la diversidad cultural, ambiental, las regiones, la universidad pública es un bastión fundamental y necesita financiación permanente”.
En lo económico y laboral, insistió en reconocer el potencial de la economía popular y solidaria como motor de desarrollo. Señaló que el crédito solidario, las compras públicas y la capacitación por parte de la DIAN pueden ser herramientas clave para potenciar asociaciones comunitarias, fortaleciendo así la productividad y la formalización desde los territorios. Muhamad también habló de su propuesta de reforma tributaria y una regla fiscal verde “que significa sacar de la regla fiscal las inversiones que tienen que ver con la transición climática del país” en los sectores de agroecología, bioeconomía, transición energética justa, movilidad sostenible y en los procesos sociales alrededor de la economía del cuidado, sectores que, en su visión, deben convertirse en ejes estratégicos para enfrentar la crisis climática y transformar el modelo productivo.
En materia de salud, advirtió que el país enfrenta el colapso del modelo de la Ley 100; por esta razón apoya la reforma a la salud del actual gobierno. Planteó que los recursos se giren directamente a clínicas y hospitales, que las EPS se conviertan en gestoras del sistema. “Todavía necesitamos las EPS, pero no administrando la plataforma, las necesitamos pagándoles para que hagan la administración”, comentó la precandidata Muhamad, de esta manera se implementará una estrategia integral contra la corrupción en el manejo de los recursos públicos. Según su propuesta, garantizar agua potable y alimentación sana a toda la población debe ser la base de un sistema preventivo que reduzca enfermedades evitables y alivie la presión sobre el gasto en salud.
Finalmente, enfatizó en la importancia de una agenda de paz con enfoque ambiental y feminista. Propuso marcos jurídicos para el acogimiento de grupos armados, una investigación criminal estructural que desmantele las finanzas del crimen organizado y una mayor presencia del Estado en los territorios, acompañada de inversión social. A su juicio, solo así será posible reducir la violencia, proteger la biodiversidad y abrir camino a economías legales que fortalezcan a las comunidades rurales.
Enrique Peñalosa Londoño: educación e infraestructura como motores de igualdad
“No hay nada que sea una causa más grave de la pobreza y la desigualdad que la mala educación”, así empezó Peñalosa su conversación acerca del tema educación. Aseguró que el mayor desafío del país está en la calidad de la educación primaria y secundaria. Recordó la creación de colegios de concesión durante su administración como alcalde de Bogotá, donde excelentes instituciones privadas gestionan colegios públicos, con resultados equivalentes a los de colegios privados de estrato medio a alto. Para Peñalosa, el ICETEX es fundamental, porque todos los jóvenes que quieran estudiar deben tener derecho y facilidades para hacerlo.
En materia laboral, subrayó que la clave para generar empleo digno está en aumentar la inversión privada y la productividad. Según explicó, los países que han logrado reducir la pobreza lo han hecho a partir de más y mejores inversiones en infraestructura, tecnología e industria, lo que multiplica las oportunidades laborales. En esa línea, propuso estimular la inversión nacional y extranjera, para mejorar la productividad, que más mano de obra sea necesaria y de esta manera más colombianos puedan acceder a salarios justos y superar la informalidad.
Peñalosa también defendió la inversión en infraestructura como un mecanismo para construir igualdad en las ciudades. “Soy un enamorado de los árboles y de la naturaleza. Ahora bien, en las ciudades hay que priorizar a las ciudades”. Recordó proyectos en los que se involucró o creó, como viviendas para más de 500.000 personas, TransMilenio, las ciclorrutas, los parques y bibliotecas públicas, así como la contratación del metro de Bogotá, resaltando que estas obras permitieron que los ciudadanos sin carro o en condiciones de vulnerabilidad accedieran a servicios de calidad. Frente a las críticas por su énfasis en el “cemento”, respondió que estas inversiones son herramientas fundamentales para garantizar bienestar y oportunidades a las mayorías.
Finalmente, En materia de salud, Enrique Peñalosa reconoció que el sistema colombiano atraviesa una crisis financiera y de confianza ciudadana, con deudas millonarias que amenazan la sostenibilidad de clínicas y hospitales, además del aumento de quejas por fallas en la atención y entrega de medicamentos. Sin embargo, defendió que el país ha contado con uno de los mejores sistemas de aseguramiento del mundo, con una cobertura cercana al 98 %, y que este debe fortalecerse en lugar de desmontarse. Señaló que es indispensable mantener un articulador que conecte al paciente con los prestadores de servicio y que controle los costos, resaltando la importancia de la participación privada tanto para aportar capital como para garantizar eficiencia. A su juicio, el reto no está en estatizar el sistema, sino en realizar ajustes que permitan mayor control, transparencia y sostenibilidad sin perder la amplia cobertura alcanzada en las últimas décadas.
El valor de escuchar a los candidatos
Los jóvenes hicieron preguntas sobre realidades sociales que vive Colombia y en el resto del mundo. Mariana Herrera Londoño, de la carrera de Relaciones Internacionales y perteneciente al grupo “Semillas y Brujas: semillero de género, feminismo y política internacional”, afirmó: “Yo creo que los jóvenes tenemos el papel de votar, de utilizar nuestra participación ciudadana, hay política para hacer de Colombia una democracia fuerte. Y también saber por quién votar, ir más allá de los discursos mediáticos, enterarse de cuáles son las necesidades de los colombianos y de pronto cuáles son los candidatos que responden mejor a esas necesidades. Ir más allá de lo que se dice en las entrevistas. Creo que a veces los candidatos pueden decir muchas cosas que a veces no son y son corroborables”
“El papel de los jóvenes es fundamental en todas las elecciones, tanto en las de 2025 en los consejos locales de juventud que tendremos ahora en octubre, como las que habrá en marzo de 2026 para el Congreso de la República, y en mayo para la presidencia de la República, porque en realidad se está jugando el futuro del país, el presente y el futuro. Las decisiones de política son decisiones que afectan a toda la sociedad y que tienen un impacto hacia el futuro”, mencionó Sebastian Lippez de Castro, decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales.