Institucional
Sostenibilidad
Octubre 29, 2025

Diez años de compromiso con la sostenibilidad

Daniela Alejandra Fernández González
Practicante de la Dirección de Comunicaciones 

Con un encuentro académico que integró reflexión, diálogo y exposición de póster, la Pontificia Universidad Javeriana conmemoró los 10 años de su Política Ecológica y Ambiental, una iniciativa que ha guiado su compromiso con el cuidado de la casa común y la sostenibilidad integral. 

Durante la jornada, realizada el 20 de octubre en el Auditorio Marino Troncoso, SJ, participaron autoridades universitarias, estudiantes, profesores y expertos, quienes compartieron avances, aprendizajes y retos en la implementación de la política inspirada en la encíclica Laudato Si’ del papa Francisco y en la Agenda 2030 de la ONU. El evento incluyó paneles temáticos, presentación de proyectos estudiantiles y un video conmemorativo internacional.  

Una década de transformación hacia la ecología integral 

En la apertura, el rector de la Universidad Javeriana, P. Luis Fernando Múnera Congote S.J., hizo un recorrido por los antecedentes y la evolución de la conciencia ambiental en la institución, destacando cómo este compromiso ha estado presente desde hace más de cuatro décadas. 

“Desde finales de los años setenta, la Javeriana ha estado a la vanguardia en el estudio de las problemáticas ambientales y rurales en Colombia”, afirmó, recordando que en esa época “la preocupación ambiental apenas comenzaba a emerger en la academia y en las políticas públicas”. Ese espíritu pionero llevó a la creación, en 1973, de la Facultad de Estudios Interdisciplinarios y, más tarde, en 1997, de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales, que consolidaron el trabajo académico en torno al cuidado del territorio y la sostenibilidad. 

Esa transformación implicó adoptar un nuevo punto de vista que reconfigura la relación entre las personas y la naturaleza. “Un paradigma orientado hacia un desarrollo humano fraterno y sostenible, sustentado en una acción académica interdisciplinaria, intercultural e inclusiva”, mencionó el rector.  

El padre Múnera también destacó la creación de espacios académicos que han fortalecido esta visión, como el Simposio Javeriano Laudato Si’, que ha promovido la reflexión y el diálogo sobre la ecología integral. Gracias a estos esfuerzos, “la perspectiva socioambiental se ha convertido en una de las dimensiones diferenciadoras de la Universidad”. 

Subrayó que esta política se ha traducido en acciones concretas como la creación del Instituto Javeriano del Agua, el Programa Amazónico Javeriano, la Hackathon Internacional Laudato Si’, y políticas institucionales de inversiones y compras sostenibles. Estos avances han posicionado a la Javeriana como “una universidad promotora del Pacto Educativo Global y líder nacional en sostenibilidad”. 

Génesis de la Política Ecológica Javeriana 

La conmemoración continuó con un espacio dedicado a revivir su historia: la Génesis de la Política Ecológica Javeriana. Este momento reunió al padre Luis Alfonso Castellanos, S.J., vicerrector del Medio Universitario de Javeriana Cali, a Javier Forero, director de Recursos Físicos; y a Carlos Devia Castillo, profesor del Departamento de Ecología y Territorio, de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales. 

 


Javier Forero en el panel “Génesis de la política Ecológica Javeriana” 


“Vale la pena resaltar que en el año 2000 hubo un intento de política, algo que se consolidó muy claramente y logramos afinar en el 2015”, mencionó el profesor Carlos Devia. Sus raíces se remontan a la relación que la Universidad ha cultivado con el territorio desde la década de 1970, cuando la reflexión sobre el ambiente, la ruralidad y la sostenibilidad empezó a integrarse a la filosofía institucional y a las prácticas académicas. 

Tanto Javier Forero, como el P. Castellanos y Carlos Devia coincidieron en anotar que el problema principal de la implementación de la sostenibilidad integral es el desconocimiento, dado que se vende lo ecológico como algo más costoso. Sin embargo, la Javeriana siempre ha tenido en cuenta el cuidado ambiental como una inversión. Fue así como dos hechos clave: la publicación de la encíclica Laudato Si’ del papa Francisco y la Agenda 2030 de las Naciones Unidas inspiraron la versión definitiva publicada en 2015. 

De esa trayectoria también nació COSMOS, el Plan de Gestión Ecológica y Ambiental, que traduce los principios de la política en acciones concretas, metas e indicadores. Gracias a este plan, el campus de la Javeriana se ha consolidado como un laboratorio vivo de sostenibilidad en el que la docencia, la investigación y la vida universitaria se articulan en torno al cuidado de la casa común, con una política más sencilla de entender al tener, solo dos páginas.  

Creatividad javeriana por el planeta: proyectos estudiantiles que inspiran acción 
 

 

La jornada conmemorativa estuvo marcada por la Feria de póster estudiantiles, un espacio de innovación y compromiso donde los estudiantes presentaron sus proyectos destacados en sostenibilidad, ciencia y acción social. La actividad fue coordinada por Liz Franchezca Serrano Pulido, de la Vicerrectoría del Medio Universitario, y Luis David Gómez, de la Facultad de Ciencias, quienes destacaron el papel protagónico de los jóvenes en la implementación de la Política Ecológica y Ambiental. 

“Era una voz importante que no podíamos desaprovechar, porque los estudiantes son la razón de ser de la universidad y quienes mejor reflejan cómo la política se vive desde la academia y el servicio”, explicó Franchezca durante la apertura de la feria. 

De las 13 propuestas recibidas (puedes conocerlas todas en el siguiente enlace:  seis fueron seleccionadas para exposición presencial y tres resultaron ganadoras por su impacto, pertinencia e innovación: “Meñe y Chipi al borde de la extinción”, “¿Qué está pasando entre las mujeres y el agua?”, y “Por un campus universitario más amigable con su herpetofauna”. 

Diseño para la conservación del ecosistema 

Entre los proyectos más llamativos estuvo “SÝKUA VIVO”, de Andrés Santiago Rodríguez Vargas, estudiante de Arquitectura, quien propuso un eco-teleférico fotovoltaico que mejora la movilidad y el acceso a servicios básicos en una zona rural de Boyacá, llamada Soatá. “Mi proyecto se alinea con la política ecológica y ambiental al promover la conservación ecosistémica rural y el uso responsable del suelo y el agua”, explicó Santiago quien además comentó cómo nació y evolucionó su idea .al conocer el territorio: “Inicialmente, lo pensé para el turismo, pero me di cuenta de que el páramo es un suelo tan escaso que llevar turismo allí sería dañarlo. Cambié todo el enfoque: ahora el teleférico no será un atractivo, sino un facilitador de servicios para la comunidad.” 

“De nuestra Javeriana a nuestras comunidades”: arquitectura con propósito 

Gabriela Duarte Peña, estudiante de Arquitectura y de la Especialización en Gerencia de Proyectos de Diseño, compartió su propuesta “De nuestra Javeriana a nuestras comunidades”, inspirada en su experiencia como inductora socioambiental. “Me di cuenta de que no existe una crisis ambiental y una crisis social, sino una sola crisis socioambiental, como lo dice la Laudato Si’”. Su proyecto plantea la construcción de un aula ambiental en la comunidad afrodescendiente de Tierra Bomba (Cartagena), equipada con paneles solares, sistemas de recolección de agua de lluvia y espacios para el aprendizaje colectivo. Explicó que más allá del programa arquitectónico, es un espacio de reunión para la comunidad, donde podrían observar su territorio, conversar y analizar estrategias socioambientales para aplicarlas en sus hogares. “No solo somos profesionales; somos javerianos que llevamos este cambio a nuestras comunidades”, afirmó Gabriela. 

Ciencia con enfoque de género 

El proyecto “¿Qué está pasando entre las mujeres y el agua?”, de Luisa María Almanza, estudiante de Ecología y Microbiología Industrial, analizó la calidad del agua en el municipio nariñense de Barbacoas y su impacto en la vida de las mujeres.  

Su investigación, que obtuvo uno de los tres premios, también busca visibilizar la relación entre el acceso al agua y la equidad de género. A partir de esa reflexión, su equipo tomó muestras del río Telembí y del agua doméstica del casco urbano de Barbacoas, evaluando cuatro indicadores microbiológicos de contaminación. Los resultados fueron alarmantes. “Las concentraciones salieron muy altas, lo que indica que el agua está contaminada por materia fecal humana. Incluso encontramos un millón de bacterias cada 100 mililitros de agua”. 

Su propósito final es que esta investigación no se quede en la academia, sino que sirva para orientar políticas públicas, educación ambiental y empoderamiento femenino en comunidades rurales. “La ciencia necesita más mujeres y preguntarse más por las mujeres”, afirmó. 

Videojuegos para proteger la Amazonía 

Desde la Facultad de Diseño Industrial, Juan David Flórez López y Samuel Castellanos Preciado, desarrollaron “Meñe y Chipi al borde de la extinción”, un videojuego 3D que busca sensibilizar y educar sobre la deforestación que deriva en la minería ilegal, la ganadería extensiva y el tráfico ilegal de fauna. “Si logramos que alguien sienta empatía por un animal digital, tal vez estamos un paso más cerca de proteger al real”, señalaron los autores del proyecto. 

El juego combina realidad ecológica con narrativa inmersiva. Los protagonistas, el jaguar (Panthera onca) y el mono araña de vientre amarillo (Ateles belzebuth), representan dos especies amenazadas por la pérdida de hábitat. Los jugadores deben tomar decisiones que afectan la supervivencia de estos animales, entendiendo cómo sus acciones inciden en la salud del ecosistema. 

“Comenzó como una investigación sobre cómo dos especies, presa y depredador, se desplazaban por la deforestación. Hoy es una herramienta comunicativa que demuestra que sí se puede aprender con un videojuego”, explicó Samuel. 

Un campus para todos los seres vivos 

Por su parte, Julián Felipe Rengifo Martínez, Nicolás Ceballos Hoyos, Tania Marcela Rubiano Naranjo, Juan Esteban Salinas Rodríguez e Isabela Monroy Arias, del grupo de herpetología javeriano, presentaron el proyecto “Por una sociedad más preocupada por su herpetofauna”, enfocado en la conservación de anfibios y reptiles que habitan en el campus. “Queremos que la comunidad entienda que el campus no es solo de personas, compartimos este espacio con muchas otras especies que hacen parte de nuestra biodiversidad”, explicó Rengifo. 

La iniciativa parte de un diagnóstico ecológico que tiene que ver con que muchas de las especies presentes en la Javeriana, Bogotá, como ranas, lagartos y serpientes no venenosas, han perdido espacios naturales debido a la urbanización. Frente a eso, el grupo decidió actuar desde la investigación y la educación ambiental. 

Con fichas informativas, “Herpetoseñaléctica” (término creado por ellos que habla de un sistema de señalización inspirado en la forma y coloración de estos animales) y microhábitats de refugio y alimentación, buscan que la comunidad se acerque más a la herpetofauna. 

Salud infantil frente al cambio climático 

Finalmente, desde Medicina, Juana Valentina Cepeda, Karoll Juanita Méndez y Ana Karina Ceballos presentaron “Cambio climático y salud infantil: un llamado urgente a la acción”, investigación que analiza cómo la crisis ambiental afecta a los más pequeños. “Los niños son los menos responsables del cambio climático y los más vulnerables a sus consecuencias”, afirmaron. 

El equipo analizó estudios sobre los efectos de la crisis ambiental en la salud infantil, especialmente en países tropicales como Colombia, donde la desigualdad, la pobreza y los desplazamientos agravan la situación. 

“Las políticas públicas en salud infantil están demasiado descuidadas. Los niños no son adultos pequeños; necesitan políticas específicas y personas que trabajen por su bienestar.” 

Al finalizar la actividad, los organizadores invitaron a seguir apoyando estas iniciativas que inspiran esperanza y acción para el futuro del planeta. “Estos proyectos son un reflejo del compromiso de los javerianos con la sostenibilidad y la transformación social”, destacó Luis David Gómez. 
 

De la práctica a la proyección: la sostenibilidad en acción 


 María Adelaida Farah, vicerrectora académica; Jairo Cifuentes, secretario general e Ivonne Lobos Alba, investigadora senior del Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo, en el panel de cierre 


La Universidad también mostró cómo la Política Ecológica y Ambiental se ha integrado a la vida académica y administrativa de manera transversal. Representantes de distintas facultades y áreas de la Javeriana compartieron sus experiencias, evidenciando que la sostenibilidad no es un discurso, sino una práctica viva en el campus. 

Desde Teología, el profesor Germán Mahecha recordó que hace 23 años la Javeriana facilitó la creación del grupo de investigación en Ecoteología, cuyo propósito ha sido reflexionar sobre la relación entre el ser humano, Dios y la creación. Este trabajo ha permeado la docencia, la investigación y la proyección social con cursos, asesorías e iniciativas que promueven una conversión ecológica desde la fe y la justicia. 

Andres Torres, profesor del Instituto Javeriano del Agua, explicó cómo el instituto funciona como un punto de contacto entre la Universidad, las comunidades, las empresas y el Estado, desde donde se generan proyectos, alianzas y conocimiento aplicado. 

Pasando al Laboratorio de Sostenibilidad, Sebastián Dueñas, profesor del Departamento de Administración de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, expuso que el área impulsa una formación empresarial orientada a transformar los modelos de producción y consumo. El laboratorio ha desarrollado cursos obligatorios de sostenibilidad, maestrías especializadas y consultorías para empresas que buscan operar con justicia ambiental. 

Por su parte, Aura Fernanda Flechas, comunicadora del Centro Javeriano de Emprendimiento, presentó cómo esta unidad ha acompañado a los estudiantes en todas las etapas de creación de sus proyectos, desde la inspiración hasta el fortalecimiento empresarial, promoviendo modelos innovadores y éticos que aporten al bien común. 

Desde el Observatorio Javeriano de Derecho Ambiental, Dayana Becerra, profesora del Departamento de Derecho Económico, presentó el libro “Derecho y sostenibilidad”, resultado de un proyecto interdisciplinar. “La sostenibilidad ya no es un discurso ambientalista, sino una necesidad jurídica, y debe reflejarse en las normas, y la gobernanza del territorio”, afirmó. 

Finalmente, el Programa Amazónico Javeriano, expuesto por Daniel García, jefe de la Oficina de Responsabilidad Social Universitaria, recordó que esta iniciativa nació en 2015, y que articula a más de 50 proyectos en el territorio. “La Amazonía es el 42% del territorio colombiano y aunque la Javeriana no tenga sede allá, sí tiene una enorme responsabilidad. Hemos aprendido a entrar desde el diálogo de saberes con las comunidades locales y ancestrales”. 

Cada una de estas acciones sirvieron de antesala al diálogo final del programa, en el que Margarita Mano, vicerrectora académica de la UCP, Coimbra, Portugal; Silvia Calderón, directora del Centro del SEI Latinoamérica; Simon Herchen, ministro consejero de la Embajada de Alemania en Colombia; entre otros académicos y directivos reflexionaron sobre el futuro de la universidad hacia 2030 y más. 

En el panel “Desafíos socioambientales en el marco universitario”, coordinado por María Adelaida Farah, vicerrectora académica de la Javeriana, y en el cierre del evento donde participó Jairo Cifuentes, secretario general de la Universidad, los invitados coincidieron en que el siguiente paso debe ser consolidar una justicia socioambiental universitaria, capaz de integrar equidad, participación y cuidado de la vida. 

“La ecología integral es también ecología política: implica el manejo del poder, el diálogo de saberes y la solidaridad intergeneracional. Ojalá en diez años estemos celebrando que la Javeriana es líder en justicia socioambiental”, expresó el secretario general. 

De este modo, los dos paneles se entrelazaron en un mismo mensaje: la sostenibilidad no es solo un horizonte, sino una práctica diaria que transforma la universidad desde adentro y la proyecta hacia el futuro.