El transcurso de los últimos dos años ha sido un tiempo desafiante, doloroso e inquietante para todos. Un tiempo por demás intenso, pero, sobre todo, pertinente y necesario para volver la mirada hacia lo importante, hacia lo imprescindible, permitiéndonos, seguramente, dar un paso más en el camino perenne de nuestra evolución como especie humana. Este es justamente el contexto que, como programa de formación en liderazgo ignaciano, hemos decidido acoger para poder acontecer con esperanza profunda. Y qué mejor escenario, sin duda, pues, si algo supone la vivencia de un liderazgo inspirado por la espiritualidad de san Ignacio de Loyola, es precisamente la capacidad de releernos y resignificarnos, de responder con audacia y creatividad ante los retos y desafíos que[…]