Institucional
Reconocimiento
Octubre 20, 2025

“Ser javeriano es un patrimonio al que no se puede renunciar”, Ana María Cabanzo

Karem Priscila Díaz Díaz
Coordinadora de Comunicación Institucional 

Ana María Cabanzo, quien fue asistente de la Rectoría, recibió la Cruz de Oro San Francisco Javier por sus más de 30 años de dedicación a la Universidad Javeriana. 

El acto de agradecimiento es uno de los momentos más especiales que tiene la Universidad Javeriana dirigido a sus profesores y empleados administrativos que sobresalen en su desempeño y lealtad a la institución. 

Aquellas personas que dedican parte de su vida al servicio de la Universidad y de la comunidad educativa con compromiso, profesionalismo, calidad humana y expresando en cada acción los valores javerianos son honrados con la Cruz de Oro San Francisco Javier. 


Rector de la Javeriana, padre Luis Fernando Múnera Congote S.J. 


Por ello, el 8 de octubre en la Sala San Ignacio de la Universidad, Ana María Cabanzo Villamizar, quien se desempeñó por más de 20 años como asistente de la Rectoría para la gestión de becas, fue condecorada con esta distinción universitaria. 

“Estamos aquí por el deseo de celebrar, honrar y agradecer a Ana María Cabanzo no solo por lo que hizo y aportó en sus años de vinculación a la Universidad Javeriana, sino por lo que ella fue como miembro integral de nuestra comunidad, y como testigo y protagonista del devenir de la Universidad y de sus grandes transformaciones al servicio de la sociedad y de las personas (…) Las palabras que emergen cuando pensamos en ella, y en sus vasos comunicantes con la Javeriana, son dedicación, fe, entrega, criterio, generosidad y coherencia. Ser una mujer inquieta, propositiva ante las dificultades y los cambios, reacia a la mediocridad y a las soluciones fáciles, son rasgos que se admiran en ella”, expresó el padre Luis Fernando Múnera Congote, SJ, rector de la Universidad durante la ceremonia de entrega de la Cruz San Francisco Javier a Ana María. 

Juan Enrique Casas Rudbeck, S. J., vicerrector del Medio Universitario; María Adelaida Farah, vicerrectora Académica; Luis Fernando Múnera Congote, S. J., rector de la Universidad Javeriana; Jairo Cifuentes Madrid, secretario general, junto a Ana María Cabanzo.


Ella, acompañada de su esposo Gerardo, de sus hijos, hermanos y demás familiares -incluso a través de videollamadas- recibió el reconocimiento de la Universidad con visible emoción y orgullo por el deber cumplido. “Me siento muy tranquila y satisfecha de entregar la posta (…) haber podido tocar la vida de tantos estudiantes y sus familias a lo largo de estos años ha sido un privilegio que honro al constatar que Dios se hace presente de muchas maneras en la vida de las personas”, comentó. 

Y es que Ana María tuvo sobre sus hombros la importante, especial y delicada labor de atender todas y cada una de las solicitudes de estudiantes y padres de familia que tocaron la puerta de la Rectoría en busca de una beca para continuar con sus estudios y hacer realidad sus sueños de ser javerianos. Analizar cada caso, revisar cientos de documentos, entender las dinámicas y realidades familiares, no solo desde lo financiero, sino de lo humano, fue su labor principal para saber tender la mano y cómo tenderla a quienes lo pedían. 

 

“Haber podido tocar la vida de tantos estudiantes y sus familias a lo largo de estos años ha sido un privilegio que honro al constatar que Dios se hace presente de muchas maneras en la vida de las personas”, Ana María Cabanzo. 


Por ese profesionalismo, criterio, calidad humana, dedicación y alto sentido ético para la gestión de becas, donde centró sus esfuerzos en diseñar y ejecutar estrategias para otorgar las becas, apoyos económicos y estímulos financieros a los estudiantes la Javeriana le dijo: gracias. 

“Siempre iba un paso más adelante de lo inmediato, con pensamiento estratégico y visión de conjunto. Fue una líder nata, exigente consigo misma, pero también generosa al compartir su conocimiento y al promover el trabajo en equipo”, fueron las palabras de quienes trabajaron con Ana María. 

“Que sea la misma institución, que me permitió ser parte de su misión, la que considere que he respondido a su encargo, como a los valores y propósito que proclama es un gran regalo que acepto con el compromiso de continuar su legado en los diferentes espacios en los que apoyaré a otros”, comentó Ana María, quien concluyó diciendo que “ser javeriano es un patrimonio al que no se puede renunciar, sería negar algo que nos constituye como individuos y del que somos parte”.