Pontificia Universidad Javeriana
Opinión
Septiembre 17, 2025

La Cruz San Pedro Claver: el reconocimiento de una comunidad

Isabella Ruiz Gallardo 
Estudiante de Estudios Musicales

Recuerdo muy bien, hace siete años y medio, cuando estaba en once y debía decidir qué quería estudiar y dónde. Soñaba con fundar un colegio. Quería entender cómo funcionaban los procesos de aprendizaje y quería darle a las artes el lugar que se merecen en la educación infantil. Pensé que, para cumplir ese sueño, debía estudiar psicología. Ahora la pregunta era, ¿dónde?  

Recuerdo visitar un campus universitario en el que la inductora me dijo “en este campus nunca van a ver un homeless”. Justo la semana siguiente vine a la Javeriana y la inductora, por el contrario, nos dijo: “En la Universidad Javeriana es probable que se encuentren a todo tipo de ciudadanas y ciudadanos caminando por el campus, porque es un campus abierto y no hay intención alguna de cerrarlo. La Universidad nació como un espacio para todas las personas y aquí eso es lo que verán”. Ese día yo decidí estudiar en la Javeriana.  

Lo decidí, porque no me interesó, ni me interesa, ser una mujer descontextualizada del mundo que me rodea. Yo quiero ser una mujer consciente, una estudiante que aprende para crecer, pero para crecer junto con otras y con otros. Quiero y quise, en ese entonces, ver de qué se trata hacer comunidad.  

Entré a estudiar Psicología en la Javeriana en el año 2018 y, en el 2019, empecé mi doble titulación con Música. Ambas carreras, tan diferentes y tan similares a la vez, me reafirmaron cada día que tomé la mejor decisión al estudiar en la Javeriana. Y ni siquiera se trata de los pensum o de las ofertas de clases o del campus. Se trata de la calidad humana de las personas con las que he compartido día a día. Se trata del equipo docente, de servicios generales, de mantenimiento y de seguridad. Se trata de cada árbol, cada planta aromática, cada gato y cada abeja.  

Tengo la fortuna de estudiar Música en la Javeriana. Música con énfasis en Canto Jazz. Cuando se fundó el énfasis de Jazz en el 2001, Leonor Convers y sus colegas sugirieron crear un énfasis con una mirada comunitaria. Decidieron ofrecer prácticas musicales a las que llamamos ensambles, que son escenarios de aprendizaje colectivo y colaborativo. En ensamble se invita a escuchar, a escuchar con atención, con cuidado y con presencia. Escucharse adentro, escuchar afuera.  

La escucha implica un ejercicio complejo y confrontante. Oír no, oír es fácil. Todo el día estamos oyendo ruido, estamos oyendo sonidos desarticulados, estamos oyendo voces y conversaciones ajenas que, aunque largas, son fugaces en relevancia. El mundo cambia cuando una se sienta a escuchar. Cuando, de repente, Jaqueline Nova empezó a hacer música con el ruido del ahora, del ahora de sus días. Cuando Cage decidió traer la mirada sobre lo ignorado. Cuando se trató de escuchar lo que siempre estuvo ahí y desde ese mismo ejercicio de escucha, encontrarle la belleza, los patrones, las profundidades y las posibilidades de transformación. Y no es coincidencia que los fenómenos del arte concreto hayan sucedido habitando un mundo arrasado por la guerra. No es coincidencia que cuando se hable de la construcción de Cultura de Paz se empiece por establecer espacios de diálogo y de escucha. Escucha, a veces, del silencio que tanto tiene por decir. De los cuerpos que tanto tienen por contar.  

Obtuve el 1 de septiembre la Cruz San Pedro Claver. Fui una de las 39 personas galardonadas con este reconocimiento; una por carrera. Estudios Musicales me otorgó esta distinción, un premio que no es solo mío, porque yo soy gracias a mis amigas y amigos que me han enseñado a escuchar. Soy gracias a todas mis maestras y maestros, que me han acompañado en este proceso de construir comunidad. Soy gracias a todo el equipo de mantenimiento, de recursos, de aseo y de seguridad del edificio Gerardo Arango, que además de ser mi Facultad, se ha convertido en una segunda casa para mí. 

Estoy llena, llenísima de agradecimiento con la Universidad y con mis carreras. Gracias por enseñarme a ser cada día más como San Pedro Claver, a ver la realidad desde más ángulos que el mío propio, por impulsarme a seguir queriendo construir comunidad. 

 “Yo quiero ser una mujer consciente, una estudiante que aprende para crecer, pero para crecer junto con otras y con otros”