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La experiencia de servicio, un sueño en conjunto
La realidad Latinoamericana, plagada de desafíos políticos y socioambientales, sigue generando en los jóvenes de las universidades jesuitas inquietudes y deseos por “hacer algo” frente a esas realidades como la pobreza, la desigualdad, la crisis ambiental, la polarización política o la violencia. Debido a esto, uno de los llamados que surgieron del Encuentro de Homólogos de Pastoral de AUSJAL, desarrollado en Santiago de Cali entre el 19 y el 22 de junio de 2022, fue la necesidad de articular la acción voluntaria como una apuesta para seguir fortaleciendo el trabajo en red; así como la formación de hombres y mujeres en el servicio y la promoción de la justicia.
Bajo esta consigna se decidió iniciar esta tarea, la cual planteó dos propósitos: por una parte, fundamentar desde el carisma ignaciano los programas de voluntariado de las universidades de AUSJAL; y, por otra, desarrollar un programa de formación, intercambio y movilidad de voluntarios. De este último, se desarrolló un pilotaje que permita revisar y discernir las posibilidades para la consolidación de esta propuesta, así como la inclusión de más universidades de la red de AUSJAL en los años siguientes. En esta oportunidad participaron cuatro universidades: Universidad Católica Andrés Bello, de Caracas; Rafael Landívar, de Guatemala; ITESO, de Guadalajara y la Pontificia Universidad Javeriana, de Bogotá. Se tomó la decisión de desarrollar el intercambio de acuerdo con las coincidencias en las fechas de vacaciones de los estudiantes.
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Fue así como del 10 de junio al 2 de julio, las acompañantes del Voluntariado Javeriano de la Universidad: Valeria Jiménez, estudiante de Derecho, y Luisa Triana, estudiante de Comunicación Social, participaron de la experiencia en la Universidad Rafael Landívar; posteriormente, del 11 de julio al 5 de agosto, la Javeriana recibió de dicha universidad a Pablo Ramírez, estudiante de Ingeniería Química de la sede Ciudad de Guatemala, y Diego Pérez, estudiante de Derecho de la sede Quetzaltenango; quienes vivieron el proceso de formación y acción voluntaria con diferentes comunidades con quienes trabaja el Voluntariado Javeriano.
Sobre Guatemala: encendiendo fuegos
En Guatemala, Luisa y Valeria, conocieron y participaron de algunos proyectos del Voluntariado Social Landivariano, tanto en la sede de Ciudad de Guatemala como en Quetzaltenango, a la vez que participaban en espacios formativos, dentro de los cuales se encuentran el Orquideario Landivariano, el Instituto Guatemalteco de Educación Radiofónica (IGER) y la Escuela de la calle (EDELAC).
Tal como ocurrió con san Ignacio de Loyola, para Valeria fue una experiencia desde la cual “reconecté con mi vocación de servicio y me sentí llamada a servir a mi gente con todo lo que este lugar me enseñó”. Sin lugar a duda, marcó un antes y un después en sus vidas, Luisa sostiene que “hablar de Guatemala, es hablarles de una peregrinación que me llevó a amar sin medida, a servir con el corazón abierto, a enfrentarme a realidades desconocidas y a un cuestionamiento constante acerca de ¿cómo propagar esa llamita de la voluntad?”
Ahora bien, también ratificaron que este peregrinar por el camino del servicio tiene un pilar fundamental: la comunidad como base de la solidaridad sin fronteras. Pues como mencionaba Luisa, este no es un camino concluso: “para serles sincera, continúo en la búsqueda, caminando (sola y en compañía), perdiendo y encontrando; más ahora, con la certeza de que hay más en aquello que hacemos juntos que solos no podemos, puesto que tenemos corazones inquietos y van a seguir inquietos”.
En palabras de Valeria, esta experiencia “también me mostró que cuando uno deja su hogar para amar y servir, esta se expandió en todos los lugares a donde iba. Me regaló muchos corazones que me hicieron sentir como en casa y me permitió crear vínculos que no se pierden con las fronteras”.
Esta experiencia me mostró que cuando uno deja su hogar para amar y servir, esta se expandió en todos los lugares a donde iba. Me regaló muchos corazones que me hicieron sentir como en casa”, Valeria Jiménez, estudiante de Derecho
Bogotá: luces del servicio
En Bogotá, Pablo y Diego participaron de espacios formativos, planes culturales y participaron de tres proyectos del Voluntariado Javeriano: Asograng, Historias y Caminos y Explora Puerto Rico.
![Diego y Pablo, participantes de voluntariado](https://www.javeriana.edu.co/repositorio-hoy-en-la-javeriana/wp-content/uploads/2023/07/Diego-y-Pablo-500x375.jpg)
En palabras de Pablo, “la experiencia que he vivido me ha hecho crecer tanto en mi visión sobre el servicio como en mi dimensión personal. Ha hecho que pueda tejer nuevas perspectivas que me motivan a trabajar con mucha emoción en los proyectos que tenemos en Guatemala”. Por otra parte, para Diego, compartir este mes con el Voluntariado Javeriano le permitió aprender “valiosas herramientas que me han ayudado a convertirme en una persona más capacitada, planificar de manera más efectiva las actividades de voluntariado y fortalecer mi conexión conmigo mismo y mi espiritualidad”. Ambos consideran que fue una experiencia que les ha ayudado a profundizar en la espiritualidad ignaciana para aplicarla en su vida personal y comunitaria, conociendo nuevas herramientas y prácticas que llevarán a cada uno para alcanzar y conectar con el prójimo.
Esta experiencia de pilotaje representa el primer paso de un gran sueño: que miles de jóvenes de las universidades de AUSJAL puedan tener experiencias de formación para el servicio, desde el voluntariado con sello ignaciano en diferentes regiones de Latinoamérica. Experiencias, que continúan demostrando que, a pesar de las distancias, es más aquello que nos une que lo que nos separa; para que la llama de la voluntad se siga propagando en los años venideros.