Profesores, estudiantes y administrativos compartieron diversos espacios de diálogo, reflexión y acción en torno a las transformaciones educativas deseadas en el entorno javeriano, en el Foro Korczak realizado el 17 de octubre en el Salón Creativo del Centro de Ático. 

Janusz Korczak fue un médico, escritor y pedagogo polaco. Se desempeñó como director del orfanato Dom Sierot, donde obtuvo reconocimiento por su empatía con los niños y niñas que acogía, resaltando su potencial, su autonomía y autogobierno, lo que lo distanciaba de los principios autoritarios del sistema educativo tradicional. Sus teorías sobre la teoría y la práctica de la educación siguen teniendo relevancia en el contexto actual de la formación de estudiantes. 

Inspirados en este pedagogo innovador, durante 9 años el Centro para el Aprendizaje, la Enseñanza y la Evaluación (CAE+E) de la Pontificia Universidad Javeriana ha realizado el Foro Korczak, un encuentro en el que se dinamizan ideas, saberes y emociones alrededor de la innovación educativa en la Universidad. 

Este año, la conversación estuvo enfocada en los territorios colectivos que habitan estudiantes y profesores. Para desarrollar el tema, el #ForoKorczak quiso migrar a un formato más participativo que propiciara de modo especial el intercambio entre los diversos agentes que habitan y hacen universidad, con la firme intuición de que la creación de inteligencias colectivas y la construcción de confianza son semillas fecundas para avanzar en el camino de transformación educativa. 

El encuentro inició con una prolífica conversación entre profesores y estudiantes en la que se exploraron las tensiones y riquezas que aparecen cuando se trabaja de manera conjunta. Este espacio, moderado por la estudiante de teología Paula Gamboa, permitió ampliar la noción de territorio y trasladarla a las disciplinas y los cuerpos: cuerpos que se plantan y replantan en los distintos terrenos y saberes que ofrece la universidad y el mundo.   

También dejó lugar para ideas poderosas alrededor de la inteligencia cuando se construye de manera colectiva, como lo expresó Sayarii Menasa, estudiante de Antropología y Artes, quien recalcó la importancia de sentarse de todo corazón para establecer “vínculos parchativos”, refiriéndose a la importancia de la empatía, a propiciar verdaderos espacios de encuentro y de intercambio desde otros lugares donde la corporalidad, los alimentos y la disposición espacial juegan un papel fundamental. 

Asimismo, discurrieron ideas interesantes que conminaron a los participantes del Foro Korczak a “encontrar un micelio”, en un sentido que invita a absorber los mejores nutrientes del ambiente, a ceder y a perseverar cuando interactuamos con tierras poco armónicas, como señaló Nathali Buenaventura, directora del programa de Artes Visuales, quien insistió en la necesidad de reconocerse a sí misma en medio del jardín de la Universidad Javeriana, y desde allí habitar un lugar en el mundo.   

 

Acción-reflexión: (re)pensar las relaciones de confianza 
 

Posteriormente, el Foro continuó con un taller en el que los participantes construyeron colectivamente posibilidades para potenciar la confianza en los entornos de aprendizaje. Tras comentar experiencias en donde la confianza se ha visto truncada, los distintos actores diseñaron estrategias para fortalecer los vínculos entre estudiantes, entre profesores y estudiantes, con la asignatura y en procesos de evaluación.   

Al mejor modo de los juegos económicos experimentales los participantes podían servirse de tokens (recursos de bien común) que debían administrar de manera colectiva para buscar la asesoría de los invitados expertos en temas de confianza, inteligencias artificiales, incluso, podían buscar ayuda en algún chat de inteligencia artificial generativa. Lo clave: estos eran recursos finitos que debían utilizar de tal modo que no se presentaran desequilibrios y no se afectaran a los otros grupos. 

Los participantes pudieron hablar de los retos de trabajar colaborativamente, la importancia de sentirse reconocidos y reconocerse en las emociones ajenas: como el dolor, la vulnerabilidad y la desazón y, como cierre, valoraron la oportunidad de entrar en contacto con otros para conversar, arar y nutrirse en conexiones que evolucionan constantemente. 

 

Mapeando la innovación educativa en la Javeriana 

Finalmente, el Foro cerró con una cartografía social pedagógica, en la que se exploró cómo se vive la innovación educativa en la Javeriana. Esta estrategia permitió que grupos definidos por roles (estudiantes, profesores y administrativos) pudieran mapear actores, relaciones, posibilidades y obstáculos de la innovación educativa, teniendo en cuenta sus experiencias de los y la manera en que habitan el territorio universitario. 

La socialización de estas experiencias permitió evidenciar la polifonía sobre la innovación, aspecto que caracterizó a este Foro, donde diferentes voces y perspectivas se entrelazaron, reflejando diversas maneras de comprender la transformación y lo educativo. 

En suma, el encuentro dejó metáforas llenas de vida para comprender nuestro lugar en la universidad y puso de plano la necesidad de seguir construyendo en conjunto entre agentes; seguir tejiendo lazos de confianza en el aula y partir de encuentros y conversaciones tranquilas para transformar. Tal como lo dijo Sandra Romero, directora del CAE+E, en sus palabras de apertura al evento: “Al trabajar juntos, estamos dejando una huella en la Universidad, una huella que, aunque no se traduzca necesariamente en caminos fijos, nos guía y nos recuerda que el verdadero valor de la innovación reside en su capacidad para transformar vidas, tanto individuales como colectivas”. 

Ahora, es momento de llevar estas conversaciones más allá de este encuentro y reflexionar sobre cómo cada uno puede contribuir a un ambiente de colaboración y creatividad para ser la educación que queremos y que demanda nuestra sociedad.